miércoles, 19 de agosto de 2009

LA LEYENDA DE LOS DISCOS PERDIDOS.

Corre el año 1966. Los Beatles son los reyes, su disquera EMI MUSIC, los mima, los deja salirse con la suya. Desde hacía 10 años, el rock se había convertido en una gran fuente de ingresos para las empresas discográficas y algunas cuidaban a sus “gallinas de los huevos de oro”; otras en cambio no. Seguimos en el año 1966, CAPITOL es la discográfica en Norteamérica de los FAB FOUR y decide hacer cambios en los discos de los Beatles; altera el orden de las canciones o simplemente quita algunas y pone otras de un disco anterior. Esto molesta a los ingleses pero a Capítol no le importa, solo le interesa vender, vender y vender. Esta actitud afecto, como a nadie, a Brian Wilson líder y compositor de los Beach Boys, quien veía en los cuatro de Liverpool su mayor competencia creativa.
Brian Wilson había trabajado los últimos meses de 1966 en el disco SMILE, al que definió como “una sinfonía adolescente para Dios”. Y el trabajo lo había agotado. Andaba en bata de dormir por el estudio, ubicado en su casa en Bel Air; decía que otros músicos y productores lo querían controlar y matar; estaba paranoico y depresivo, tomaba medicamentos, cualquier cosa que le llegara a las manos, anfetaminas o cocaína era lo mismo; no entendía por qué no le dejaban hacer el disco que él quería, tal como lo hacían los Beatles. Sabía que debía hacer un mejor trabajo que ellos, que los Rolling Stones o que Bob Dylan, que estaban en lo más alto. Tenía problemas legales y monetarios por las regalías con Capítol; Pet Sounds, su disco anterior (y que con los años sería considerado una de las obras maestras del rock de los 60s) no había vendido nada bien, aunque fue alabado por la crítica. Cuentan los testigos que Wilson una mañana llego al estudio con todos los discos de oros que había ganado y se los regalo a sus músicos. A veces nadie entendía lo que pronunciaba, la propia banda estaba descontenta con el músico y con el disco que estaba produciendo, porque no lo veían como un disco Beach Boys o como algo que sus fanáticos iban a comprar (sobre todo su primo Mike Love, quien hacía de cantante principal en esos momentos). Hasta que llegaron dos momentos definitivos 1.- La tarde en la Brian Wilson escucho por la radio el single Strawberry Fields Forever y se dio cuenta que se le habían adelantado que ya todo estaba perdido; 2.- El anuncio que hiciera Capítol, el 6 de mayo de 1967 (semanas antes de que se publicara el Sgt. Peppers…. De los Beatles): Smile seria guardado en un cajón y no vería la luz.
Si bien algunas canciones de Smile aparecerían en otras versiones, en los siguientes discos de los Beach Boys, no sería lo mismo. Brian Wilson haría crac, tendría una crisis que lo llevaría incluso a querer suicidarse, y de la que no saldría hasta una década más tarde. Pero tendría su venganza cuando casi 34 años después, lanzara Brian Wilson presents Smile (modelo 2004). No como su versión original que intento en los 60s, pero al menos como prueba de la lucha por llevar adelante su obra.
Smile, es la quintaesencia del disco perdido. Una obra que nunca salió, un disco que pudo ser la joya más grande de la música pop, pero quedo relegado por una decisión empresarial. Como este disco hay muchos en la historia de la música popular, desde que aquellos que no se completaron por decisión de los artistas, por batallas legales, por desacuerdos con las disqueras, o por la muerte de alguno de sus participantes. Algunos han conseguido aparecer de alguna u otra manera (sin terminar desde luego) o en versiones alternativas. A continuación detallo seis ejemplos de estos discos perdidos:
First rays of the new rising sun (Primeros rayos del nuevo sol naciente): Jimmi Hendrix tenía en 1970 un disco a punto de terminar. Era la continuación a su Electric Ladyland y lo había grabado en su estudio en New York. Solo faltaban los toques finales y él lo dejo así, porque debía cumplir una obligación contractual que ya había adquirido, en Inglaterra así como una pequeña gira por Europa. Viajo y toco en el Festival de la Isla de Wright (existe un documental sobre ese concierto), dio shows como nunca hasta que el 18 de septiembre de 1970 se tomo de golpe la vida, bebiéndose pastillas para dormir y ahogándose en su propio vomito. Era muy joven tenía 27 años cuando murió y el disco quedo sin acabar.
En 1997, la familia del guitarrista norteamericano decidió tomar esas grabaciones y terminarlas. Eddie Kramer, el ingeniero de sonido de Hendrix (quien estuvo en las grabaciones originales del disco) fue escogido para acabarlas según lo que el pensara era el deseo de Jimi. Así, First Rays of the new rising sun apareció como un disco de canciones nuevas 27 años después de la muerte de su autor. Claro, lo que se escucha es una aproximación, nada más. Nadie nunca conoció cual fue el deseo de Hendrix con este disco así que no ha quedado más que usar la imaginación.
El escritos Lewis Shiner, intenta usarla en su novela Glimpses, de 1993 con la que gano el World Fantasy Award. En ella, el protagonista viaja en el tiempo para evitar la muerte de Hendrix y así darle la oportunidad de terminar el disco.
Sessions (Sesiones), Let it be (Déjalo ser): si bien no era un disco que se grabo con esa intención. EMI tenía tanto material inédito de los Beatles, canciones que habían quedado afuera de los discos oficiales u otras versiones de temas conocidos, que en 1985 lanzo un proyecto: 13 canciones que nadie había escuchado y un disco sencillo. Sin embargo se chocaron contra el rechazo menos esperado: los tres Beatles vivos (Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr) y la viuda de Jhon Lennon, Yoko Ono se opusieron a su salida. Dijeron que si no habían sido lo suficiente buenas para entrar en los discos, porque sacarlas en ese momento. Negocio perdido, millones sin ganancia, un disco que muchos hubieran querido tener. Años después cambiarían de parecer y las canciones aparecerían en el multimillonario y séxtuple: The Beatles Anthology de 1996.
En 1969, Let it be debía ser un disco de los Beatles tocando en vivo, con la inclusión de Billy Preston en los teclados. Al final las grabaciones quedaron ahí guardadas. Era la época en que se llevaban mal, en que no eran los mismos amigos de la adolescencia. Múltiples ensayos y un concierto en la azotea del edificio de su compañía Apple, era todo lo que existía. No fue sino hasta que Jhon Lennon y George Harrison entregaron las cintas a Phil Spector (productor norteamericano famoso por ser uno de los artífices del rock and roll y de la llamada “pared de sonido”, que era usar todos los instrumentos posibles y coros para que la canción suene como algo gigante) que el álbum tuvo cierto sentido y pudo ser terminado, saliendo en mayo de 1970, con el rechazo de McCartney siendo este el fin del grupo ya que sintió que su deseo original (Los Beatles tocando en vivo) había sido traicionado con la inclusión de Spector en la producción. 33 años después Paul tuvo su momento de gloria con la edición de Let it be…naked, disco que intenta rescatar en algo la intención del original del proyecto sin la mano de Spector ni sus orquestaciones o grandes coros.
Celebration of the Lizard (Celebración del lagarto): más que un álbum; que un disco perdido. Celebration…era un tema que se transformo en la idea para un tercer disco de los Doors, con un Jim Morrison empecinado en hacer una obra que mezclara declamación poética, ruidos, músico y algo de melodía. La canción debía durar todo un lado del L.P. Febrero de 1969, Morrison llega con los textos de los poemas, los titula Celebración del lagarto, donde decía: “! Soy el Rey Lagarto, puedo hacer lo que sea!”. El resto del grupo, le siguió el juego y durante semanas llevaron adelante esta pieza. Nunca se sintieron contentos del todo. Entonces con la venia de los productores, la banda dijo “no”. No hubo celebración y el disco de ese año termino con otra idea llamándose Waiting for the sun. Al final, lo que quedo de Celebration…. es una versión en vivo (que está en el disco Absolutely Live! De 1970) una primera grabación que formo parte del disco de grandes éxitos del 2003 y una de sus partes Not to touch the earth, convertida en canción e incluida en el real tercer disco del grupo.
Ha Sido y Kill Gil: En 1975, Charly se llamaba Charlie y estaba en Sui Generis. Habían lanzado un disco llamado Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, al que no le fue tan bien. Fanáticos y productores criticaron el hecho de que se habían salido de su línea acústica y sensible de los otros álbumes. Entonces el siguiente disco titulado con cierto tino Acido, (luego rebautizado como Ha sido) ya listo para salir fue retenido por la disquera que no quería correr con otro fracaso. Entonces se acabo Sui Generis y Charly decidió buscar otras formas de tocar esas canciones que ya estaban grabadas. De Ha sido únicamente sobrevivieron dos temas, que se incluyeron en el único sencillo de Sui Generis “Alto en la torre” y “Entra”.
Años después en el 2007, Charly entra a grabar un disco en el estudio de su amigo Palito Ortega, lo hace con candidez, es un ambiente perfecto para el proceso entre vinos, asados y conversaciones familiares. El disco obtuvo un nombre Kill Gil y una fecha de salida, hasta que alguien tuvo la fabulosa idea de filtrarlo por internet y desde ahí se convirtió en un álbum de descargas. Charly acuso a su hijo Miguel de haberlo hecho y desde ahí están en una discusión pública que no ha terminado. La versión que muchos fanáticos tienen no es la definitiva y eso, acompañado al hecho de que EMI Music anunciara que no lanzaría el disco porque “ya todos lo tienen” hizo que el cantante cayera en una vorágine de destrucción que concluyo hace cuatro meses, cuando la justicia argentina ordeno su reclusión en un sanatorio para un tratamiento de desintoxicación. Hoy está recuperándose, y mientras lo hace revisa las grabaciones de Kill Gil y esta agregando más canciones para lanzar el álbum en el año 2009. Trata desde su convalecencia de no perder este disco.
La historia estuvo a punto de repetirse con un disco considerado perdido por mucho tiempo, pero encontrado luego de 15 años. Chinese Democracy de Guns and Roses, recibió fecha de salida el 23 de noviembre pasado por Geffen Records. Luego de años de negociaciones y de gastar casi 30 millones de dólares en su producción el álbum (que circulaba por Internet en una versión pirata) rompe la leyenda e intenta encontrar su vida propia, mas de las elucubraciones y supone un triunfo al menos para el grupo y para una obra que estaba en boca de muchos fanáticos del rock, que lo habían transformado en un sueño irrealizable. La moraleja está en que a veces esos discos no se pierden del todo, es cuestión de paciencia.