lunes, 30 de marzo de 2009

INJUSTICIA


Siempre se ha dicho que el futbol apasiona por que es un deporte que no tiene logica, puedes jugar un partido perfecto pero puedes asi mismo terminar perdiendo, o viceversa, puedes jugar pesimo y ganar; y eso sucedio ayer en el partido eliminatorio entre Ecuador y Brasil jugado en el Estadio Olimpico Atahualpa, nunca en lo que tengo de memoria habiamos sido tan superiores en juego de conjunto como en indvidualidades a los brasileños.
Durante todo el encuentro y desde que empezo el equipo ecuatoriano movio su juego con ritmo vertiginoso, con fuerza en el medio campo en donde Antonio Valencia una vez mas demostro por que su pase vale $20 millones de dolares, en donde Edison Mendez se convirtio en el eje conductor del equipo con Walter Ayovi y Neicer Reascos como lanzas por los costados, fue el partido perfecto decian muchos, pero no lo creo por que el partido perfecto deberia haber mostrado en el marcador por lo menos 3 goles de diferencia entre lo brasileños y los ecuatorianos, ayer se fallaron 8 oportunidades de gol claras que en ocasiones por la mala punteria de los delanteros ecuatorianos, y en otras por la buena actuacion de Julio Cesar el arquero brasileño otro hubiera sido el resultado, resultado que seguramente nos tuviera festejando.
Luego de este resultado mezquino por donde se lo mire solo me resta decir QUE SUDAFRICA NUNCA ESTUVO TAN LEJOS...

LA ARGENTINA INVITA A SOÑAR DE NUEVO


Siempre es auspicioso que el seleccionado establezca, desde el resultado, las diferencias que se supone que lo separan de un rival como Venezuela. Sobre todo en tiempos en los que se pregona que el fútbol tiende a un emparejamiento general, que las sorpresas están a la orden del día y que todos los rivales son difíciles. Este discurso, tan en boga, no cabe para explicar el 4 a 0 de la Argentina, que ni siquiera necesitó jugar un partido estupendo para golear. Le alcanzó con el poder de gol de varias de sus individualidades, que pueden prescindir de un aceitado circuito de juego para hacerle daño al rival. Aparecen y fulminan. En un pispás salen de la intrascendencia y hacen algo relevante. En este caso, goles. Uno por cada delantero, lo cual le dio validez a la fórmula del tridente ofensivo dispuesto por Maradona.

Messi fue el abanderado, el distinto, el que cumplió con los que le exigían que trajera al Monumental los destellos que habitualmente se le ven en el Camp Nou, aunque este equipo no tiene la fluidez futbolística de Barcelona ni un medio campo tan creativo. ¿Me buscaban? Acá estoy, pareció responder Messi con un gol (una definición cruzada y medida), una asistencia con desborde en el tanto de Tevez; otra a Agüero, cuyo toque al gol fue rechazado por Cichero, y, de broche, una apilada personal para llevarse la ovación de todo el estadio.

A este nuevo ciclo del seleccionado le llegó anoche la prueba de jugar por los puntos, en unas eliminatorias en las que, sin estar comprometido, tampoco puede descuidarse o desatender las cuestiones básicas. Como lo es un triunfo sobre Venezuela de local. Logró el objetivo de manera holgada, en un encuentro al que le sobraron minutos e incertidumbre. Y le faltó un adversario más serio y firme. Porque esta Venezuela se asemejó mucho a las de las décadas pasadas, cuando no oponía mayor resistencia y recibía periódicamente una tunda de goles. Nada que ver con esos seleccionados que, en las últimas dos clasificaciones a los mundiales, mostraban progresos y habían superado cierto complejo de inferioridad. Anoche volvió a lo peor de su historia: empequeñecida, amontonada en su campo sin ningún orden ni consistencia. Aguantó hasta que se lo permitieron las imprecisiones de la Argentina, que apenas ajustó un par de avances acabó con todo. Y eso ocurrió bastante temprano: a los 6 minutos del segundo tiempo, con el tercer gol, de Maxi Rodríguez.

El seleccionado sigue subido a la ola de confianza y optimismo que provocó en el plantel la asunción de Maradona. El equipo se mueve con el convencimiento de que le va a ir bien. Y hasta ahora los hechos le están dando la razón. Está seguro de sus fuerzas y del provecho que puede sacar de ellas. Todo eso no significa que el funcionamiento sea el mejor y que no haya lagunas o puntos grises.

Como se prevía, el partido de anoche tuvo poco que ver con lo que fueron los triunfos en los amistosos ante Escocia y Francia. En estos dos compromisos, la Argentina no necesitó gobernar el desarrollo, esperó con dos líneas de cuatro y sorprendió de contraataque. Obviamente, contra Venezuela, de local, eso es inimaginable. Tampoco tiene futuro una línea defensiva tan heterodoxa e improvisada como la de ayer.

La Argentina se encontró con la iniciativa, campo y pelota. Y todo ese capital no le simplificó la resolución del encuentro desde el comienzo. Le costó encontrar los espacios, algo que necesitan imperiosamente los dos volantes externos (Rodríguez y Gutiérrez) para imponer la aceleración. Ambos se encuentran más cómodos y son aprovechables cuando hay que jugar de contragolpe.

La Argentina no tenía una salida limpia, porque esa responsabilidad no puede recaer en Gago (muy desordenado) y Mascherano, más allá del esfuerzo de ambos para buscar una línea de pase o los cambios de frente. En esas circunstancias es cuando flota el fantasma de Riquelme. Cuando se nota que hace falta alguien que piense y conduzca. Desde ya que hay material para disimular esa carencia, que no es menor y que puede lamentarla ante rivales menos insignificantes.

Más allá de este déficit en la elaboración, la Argentina siempre intentó transmitir una fuerte presencia ofensiva. Desde los quites y el empuje de Mascherano, y los intentos individuales o alguna combinación entre los tres delanteros. Lo concreto era que el seleccionado no creaba situaciones de gol hasta que Zanetti, a partir de una desinteligencia en el área propia, arrancó como una topadora, tomó a Venezuela medio desacomodada y llevó la pelota hasta la letal sincronización entre Tevez y Messi.

Con los goles de Tevez (empujó a un defensor antes de recibir el pase) y Maxi Rodríguez (comenzó la jugada y recibió una asistencia de Agüero), la Argentina liquidó el pleito. Quedó margen para que Agüero se encontrara con el gol, ayudado por el despistado arquero Vega. El seleccionado parece haber salido del bache en el que había caído con Basile. El nuevo proyecto crece con goles y triunfos.

2 los goles de Messi y Maxi Rodríguez en el ciclo de tres partidos de Maradona. Son los máximos anotadores.

LO POSITIVO
El ciclo de Maradona no sufrió goles en contra
Maradona sumó su tercer éxito seguido como DT de la selección y en ninguno su equipo recibió goles. Venció a Escocia (1-0), Francia (2-0) y Venezuela (4-0).

LOS AMONESTADOS
Jonás no estará en Bolivia y ocho siguen en capilla
Jonás Gutiérrez acumuló la segunda amonestación y no podrá jugar el miércoles en La Paz, ante Bolivia. Deberán cuidarse Zanetti, Heinze, Maximiliano Rodríguez, Mascherano, Gago, Messi y Tevez.

LA PRESENTACION
Angeleri tuvo su bautismo en las eliminatorias
Marcos Angeleri (foto) debutó con la camiseta argentina por las eliminatorias. Jugó como líbero y mostró un rendimiento irregular. Estuvo por momentos flojo, impreciso y nervioso.

LOS MEDIOS
Una vasta cobertura periodística para el exterior
El debut oficial de Maradona como DT de la selección fue un imán para la prensa extranjera: 60 de los 283 medios acreditados fueron del exterior.

EL APOYO
Más de 46.000 hinchas y una recaudación récord
Los simpatizantes argentinos vibraron como hacía tiempo no sucedía en el Monumental. Las entradas vendidas fueron 46.085 y la recaudación fue récord: $ 4.824.260.

EL PROXIMO PASO
Pasado mañana, el viaje a Santa Cruz de la Sierra
Los jugadores tuvieron la noche libre, volverán a entrenarse hoy, a las 18, en Ezeiza, y pasado mañana viajarán a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde pasarán la noche. Al día siguiente se trasladarán a La Paz, donde en los 3600 metros se medirán con Bolivia.

EL HEREDERO


Mucho más que el lugar donde nació, Rosario es, acaso, su lugar en el mundo, el espacio del planeta que contiene su vida y todo lo que la rodea. Aquí Lionel Messi se recluye cada vez que puede para reunirse con la parte de la familia que no ve tan seguido. El día después de guiar a la selección en la goleada ante Venezuela, la Pulga compartió unas horas libres con ellos. Un asado con padres, hermanos, tíos y sobrinos le entregó paz después de la noche vivida como heredero de la camiseta N° 10 de la selección.

Quienes están cerca de la Pulga aseguran que vivió el partido de una manera especial. Con el compromiso de siempre, pero con una intensidad distinta. Nadie se atreve a reconocer que, como ningún otro futbolista, le sentó muy bien la resonante renuncia de Juan Román Riquelme.

Sin duda, fue uno de los más comprometidos con la nueva causa de Diego Maradona, el ídolo que defendió los colores celeste y blanco como nadie. Metido como cabeza del flamante proyecto, Messi estrenó la camiseta emblemática, hizo un golazo y fue la figura del 4-0 ante Venezuela. Como quería el entrenador, lo ovacionaron. Como quería la Pulga, fue un partido inolvidable, único.

-En la semana no querías hablar tanto de la 10, pero después del partido reconociste que fue un halago haberla vestido?

-Es que el número tiene una importancia sentimental, más que por el juego en sí. Nunca puede ser más importante el número que la manera de representar la camiseta. Lo importante es correr y jugar pensando en la camiseta más que en el número. Entiendo el juego de los medios, porque en Barcelona pasó lo mismo cuando se fue Ronaldinho y me dieron la 10.

-¿Pero la camiseta no te generó una presión extra?

-Para nada. No me pesa esta camiseta por el hecho de ser la 10. Se lo dije a Diego cuando me dijo que la iba a usar: yo no tengo problemas en usarla. Es más, obviamente es una gran satisfacción, pero lo más importante es jugar siempre en la selección. Eso está por encima de todo. Y si Diego se la daba al Rolfi, estaba todo bien.

-¿Fue una semana distinta para la selección y para vos?

-Fue todo muy lindo e impresionante por cómo se dieron estos días. La ilusión de la gente y el buen ambiente entre nosotros nos hicieron vivir uno de esos momentos que recordaré por siempre.

-Sin Riquelme te convertiste en el nuevo líder futbolístico, ¿lo notás de esa manera?

-No considero que sea así. De eso hablan más ustedes que yo. Líderes son Masche, la Bruja, el Gringo... Se demostró en Francia que el fútbol rápido puede ser muy efectivo. Ahora hay que sostener todo eso con juego y resultados.

-¿Coincidís con los que opinaron que Diego te pide lo mismo que hacés en Barcelona y te ubica bien recostado sobre la derecha?

-Creo que los jugadores son distintos y no hay dos futbolistas iguales en todo el mundo. Quizás a la hora de jugar Masche y Gago hacen un poco el trabajo de Iniesta y Xavi, pero son diferentes. Lo que te puedo decir es que Masche, encima, quita como nadie en el medio.

-¿Es un recurso tuyo hacerte el desentendido, casi como "jugando al distraído" antes de que te llegue la pelota, para salir con todo, de la nada, para apilar defensores?

-Eh, me vas a avivar a todos los defensores (risas). No sé, yo trato de hacer lo que sé hacer y darle lo mejor a la selección. Quiero jugar todas las pelotas lo mejor posible.

-¿Puede ser que el partido con Venezuela haya marcado un antes y un después para vos? ¿Como que demostraste en la selección que podés hacerlo como en Barcelona?

-Creo que en la selección tuve buenos partidos. Pero bueno, la idea siempre es poder trasladar lo que hago en Barcelona a la selección. A la gente quiero decirle que puede confiar en nosotros, que vamos a dejar todo para llegar al Mundial. La ilusión de todos, de la gente y de nosotros, es ganar el Mundial, y creo que es posible por los jugadores que hay.

Messi dio pruebas públicas de que la goleada con Venezuela no era un partido más. La manera de festejar el segundo gol, el de la apilada hasta el fondo para luego mandar el centro perfecto para la volea de Tevez, con un grito desaforado contra los carteles de publicidad, y cómo protestó cada fallo del juez lo mostró con un semblante de desahogo. "No todos los días -agrega- nos toca vivir cosas como la que pasaron. No esperábamos menos de la gente por todo esto, por Diego, por su primer partido acá y esperamos que esto sea una fiesta. Por todo esto y por lo que significaba para las eliminatorias, la victoria era importante y la festeje así".

Mamá Celia y uno de sus hermanos mayores, Matías, se quedaron con las camisetas N° 10 que Lionel usó en el primer partido oficial de Maradona como DT de la Argentina. Ese trofeo preciado que él viste con naturalidad.


Nada que decir sobre la renuncia de Román
No se mete en problemas y tampoco busca debates. No habla de discusiones en las que él no se siente involucrado. "Alguno medios intentaron inventarme problemas con Román y la verdad es que teníamos una relación normal. No hablé con él porque no somos amigos, pero si tengo que hacerlo lo hago", sentenció la Pulga.

36
partidos en la mayor
Messi debutó en el seleccionado el 17 de agosto de 2005, en el amistoso que el conjunto argentino ganó por 1 a 0 sobre Hungría, en Budapest. Ingresó a los 18 del segundo tiempo y fue expulsado al minuto siguiente por agresión.

12
los goles
El primero gol de la Pulga fue ante Croacia, en la derrota por 3-2, en Basilea. El de ayer, frente a Venezuela, fue su segundo tanto en el Monumental. El primero había sido el 11 de octubre del año pasado, en el triunfo por 2-1 sobre Uruguay.

2
con Maradona
El delantero de Barcelona estuvo en dos de los tres partidos de la era Maradona. Anotó un gol en el 2-0 ante Francia, en Marsella; y el otro lo hizo ayer. Estuvo en 10 cotejos del ciclo Pekerman (anotó 2), mientras que con Basile estuvo en 24 (convirtió 8).

martes, 17 de marzo de 2009

MARADONA EMPIEZA A SENTIR EL COSTO DE UN CARGO ANTIPATICO

Así como en el seleccionado no hay espacio para que Riquelme y Maradona estén juntos, el corazón y el sentimiento del hincha de Boca tampoco son lugares que ambos puedan compartir. El distanciamiento entre uno y otro se agranda en la medida en que se transforma en un plebiscito público, del que todos toman parte. El veredicto de anteayer en la Bombonera fue contundente: los simpatizantes salieron decididamente en respaldo del N° 10 y trataron al ex N° 10 con la dureza y el desafecto que jamás habían mostrado. Es indudable que el idilio entre el hincha de Boca y Maradona se rompió, y cuesta vaticinar si es algo pasajero o de largo alcance.

Algunos pensarán que Maradona podría haberse ahorrado este desplante de Riquelme, pero la situación que vivió y la reacción que causó están en la naturaleza de la profesión de director técnico. Una función mucho más antipática y menos romántica que la de jugador. Cuando asumió la conducción del seleccionado, se sabía que Maradona ponía en riesgo su condición de mito como futbolista. El desafío no lo asustó. "No tengo miedo de que se me caiga la corona", respondió el día que lo presentaron, a principios de noviembre.

En la cancha, Maradona convencía a todos. No había disidentes. Todos creían y se rendían a su magia. Fuera de ella, a cargo de un grupo humano con el que debe ser justo y equilibrado, la posibilidad de encontrarse con detractores es constante.

Si el entusiasmo y el optimismo habían marcado sus primeros pasos en el seleccionado, lo ocurrido en la Bombonera debe de haber sido un fuerte golpe anímico para Maradona. Justo cuando falta poco para su debut en la Argentina como responsable del seleccionado, el público que más lo adoraba se le puso en contra. Le fue hostil el escenario en el que fue campeón argentino por primera vez, en el que debutó como jugador del seleccionado, al que le declaró su amor y eligió para retirarse en medio de una de las ceremonias más emotivas que se recuerden.

Más allá de si la razón le asiste más a uno o a otro en el problema que los enfrentó, Maradona corría con cierta desventaja en el debate público. El hincha vive pendiente de la última alegría. Y el de Boca sabe que ese estado, actualmente, se lo puede regalar Riquelme, como ya lo hizo infinidad de veces, y no Maradona.

Al costo de renunciar al seleccionado, Riquelme salió reforzado en su vínculo con el simpatizante. Recuperó una idolatría manifiesta, algo que seguramente extrañaba porque en las últimas semanas se la había llevado la reaparición de Palermo.

MARADONA EMPIEZA A SENTIR EL COSTO DE UN CARGO ANTIPATICO

Así como en el seleccionado no hay espacio para que Riquelme y Maradona estén juntos, el corazón y el sentimiento del hincha de Boca tampoco son lugares que ambos puedan compartir. El distanciamiento entre uno y otro se agranda en la medida en que se transforma en un plebiscito público, del que todos toman parte. El veredicto de anteayer en la Bombonera fue contundente: los simpatizantes salieron decididamente en respaldo del N° 10 y trataron al ex N° 10 con la dureza y el desafecto que jamás habían mostrado. Es indudable que el idilio entre el hincha de Boca y Maradona se rompió, y cuesta vaticinar si es algo pasajero o de largo alcance.

Algunos pensarán que Maradona podría haberse ahorrado este desplante de Riquelme, pero la situación que vivió y la reacción que causó están en la naturaleza de la profesión de director técnico. Una función mucho más antipática y menos romántica que la de jugador. Cuando asumió la conducción del seleccionado, se sabía que Maradona ponía en riesgo su condición de mito como futbolista. El desafío no lo asustó. "No tengo miedo de que se me caiga la corona", respondió el día que lo presentaron, a principios de noviembre.

En la cancha, Maradona convencía a todos. No había disidentes. Todos creían y se rendían a su magia. Fuera de ella, a cargo de un grupo humano con el que debe ser justo y equilibrado, la posibilidad de encontrarse con detractores es constante.

Si el entusiasmo y el optimismo habían marcado sus primeros pasos en el seleccionado, lo ocurrido en la Bombonera debe de haber sido un fuerte golpe anímico para Maradona. Justo cuando falta poco para su debut en la Argentina como responsable del seleccionado, el público que más lo adoraba se le puso en contra. Le fue hostil el escenario en el que fue campeón argentino por primera vez, en el que debutó como jugador del seleccionado, al que le declaró su amor y eligió para retirarse en medio de una de las ceremonias más emotivas que se recuerden.

Más allá de si la razón le asiste más a uno o a otro en el problema que los enfrentó, Maradona corría con cierta desventaja en el debate público. El hincha vive pendiente de la última alegría. Y el de Boca sabe que ese estado, actualmente, se lo puede regalar Riquelme, como ya lo hizo infinidad de veces, y no Maradona.

Al costo de renunciar al seleccionado, Riquelme salió reforzado en su vínculo con el simpatizante. Recuperó una idolatría manifiesta, algo que seguramente extrañaba porque en las últimas semanas se la había llevado la reaparición de Palermo.

MARADONA EMPIEZA A SENTIR EL COSTO DE UN CARGO ANTIPATICO

Así como en el seleccionado no hay espacio para que Riquelme y Maradona estén juntos, el corazón y el sentimiento del hincha de Boca tampoco son lugares que ambos puedan compartir. El distanciamiento entre uno y otro se agranda en la medida en que se transforma en un plebiscito público, del que todos toman parte. El veredicto de anteayer en la Bombonera fue contundente: los simpatizantes salieron decididamente en respaldo del N° 10 y trataron al ex N° 10 con la dureza y el desafecto que jamás habían mostrado. Es indudable que el idilio entre el hincha de Boca y Maradona se rompió, y cuesta vaticinar si es algo pasajero o de largo alcance.

Algunos pensarán que Maradona podría haberse ahorrado este desplante de Riquelme, pero la situación que vivió y la reacción que causó están en la naturaleza de la profesión de director técnico. Una función mucho más antipática y menos romántica que la de jugador. Cuando asumió la conducción del seleccionado, se sabía que Maradona ponía en riesgo su condición de mito como futbolista. El desafío no lo asustó. "No tengo miedo de que se me caiga la corona", respondió el día que lo presentaron, a principios de noviembre.

En la cancha, Maradona convencía a todos. No había disidentes. Todos creían y se rendían a su magia. Fuera de ella, a cargo de un grupo humano con el que debe ser justo y equilibrado, la posibilidad de encontrarse con detractores es constante.

Si el entusiasmo y el optimismo habían marcado sus primeros pasos en el seleccionado, lo ocurrido en la Bombonera debe de haber sido un fuerte golpe anímico para Maradona. Justo cuando falta poco para su debut en la Argentina como responsable del seleccionado, el público que más lo adoraba se le puso en contra. Le fue hostil el escenario en el que fue campeón argentino por primera vez, en el que debutó como jugador del seleccionado, al que le declaró su amor y eligió para retirarse en medio de una de las ceremonias más emotivas que se recuerden.

Más allá de si la razón le asiste más a uno o a otro en el problema que los enfrentó, Maradona corría con cierta desventaja en el debate público. El hincha vive pendiente de la última alegría. Y el de Boca sabe que ese estado, actualmente, se lo puede regalar Riquelme, como ya lo hizo infinidad de veces, y no Maradona.

Al costo de renunciar al seleccionado, Riquelme salió reforzado en su vínculo con el simpatizante. Recuperó una idolatría manifiesta, algo que seguramente extrañaba porque en las últimas semanas se la había llevado la reaparición de Palermo.

¿EL AMOR ES LIBRE?

Habrá de ser independiente de toda ley que no sea la del amor mismo. En la pareja feliz nadie manda, ambos obedecen. La filosofía anarquista manifiesta deseos de emancipación, rechazo a todo tipo de totalitarismo. Desde la no interferencia budista, Epicuro, Diógenes, hasta el anarquismo cristiano de Tolstoi (el reino de Dios se halla en uno mismo) nos pertenece la decisión de asumirnos “Somos lo que hacemos con lo que somos” dijo Ghandi. El machista débil, torturado por los celos, pretende imponer su imaginaria superioridad mientras padece de complejos frente al sexo opuesto, aniquila la libertad de quien vive a su lado, se convierte en símbolo de imbecilidad “la violencia es el miedo a los ideales de los demás” también mencionaba Ghandi.

La muerte es el inevitable límite de nuestra libertad. Una vez alzadas las velas somos libres de navegar confiados otra vez en el insignificante barco de papel lleno de sueños y fantasías. La mujer sabe a mar abierto. Unos asumen el desafió. Lo que se vuelve importante es el respeto a la libertad ajena pues no hay nada tan insolente como el acoso, el deseo de adueñarse. Aborrezco aquel verbo cuando se lo aplica al amor. No se suele “poseer” a una mujer; pues seria máxima ofensa a su libertad, se puede más bien pedirle posada, termino dulce que se refiere a un atento hospedaje.

El amor siempre es libre o deja de ser amor. Es jaula de puerta abierta: la libertad esta al alcance en caso de que sienta sujetado. No podemos obligar a nadie a que nos ame: hermosa prueba de amor es devolver la libertad a quien hemos domesticado si pensamos que nuestro sentimiento egoísta merma la autonomía ajena. Aquel proceso doloroso significa pisotear nuestro corazón, condenarlo a la soledad para que la persona amada pueda volar su propio cielo, navegar sus propios mares, es ahí cuando gritaremos mil veces para que vuelva pero debemos encontrar la fortaleza para amordazar los anhelos. Son lágrimas necesarias, noches en vela inevitables. El amor es libre cuando respeta la libertad ajena, cuando escoge el dolor de la ausencia, la insufrible privación, en vez de torear al inalcanzable destino. Nunca se deja de amar a quien amamos de verdad. Haya amores que bailan en cada rayo de sol, otros quedan crucificados en un calvario cualquiera. La más bella frase sigue rezando cual disco rayado ¿Cuándo fue la última vez que te dije que te amo? Las líneas nuestras surcan otras manos en delirante descarrilamiento, soñamos con arrancar los rieles. Se incendian las llagas en una sola. Por ser libre el amor también puede llorar.

NO SOY UN SER NORMAL

Para considerarme como tal necesitaría tener en absoluto equilibrio mi realismo: conciencia lúcida de cuanto acontece; mi fantasía: capacidad para soñar; la armonía de cinco sentidos que me harían apreciar el arte, la gastronomía, la cultura en todas sus facetas; la empatía que me llevaría a ponerme en la piel de los demás; el sentido del humor sin el cual queda aniquilada la inteligencia; una propensión a querer porque ¿de qué sirve vivir si no se ama?

Al tratar de pasar el examen de ingreso fracasé estrepitosamente. Carezco de realismo, soy un perro lunar, un soñador; no siempre tengo conciencia de lo que ocurre a mí alrededor, puedo lastimar sin querer, no encuentro las palabras para consolar, curar enfermedades del alma. Mi fantasía inagotable vestida de humor es muleta valiosa, mas sigo claudicando dentro de un mundo que no termino de entender. Llegué a la conclusión de que soy un animal sin llegar a ser una bestia, mucho menos inteligente de lo que a veces creen ciertos pero tal vez no tan idiota como de repente tengo la impresión de ser. Quizás soy un parapléjico del alma, tengo cuerpo sin mayores fallas, pero mi alma anda en silla de ruedas. No logro encontrar a Dios cuando a lo mejor lo llevo dentro.

Me siento perplejo. Hace tres millones de años el australopiteco era un mono (?) que caminaba erguido en sus dos patas (¿piernas?). El homo sapiens apareció hace doscientos mil años. Para Descartes, la presencia del alma se manifestó mediante el lenguaje (pero los locos también hablan). Según Aristóteles, el hombre es un animal dotado de razón, pero ¿por qué pretende tenerla cuando anda más perdido que chancho en misa? Para Feuerbach, Dios es la manera como los hombres pueden concebir la perfección humana. Al pretender hacer una teología se realiza una antropología.

Una vez reducido a polvo en la higiénica cremación no soy más que cenizas, paso en la tierra desapercibido. Si con todo aquello a cuestas permito que se me trepen los humos, me convierto en triste estupido. Sé un poco de todo pero no sé nada del todo. Mi cultura se reduce al placer experimentado mediante un meticuloso aprendizaje. Creo que es una forma razonable de vivir la vida con intensidad. No se necesita ser un genio para sentir a Bach, admirar a Picasso, sino abrir sentidos y el alma lo que más podamos. Se requiere cultivar la infinita ternura para perdonarlo todo, amar a los demás, con mayor razón cuando no parecen merecerlo, sonreír aunque tengamos el corazón hecho trizas. Soy un ferviente seguidor de Kant, no necesito recompensas para actuar bien. Soy un admirador de Jesús y si lo pierdo de vista, Él sabrá dónde encontrarme. Intento domesticar al animal que llevo dentro, anhelo convertirme en ser humano incapaz de satanizar en los demás fallas que tanto cometo, malos pensamientos que a veces comparto.

Soy christian sin más, con entrañables minúscula. No soy normal, es un hecho, pero amo a morir y de eso vivo o por eso me desvivo.

lunes, 16 de marzo de 2009

PARTIDO REDONDO

Mientras los hinchas de Boca tomaban claramente partido por Juan Román Riquelme en el conflicto en el seleccionado con Diego Maradona, el equipo -dentro del campo de juego- le regalaba a la tribuna la mejor actuación de 2009. Sin brillar, es cierto, pero goleó a Argentinos Juniors por 3 a 0 y se demostró a sí mismo que también puede ganar sin sufrir, algo a lo que se había acostumbrado en los últimos meses. La de ayer fue una tarde redonda desde lo futbolístico porque mostró oficio, personalidad y variantes para llegar al gol ante un rival que casi nunca lo inquietó. También porque no se permitiría otro tropiezo tan pronto y luego de haber sufrido tres derrotas en las primeras cinco actuaciones en el Clausura.

Carlos Ischia recurrió al sistema con el que terminó dando la vuelta olímpica en el Apertura 2008: el doble 9 , aunque ahora el acompañante de Luciano Figueroa fue Martín Palermo. Todo va tan rápido en Boca que Lucas Viatri, el artillero del campeón, estuvo a punto de irse al fútbol ruso, pero ahora, sea por una molestia muscular o las presiones de una venta, le toca esperar desde afuera. Puede volver a ser titular, lógico, pero cada vez le costará más si el ídolo Palermo es intocable y Figueroa no para de hacer goles. Si juegan como ayer, el doble 9 amenaza con relegar a un segundo plano hasta a futbolistas de otras características, como pueden ser Pablo Mouche o Ricardo Noir. Y ni que hablar de Rodrigo Palacio, si no está al ciento por ciento físicamente. Ayer no sólo hubo potencia ofensiva y gol, sino también un entendimiento entre dos delanteros que viven del contacto con la red, pero que además se pueden asistir mutuamente. El segundo tanto xeneize, el del zurdazo de Figueroa al primer palo de Torrico, llegó con un pase riquelmeano de Palermo y luego de una acción colectiva en la que participaron (por orden de aparición) Morel Rodríguez, el mismo Palermo, Riquelme y Gaitán.

Boca sellaba en el final de la primera etapa un triunfo por el que nunca se había desesperado. En medio del control del balón, apostó por la explosión del tándem Morel Rodríguez-Gaitán y las descargas de Román. El N° 10 estuvo más activo que en otros partidos y, quizá potenciado por el enojo con Diego Maradona, estuvo dos veces cerca de hacer un golazo. La primera con un remate que dio en el travesaño luego de desnivelar en un slalom de izquierda a derecha ante Caruzzo y Mercier. La segunda con una apilada cerca del área rival que casi termina en gol en contra de Recalde, desequilibrado en el retroceso en su afán por marcar al enganche.

Boca estaba tranquilo y la apertura del marcador la consiguió con una pelota parada : córner de Nicolás Gaitán -otro que subió puntos con su despliegue y la pegada filosa- y cabezazo impecable de Forlín, que le ganó en el salto a su marcador (Peñalba) y envió el balón al ángulo superior derecho de Torrico.

Argentinos puso mucho empeño en las marcas de Mercier y Ortigoza sobre Riquelme, más Sabia sobre Palermo y Scotti sobre Figueroa, pero tuvo muy poco peso en ataque porque Hauche y Pavlovich no contaron con una sola situación de gol; porque Peñalba estuvo lejos de ser el conductor en tenencia y destino firme de la pelota y porque quien tuvo la mejor chance -Andrés Romero- desperdició el mano a mano frente a Abbondanzieri en una de las pocas dudas de la defensa local. Al margen de que todavía no ganó en el Clausura y que su entrenador, Claudio Vivas, prueba variantes, la mayoría de sus futbolistas está en un bajo nivel con respecto a lo que mostraron en el segundo semestre de 2008.

Con el partido definido y sin sufrir sobresaltos, Boca cuidó la diferencia y buscó de contraataque sumar goles. Ischia entendió que lo mejor era no arriesgar en una semana donde los xeneizes jugarán con Guaraní, en Paraguay, por la Copa Libertadores, y luego con Tigre, en Victoria, por la 7a fecha del Clausura. Por eso, ante las primeras molestias musculares Gaitán le dejó su lugar a Krupoviesa (¿jugará de volante el miércoles en Paraguay?) y Morel Rodríguez a Roncaglia.

Palermo buscó con tenacidad el gol, pero el línea Casas le anuló bien un tanto de cabeza porque la pelota había salido en el centro de Vargas y debió conformarse con una asistencia de taco a Palacio, que mientras busca su mejor versión se las arregló para festejar en apenas ocho minutos de haber ingresado por Figueroa con un toque ante la salida de Torrico.

Es prematuro establecer si esta victoria le dará a Boca un cuerpo más firme y sólido con respecto al que venía transitando en la doble competencia de Copa y campeonato, pero tomó nota de la mejoría de Riquelme, la firmeza de los centrales Cáceres y Forlín, el buen entendimiento entre Figueroa y Palermo. Fue, en definitiva, su mejor tarea colectiva del año y -en ese punto- no dividió opiniones entre sus hinchas.


Las renovaciones de Vargas, Ibarra y Palermo
Marcelo London, dirigente de Boca, afirmó ayer que comenzaron las negociaciones para la renovación del contrato de Fabián Vargas, que vence en junio próximo. Lo mismo sucederá con Hugo Ibarra y Martín Palermo, aunque eso lo tratarán más adelante. El arquero Mauricio Caranta quedaría en libertad de acción en los próximos días.

LA DIFERENCIA
La Bombonera es casi inexpugnable para el Bicho
Boca y Argentinos disputaron ocho encuentros en la Bombonera en esta década, con siete triunfos locales y sólo uno para el conjunto de La Paternal. Boca anotó 23 goles, mientras que Argentinos apenas cinco.

LO LLAMATIVO
Esta vez, la irregularidad mostró a Boca ganador
El camino de Boca en el torneo Clausura es un auténtico electrocardiograma; sin empates, las altas y bajas son notorias: triunfo ante Gimnasia (J), caídas seguidas ante Newell´s y Lanús, victoria contra Huracán, derrota ante Independiente y ahora el éxito frente a Argentinos.

LO NEGATIVO
Argentinos no puede revertir la mala racha
El equipo de Claudio Vivas sigue sin poder ganar en el campeonato. Frente a Boca perdió luego de cuatro empates consecutivos y ya lleva nueve partidos sin alcanzar una victoria, si también se toman en cuenta los últimos encuentros del Apertura 2008.

A LOS PIES DE ROMAN


Separados por los mentados "códigos", según las explicaciones de ocasión, Diego Maradona y Juan Román Riquelme se dieron la espalda. La renuncia del N° 10 de Boca al seleccionado argentino fue un duro trago para el ambiente del fútbol y nadie la dejó pasar por la Ribera. ¿Cómo reaccionó el ámbito azul y oro? Con un incondicional respaldo para Román.

La Bombonera le dio su apoyo incluso sin verlo. Ya en los minutos finales del partido preliminar lo cobijó con la primera ovación. Ni que hablar cuando entró la barra brava a viva voz: "Román, querido, La 12 está contigo" . Una cámara con un lente poderoso enfocó al palco de Maradona y la imagen, caprichosa, devolvió una fotografía en la que los protagonistas, ahora enemistados, lucían radiantes y... abrazados. El adversario de Boca, Argentinos, paradójicamente, también tuvo un punto de contacto entre los ídolos, ya que fue el club que los albergó de jóvenes. Y la gente de La Paternal le dio la espalda a Román con algunos fríos insultos.

Riquelme pisó el césped junto con dos de sus hijos, Flopi y Agustín; a Lola no se la vio. En un día especial, ellos también reconfortaron a su padre con una bandera: "Papá: para nosotros sos de 10". Hubo cariño, mucho cariño. Esta vez no tuvo que esperar. Los hinchas le cantaron primero a él y dejaron, al menos por un rato, a Martín Palermo y Roberto Abbondanzieri para después. El saludo entre Riquelme y los jugadores de Argentinos fue cálido. También el abrazo que le dio al DT Claudio Vivas, ex ayudante de Marcelo Bielsa en el seleccionado nacional, como si en el olvido hubiese quedado la distante relación con el Loco .

El partido lo encontró bastante participativo, movedizo, aunque sin un nivel superlativo. Hasta que, de repente, se sacó dos rivales de encima con un par de amagos y el zapatazo fue directo... al travesaño. Después, intervino en la jugada del gol de Luciano Figueroa: protegió la pelota y habilitó a Palermo, que luego encontró al otro goleador. En el segundo tiempo, una buena jugada individual suya casi termina con un gol en contra de Carlos Recalde. Es más, en la acción que finalizó con el gol de Rodrigo Palacio se vio un taco de Román para Juan Krupoviesa. Enseguida, tronó un cántico: "Para Román, la selección...". En síntesis, se le vio la tarea más regular de los últimos tiempos.

La victoria fue un regocijo íntimo. Román se quedó un buen rato y respondió la enésima ovación con un saludo hacia los cuatro costados. Camino a los vestuarios, le regaló la camiseta a la platea como una dulce ofrenda. De corazón.

Las declaraciones de Riquelme

Me sentí muy bien durante la semana, muy tranquilo. Cada día que pasa estoy más seguro de la decisión que tomé


"Fui claro cuando hablé el otro día. La verdad, espero no hablar más de mi salida de la selección."


"Hoy (por ayer) jugué como quería el DT de Boca. Como siempre, traté de dar lo máximo para mi equipo."


"Los hinchas me regalaron un día muy especial. No voy a olvidarme nunca de lo que pasó en la cancha."


"Mi familia se siente orgullosa de la decisión que tomé y eso es lo que más me importa."


"La selección tiene jugadores muy buenos y no tendrá problemas para clasificarse al Mundial."


"Mi cabeza, mis brazos y mis piernas están para darle lo máximo a mi club, a mi camiseta."


"No fue un partido especial. La verdad, me bajé del micro demasiado tranquilo."


"Vi las banderas, vi el cariño... Dentro de la cancha veo todo. Soy feliz con mi trabajo."