lunes, 29 de diciembre de 2008

INSTANTES

A proposito de que este año ya se acaba y como siempre todos hacemos nuevos propositos para el nueño año, algunos como yo por ejemplo estamos viendo la posibilidad de dejar de ser cobardes y de una vez por todas decirle a la mujer queremos lo que siento por ella, asi mismo como el firme proposito de cambiar mi mal genio, y ver la vida con mas optimismo, tambien el proposito de cuidar mas mi salud a ver si dejo de visitar hospitales este año, tambien espero ser mejor padre, bueno y mientras pensaba en esto me acorde de una frase escrita por Mike Murdock dice que el concepto que tengamos acerca del tiempo, determinará si nuestro paso por la vida será productivo. “La diferencia mas grande entre el pobre y el poderoso, el desempleado y el empleado, el exitoso y el fracasado, el pobre y el rico, es la opinión que tienen acerca del tiempo”. El tiempo es el único don natural que viene de nacimiento. Y a propósito de eso, creo que la mayoría desgastamos ese don precioso en pequeñas imbecilidades y en lo qué piensan los demás de nosotros.
Nuestro paso por la tierra es muy corto y no contamos con la chance de una segunda toma. Si le preguntáramos al apóstol Pedro si sería capaz de caminar sobre las aguas otra vez, aún sabiendo que volvería a hundirse, nos diría:
-Claro que sí, tan solo para sentir otra vez sus fuertes brazos, en medio del mar.
En estos años, me he endeudado varias veces y he cometido errores otras tantas. Arriesgué, perdí y gané. He hablado de más y también de menos. He tenido aciertos y fracasos. Pero si pudiera tener veinte años otra vez, haría exactamente todo lo mismo, sin omitir un solo detalle, simplemente para volver a sentir la providencia del Señor a cada paso.
Por otra parte, estoy convencido que el Señor puede hablarnos de diferentes maneras, a través de la Biblia, una predicación, una película, una canción, o aquello que Dios se le antoje utilizar. Y hace muchos años, Dios lo hizo a través de un increíble poema de Jorge Luis Borges al que tituló “Instantes”, aunque me hubiese permitido el atrevimiento de llamarlo “No te pierdas el ahora”. No hace falta decir que fue uno de los mejores escritores que haya existido, pero sin duda, me sorprende como logró reflejar tantas verdades en tan pocas líneas. Damas y caballeros, pasen y vean y después saquen sus propias conclusiones.
“Si pudiera vivir nuevamente mi vida. En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas. Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño. Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo”

feliz año 2009

christian espinoza

SMALLVILLE, GEOFF JOHNS... ¡¡¡Y BRANDON ROUTH!!!


Una fuente anónima de Warner me ha informado de una interesantísima e inesperada noticia: los productores de Smallville, sabedores de que Tom Welling no desea continuar en la serie por una novena temporada, han comenzado negociaciones con Brandon Routh, previo acuerdo con la directiva de Warner, para que el protagonista de Superman Returns aparezca de manera breve y estelar en el último episodio de la serie... ¡como Superman! Se trataría del episodio 8x22, cuyo título provisional sería "Flight" ("Vuelo"), y aunque el argumento aún no se ha filtrado, parece que la última escena mostraría una elipse que daría paso de Clark Kent (Tom Welling) a Superman (Brandon Routh) un par de años en el futuro, echando a volar mientras suena el tema de John Williams. Aún más espectacular si cabe es que el episodio estará escrito por el guionista Geoff Johns. Esto finalizaría la temporada y la serie de manera espectacular. Seguiremos informando.

viernes, 26 de diciembre de 2008

FELICIDADES A LOS HINCHAS DE BOCA




LOS CHICOS TAMBIÉN GANAN CAMPEONATOS


-¿Dónde están Roncaglia y Forlín?
-Dejame que les pego un radio para ver dónde se metieron.
La pregunta fue de Pablo Mouche y el principio de solución lo aportó Cristian Chávez vía celular. El campo de juego de la cancha principal del predio de Casa Amarilla luce radiante. Algunos hinchas pidiendo un autógrafo y una foto, pero con tranquilidad. Boca está de fiesta y la consagración en el Apertura se debió, en gran parte, a los juveniles. Por eso la iniciativa que llevó adelante LA NACION, de darle su lugar de privilegio a un grupo de chicos que terminaron representando un porcentaje grande del título local N° 23 de la entidad de la Ribera. Parece mentira, pero aquel sueño de Mauricio Macri en 1996, que nueve de los once titulares de Boca sean surgidos de las inferiores, estuvo muy cerca de convertirse en realidad. No se llegó a esa cifra, pero Carlos Ischia, en apenas un año de gestión, promovió a más de 15 juveniles. No por nada el primero que abraza al DT cuando Sergio Pezzotta finalizó el encuentro ante Tigre fue Abel Alves, entrenador de la reserva y nexo de los chicos con la primera.
El más mimado de todos es Chávez, aunque en las últimas horas ocupó ese lugar Javier García, que cometió errores importantes en los partidos decisivos: "Estoy contento por el campeonato... El gol estaba dentro de las reglas, pero me fui con bronca porque no me gusta salir. Del dolor que tenía no me podía mover. La lesión (pubialgia) no me dejó moverme en el gol de Lazzaro, pero ya está. No lo pongo como excusa", cuenta García, lógicamente cabizbajo y golpeado por sus últimas actuaciones. Enseguida viene y le da un abrazo Josué Ayala, el arquerito que debutó nada menos que en la final ante Tigre: "Yo concentro con Javier y sé que volverá a ser el mismo cuando se recupere de la lesión. Este es mi segundo título en Boca. El primero fue la Recopa, pero este se disfruta distinto porque me tocó jugar. El primer centro fue clave y por suerte lo hice bien. Fue positivo el apoyo de los hinchas cuando entré", destaca Ayala, de 20 años, que la primera vez que fue noticia fue cuando Pablo Migliore chocó en Panamericana y volcó con su auto: Ayala iba de acompañante. "No tuve susto cuando me llamó Ischia. Bah, el normal. Sentía un poco de nervios, pero estaba muy bien de la cabeza. Sabía que era una gran responsabilidad. En el entretiempo, Víctor Civarelli (entrenador de arqueros) me había dicho que esté atento porque Javier no estaba bien", relata el N° 31 y sigue: "Cuando vi que García sacó mal del arco e hizo un gesto de dolor, ahí empecé a calentar solo, sin que nadie me diga nada".
Varios referentes, entre ellos Martín Palermo, fueron los que más felicitaron a Cristian Chávez, autor del tercer gol ante San Lorenzo y el que, en definitiva, le dio la consagración al conjunto xeneize: "Sí, todos me hablan de ese gol. Estoy feliz porque sirvió para festejar al final", dice quien no sólo hacía 62 días que no jugaba en la primera de Boca (desde el partido con River, en Núñez), sino que desde esa misma fecha que ni siquiera iba al banco de los suplentes. "Yo me entreno duro. Vengo de un barrio humilde y sé que, por más que no me toque jugar, nunca tengo que bajar los brazos".
¿Si sintieron la responsabilidad? Contesta Chávez: "Nosotros siempre confiamos en nuestras condiciones, pero por ejemplo, cuando Boca perdió varios puntos de local venía la gente y nos preguntaba ¿qué pasa con Boca? Ellos, como nosotros, estaban sorprendidos. Todavía me acuerdo del gol que erré con Independiente: le pegué tan mal a la pelota que la tiré a la tribuna. En el triangular, cuando Solari hizo el 1-1 de San Lorenzo pensé que se venía la noche, pero por suerte nos recuperamos enseguida".
"Todo lo que hicimos los chicos se lo debemos a los grandes, que nos guiaron. Pasar años en las inferiores te va familiarizando con las exigencias que requiere el día a día de Boca y así te acostumbrás a jugar bajo presión", explica Ricardo Noir, clave en las primeras fechas con sus goles a Gimnasia de Jujuy y Newell´s y que podría ser compañero de Andrés D´Alessandro porque es pretendido por Inter, de Brasil. "Sí, es cierto -se mete Chávez-, nos da tranquilidad saber que tenemos compañeros experimentados que ya pasaron por esto. Además, nos contagian sus ganas de ganar."
El más elegante de todos, por su técnica individual, es Nicolás Gaitán, que sólo fue titular en la victoria frente a River, pero siempre estuvo concentrado, hizo goles importantes y hasta fue el primer cambio de Ischia en muchos partidos: "Los más chicos siempre nos sentimos parte del grupo porque los más grandes nos integraron bien. Todos nos sentimos importantes y la adaptación no cuesta tanto cuando desde las inferiores te marcan un estilo de juego. Yo estoy conforme con mi rendimiento. Disfruté mucho los goles y el clásico con River. Me acuerdo que esa tarde tenía una molestia en el aductor y jugué lesionado. No se lo dije a Ischia porque yo quería jugar", sostiene. Y sobre la chance que les da Boca a los más chicos agrega: "En las inferiores de Boca siempre hay buenos jugadores, pero no se les dio tanta importancia como ahora. Por eso hay que aprovechar cada oportunidad cuando te la dan".
Cada uno aprovechó su momento. Pablo Mouche arrancó de atrás la lucha de los delanteros, pero fue el más explosivo y quien, por características, se parece más a Guillermo Barros Schelotto. Por eso pidió la N° 7: "Primero le quiero dedicar el campeonato a Pompilio, que fue muy importante en mi carrera, y después a mi familia y mis amigos. Ganar un titulo con Boca es único, inexplicable", y está conforme con su rendimiento pese a que en los últimos partidos no fue ni al banco de suplentes: "Acepto las decisiones del DT. Yo siempre tengo ganas de jugar y más cuando ves que entrás y te tocan vivir momentos lindos. Pero hay que lucharla y más en Boca".
Para Facundo Roncaglia, el triunfo más decisivo de la campaña fue con River: "San Lorenzo nos llevaba como 11 puntos antes de salir a jugar y ese día fue el comienzo de algo importante para Boca. Nunca dejamos de sentir que la vuelta olímpica era posible". Juan Forlín, uno de los rezagados para la producción y autor de un gol a Vélez, reconoce que en la cancha de Racing vivió el susto y la alegría más grande de su carrera, entre el choque de cabezas con Silvera y la vuelta olímpica: "Es único, para el hincha de Boca es inigualable. Me quedé afuera del último partido y sufrimos un poco, pero igual se disfruta. Boca fue un justo campeón. Vale la pena todo lo que tuvimos que sufrir".
Lucas Viatri, el goleador, todavía no cae: "No me quiero despertar del sueño. Todo fue muy rápido y casi no hubo tiempo de adaptación, pero todos respondimos a las expectativas".
Algunos tuvieron mucha exposición. Otros contaron con una chance en la Copa Sudamericana. Pero todos, juntos, son partícipes de una camada que le dará muchos frutos a Boca. No se cumplió al pie de la letra el sueño de Mauricio Macri pero casi. Ya pasaron los momentos de tensión. De repente, con el efecto contagio, uno empieza pero todos siguen con el "Dale campeón" posterior a cada consagración. Es el momento del desahogo. Son, en definitiva, pibes que les tocó crecer de golpe, pero no por eso se privan de festejar algo muy importante para sus carreras y que, sobre todo, los tuvo como grandes protagonistas.
17 La cantidad de juveniles que utilizó Ischia en su año de gestión: Javier García, Cristian Chávez, Ricardo Noir, Lucas Viatri, Nicolás Gaitán, Jonatan Philippe, Pablo Mouche, Facundo Roncaglia, Ezequiel Muñoz, Juan Forlín, Carlos Fondacaro, Josué Ayala, Jonatan Maidana, Fabián Monzón, Luis Ibáñez, Sebastián Nayar y Exequiel Benavidez.

MANU PASÓ UNA NAVIDAD ENTRE TRIUNFOS Y UN PEQUEÑO SUSTO


PHOENIX (Especial).- Fue una Navidad muy especial para Manu Ginóbili. Por primera vez le tocó jugar un partido oficial en esta fecha. Tanto en las vísperas (éxito por 99-93 ante Minnesota) como ayer (91-90 a Phoenix), terminó celebrando los triunfos de San Antonio, pero también pasó por momentos no tan gratos, como el susto por la lesión en el tobillo en el primero de estos dos encuentros y una actuación muy floja en el segundo.
La jornada de Navidad es todo un clásico de la NBA. Sin embargo Manu tuvo que esperar a su séptima temporada en la competencia para jugar un 25 de diciembre. Mayormente, porque el calendario no tuvo a los Spurs en esos encuentros, pero en la temporada 2005/06, cuando San Antonio perdió con Detroit (70-85) en esa fecha, el bahiense no pudo actuar por una lesión en el tobillo.
Se trata del mismo tobillo, el izquierdo, el que se lesionó en la semifinal de los Juegos Olímpicos frente al Dream Team y le trajo demasiados problemas en los últimos meses. Recibió muchas críticas en los Estados Unidos por haber jugado con la Argentina, luego debió operarse y se perdió los primeros 12 partidos de la temporada regular.
Ahora, cuando está en pleno proceso de recuperación, tuvo un momento de preocupación ante Minnesota. Manu tuvo que dejar la cancha cuando faltaban cuatro minutos para el final. Se acercó al banco de suplentes tomándose el tobillo con gestos de dolor. Sin embargo, un rato después les dijo a los médicos que se sentía bien, volvió a la cancha y tampoco tuvo problemas para jugar ayer.
Claro que el susto se instaló en todo el equipo. Respecto de lo ocurrido ante Minnesota, el entrenador Gregg Popovich dijo: "Por un momento temí lo peor, pero luego habló con los médicos, sólo para ver qué pasó. Espero que sea su cicatriz, o algo así. Esas cosas suelen pasar mientras uno está en rehabilitación. Ya veremos". En ese encuentro, el argentino apenas jugó 20 minutos y terminó con 8 puntos y 2 asistencias.
El "veremos" al que hacía referencia Popovich transcurrió sin novedades ayer. Ginóbili entró como sexto hombre y jugó 26m35s sin problemas. Pero no tuvo una tarde muy certera para el aro. Terminó con 11 puntos y sólo anotó 4 de 14 tiros (3/8 dobles y 1/6 triples). Además sumó 2/3 libres, 4 rebotes, 4 asistencias y 2 recuperos.
En un partido muy cerrado, un doble de Grant Hill dejó a los Spurs abajo en el marcador (88-90)con apenas 4s3/10 por jugar. El triple del triunfo para el definitivo 91-90 lo convirtió Roger Mason Jr.
Tony Parker, con 27 puntos y 8 asistencias fue la gran figura de los Spurs, que también tuvieron un gran trabajo de Tim Duncan (25 tantos y 17 rebotes). Fabricio Oberto, lesionado, siguió el partido desde la platea.
Los Suns tuvieron su mejor producción en la zona pintada: Shaquille O´Neal sumó 23 puntos y 12 rebotes, mientras que Amare Stoudemire concluyó con 25 y 13.
La victoria fue clave, ante un rival directo de San Antonio. Los Spurs están ahora segundos en la Conferencia Oeste, con 19 triunfos y 10 derrotas. Comparten ese lugar con Houston (idéntico registro), y por debajo de Los Angeles Lakers (23-5).
En la Conferencia Este, los tres primeros lugares son para Boston, que tiene el mejor comienzo de la historia de la NBA (27-2), Cleveland (24-4) y Orlando (23-6).
• En la jornada previa a la Navidad, Luis Scola jugó un buen partido, con 11 puntos (5/10 dobles y 1/2 libres), más 8 rebotes, pero no pudo evitar la derrota de Houston ante Cleveland (99-90, con 27 de LeBron James). Algo similar ocurrió con Andrés Nocioni, que terminó con 18 puntos (5/6 dobles, 2/4 triples y 2/2 libres) y 8 rebotes en la caída de Chicago ante Detroit (104-98).
• Otros resultados (23/12): Atlanta 99 vs. Oklahoma City 88, Charlotte 80 vs. Washington 72, Indiana 107 vs. New Jersey 108, Miami 96 vs. Golden State 88, New Orleans 87 vs. Lakers 100, Milwaukee 94 vs. Utah 86, Dallas 100 vs. Memphis 82, Portland 101 vs. Denver 92 y Boston 110 vs. Philadelphia 91. Anoche, además, Orlando 88 (Hedo Turkoglu, 20) vs. New Orleans 68 (David West, 13).

miércoles, 24 de diciembre de 2008

BATTAGLIA, REFERENTE Y EXITOSO


El sacrificio por sobre los lujos, ésa es la primera ley del hincha xeneize. Por eso no resulta raro observar a Sebastián Battaglia en andas, como símbolo de este Boca campeón. No convertirá los goles que hace Palacio ni tampoco estará dotado con las pisadas de Riquelme, pero es uno de los jugadores más idolatrados por la hinchada. Y fue uno de los futbolistas más regulares de esta campaña. Con una sonrisa de mil dientes, lleno de felicidad y trepado al alambrado, el volante agradece el estruendoso "Battaglia, Battaglia...", ya repetitivo entre La 12.
Sin dudas, él, que alcanzó la marca de Guillermo Barros Schelotto como jugador más ganador de la historia xeneize, con 16 títulos, es uno de los más emocionados. "Pasamos muchas cosas feas. Fueron millones de cosas, lesiones y hasta la muerte del presidente, pero salimos campeones. Se dijeron y se agrandaron muchas cosas, pero este grupo de hombres que defiende la camiseta de Boca nunca se da por vencido. Tanto sufrimiento tuvo su recompensa", explicó entre lágrimas el volante, que de principio a fin fue el que aportó equilibrio en el medio campo.
Battaglia, con 20 partidos jugados, tuvo la mayor presencia en la formación de Boca. Como si fuera poco, tuvo la particularidad de que a lo largo de ocho partidos jugó con cuatro amonestaciones y estuvo al límite en el tramo final del Apertura.
El volante es el último en abandonar el campo de juego, seducido por el frenesí de la gente. En el campo de juego un periodista le recuerda la gran cosecha de títulos que acumula sobre sus espaldas. "En lo personal, es un logro importante. Una carrera no se consigue de un día para el otro y mucho menos los títulos. Por eso, haber alcanzado a un ídolo como Guillermo es algo para festejar", dijo Battaglia.
El defensor Claudio Morel Rodríguez no dudó en afirmar que la clave del título fue quedarse con el superclásico. "Ganar el clásico fue fundamental. A partir de ahí empezamos a ganar bastante seguido y terminamos jugando bien en un torneo parejo", señaló el lateral paraguayo.
Después se refirió al rival y dijo que "Tigre fue un rival muy difícil. Hoy se enfrentaron los dos mejores equipos de la Argentina. Tigre hizo las cosas bien, pero nosotros marcamos la diferencia en el partido ante San Lorenzo y por eso hoy festejamos".
Para el uruguayo Alvaro González, Boca hizo un gran partido pese a la derrota. "Siempre sufrimos -dijo-, pero finalmente se logró el objetivo. Destaco el esfuerzo de Tigre, pero creo que fuimos superiores." Cristian "Pochi" Chávez, autor del gol clave ante San Lorenzo, contó que los últimos diez minutos los jugó en una pierna. "El gemelo ya no me daba más, pero había que seguir hasta el final. Terminamos muy cansados, pero creo que es merecida la vuelta olímpica. Fuimos más que el resto en estos partidos", afirmó.
Las lágrimas se perdían en el horizonte, confundidas entre decenas de brazos que apuntaban al cielo. Entre gritos y saltos, recuerdos de malos momentos y desahogo con final feliz, los jugadores de Boca, gestores principales de una noche eufórica, no cesaban de cantar un himno que estalló inevitable. "Dale campeón, dale campeón", era la música elegida.
• El plantel no se olvidó de un ex compañero
Los jugadores de Boca desplegaron una bandera con el mensaje "Fuerza Mauro" en apoyo a Boselli por el fallecimiento de su padre anteayer.

"SUPERAMOS PROBLEMAS CON SACRIFICIOS, POR ESO SOMOS LOS JUSTOS CAMPEONES"


Tranquilo. Sumamente tranquilo, como si esto de salir campeón fuera una costumbre, Carlos Ischia se quedó en el campo de juego de la cancha de Racing hasta las 23.45 para pensar sobre su éxito en el fútbol argentino como director técnico de Boca. Con el título bajo el brazo, anoche Ischia reflexionó con tranquilidad sobre le éxito obtenido: "Superamos problemas con sacrificios, por eso somos los justos campeones. El plantel es excepcional. Sufrimos muchas lesiones, suspendidos y, sin embargo, jamás bajamos los brazos".
Sobre la supuesta llegada de Carlos Bianchi como manager de Boca, Ischia habló: "Siempre dije que sería un orgullo que Carlos llegara al club. Nadie me dijo nada al respecto, pero sería muy importante. En cuanto a mi futuro, veremos más adelante. Mi contrato termina el 31 de diciembre y los dirigentes antes del partido con San Lorenzo me anticiparon la renovación. Yo les pedí paciencia para que hablemos después del certamen".
El camino no fue fácil para Ischia. La mirada inquisidora del público de Boca se posó con rigurosidad sobre el desempeño del DT, sobre todo en este tramo final de la temporada. Su llegada a la Ribera, iluminada por la recomendación previa de Carlos Bianchi a los dirigentes, le dio garantías para dar sus primeros pasos con el siempre camaleónico respaldo de la gente. Tras aquella eliminación en la Copa Libertadores frente a Fluminense y el 2° puesto conseguido en el Clausura, el mismo Ischia fue el que se impuso condiciones para el semestre de cierre al justificar que su continuidad estaría ligada al poder omnímodo de los resultados.
Prueba de ello es el repaso de sus declaraciones cuando los resultados no acompañaban. "Si seguimos jugando así, seguro que vamos a ganar un campeonato", reflexionó en su regreso de Brasil, aún con la herida abierta por la caída con Fluminense y la inminente huella de River rumbo a la consagración en el torneo local. La sentencia, volcada ante LA NACION en un café de Ramos Mejía, reflejaba la filosofía de un entrenador de propuesta audaz y determinante, más allá de los desequilibrios que ésta teoría pudiera generar en su equipo.
Si bien había ganado la Recopa Sudamericana ante Arsenal, el andar irregular de Boca en el Apertura y la pronta despedida en la Sudamericana minaron de incertidumbre su futuro, siempre sujeto a la suerte de lo que suceda en el torneo local. Durante la temporada y pese a las dudas, Ischia siempre exhibió una personalidad de acero. Asumió el contexto de inquietud, y tras acentuarse las dudas por la caída ante Inter, de Porto Alegre, subió la apuesta al afirmar: "Vamos a ser los campeones del torneo local". Su pronóstico se efectivizó anoche, después de un triangular final que extendió la angustia.
Durante el año, la conducción de Ischia estuvo guiada por el consenso y el pluralismo. Sus decisiones siempre antes pasaron por el filtro del diálogo y el acuerdo entre cuerpo técnico, referentes, con Riquelme a la cabeza, y dirigentes.
Ischia debió soportar tormentas como las grietas internas que se abrieron en el plantel después de un estruendoso cruce dialéctico entre Riquelme y Julio César Cáceres. Si bien las diferencias y los desplantes no se ocultaban, desde entonces, el plantel se prometió dejar las diferencias de lado, y trabajar unidos para lograr el objetivo. A ello se agregó la promoción de jóvenes valores, ya que le dio lugar a más de 15 juveniles (seis de ellos anoche fueron titulares), y esto quizás quede como sello de su gestión.

BOCA: EL FESTEJO ANTE LA ADVERSIDAD, EN EL PARTIDO QUE MÁS SUFRIÓ


Ahí se los ve saltar, festejar. Pocas veces la palabra desahogo encajó de manera tan justa en una consagración, aunque no haya sido con el lucimiento de otras ocasiones, aunque haya sufrido, y mucho, hasta el final, frente a Tigre. Pese a la derrota, fue la noche en que salió el sol para Boca y fue la imagen que, paradójicamente, contrarrestó con la mañana del 8 de octubre, donde los nubarrones armaron un microclima sobre Casa Amarilla. Pedro Pompilio, presidente de Boca, se enfrentó con 70 periodistas y dijo: "El cabaret hay que cerrarlo". No era un chiste de mal gusto rememorando los tiempos de Héctor Veira, allá por 1998. Habló durante casi 45 minutos, pero ésa fue la frase que describió la realidad xeneize. Pedro no desmintió la existencia del cabaret, pero sí había pedido clausurarlo cuanto antes...
Boca acumulaba su tercera derrota en los últimos cuatro partidos del Apertura; la Bombonera se convirtió en vulnerable; Palermo no jugaba desde la 3a fecha por una nueva rotura del ligamento lateral interno de la rodilla derecha y Palacio se debatía en una incertidumbre constante por una pubalgia. El DT Ischia había sacado del arco a Caranta en un caso poco claro y hasta hubo un enfrentamiento verbal entre los dirigentes y el arquero. Además, la pelea interna estaba en su punto más alto por el choque Julio Cáceres vs. Juan Román Riquelme y, en el fixture, se venía River... En ese marco, lo único positivo era el receso por las eliminatorias. A Boca le sirvió para rearmar filas y, sobre todo, enfriar las ideas. Y las diferencias le sirvieron como vitaminas para reaccionar.
Pero entre fines de octubre y principios de noviembre, el mundo xeneize recibió más golpes. El fallecimiento de Pompilio, a los 58 años, víctima de un infarto de miocardio, generó un gran dolor e incertidumbre en la cúpula política y también en los futbolistas.
En el campo de juego, se sumaron la eliminación en la Copa Sudamericana y la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha de Paletta. La lesión del defensor era la N° 14 del semestre. Con distinta gravedad, es cierto, pero debieron pasar por la enfermería Palacio, Caranta, Palermo, Riquelme, Castromán, Cáceres, Ibarra, Calvo y Morel Rodríguez. Y lo curioso fue que Paletta ni cuenta se dio cuando se lesionó. El 24 de agosto Palermo sufrió por segunda vez la rotura del ligamento de la rodilla derecha. Por causas ajenas a la preparación física (una mala caída en un salto ante Lanús), los xeneizes perdieron a su Titán .
La pelea interna se desató con el cruce Riquelme vs. Cáceres, pero fue mucho más amplia. No se quedó en el desliz del paraguayo: "Por ahí está cansado o fatigado mentalmente. En la selección se movió diferente. Es un jugador que ganó prácticamente todo y si por ahí en el fútbol uno no tiene motivación, tiene que dar un paso al costado. En el fútbol hay que tener motivación y deseo de ayudar a tus compañeros". Tampoco en la contestación de Román: "Parece que si alguien se dobla un tobillo es culpa de Riquelme. Cáceres no le dio nada a Boca y se fue mal de todos los clubes. Por ahí dice esto para irse de Boca, pero se perdieron todos los códigos". Detrás del defensor se encolumnaron todos menos Ibarra, Figueroa, Mouche, Javier García y otros juveniles.
Boca empezó a ganar el campeonato el 17 de octubre, dos días antes del superclásico. En la jornada en que muchos celebraron el día de la lealtad peronista, los jugadores se reunieron, discutieron sus diferencias y se juramentaron "poner a Boca por encima de todo". Cuentan que en el cónclave, un experimentado goleador, a quien Pompilio le pidió cicatrizar heridas desde su lugar como líder positivo, no llegó ni a presentar a las partes que... todos saltaron y se dijeron de todo. Riquelme escuchó cada uno de los reclamos y fue el último en hablar: "Miren que yo no quiero ser amigo de ustedes. Yo quiero jugar al fútbol y no voy a cambiar mi forma de ser" . Por eso el mapa interno, en gustos y amistades, nunca se modificó. Fue muy valorable la voluntad de solucionar las cosas antes del partido en el Monumental y no fue casual que ese 1 a 0 con un tiro libre de Riquelme y el cabezazo de Viatri fuera el comienzo de una seguidilla de cinco triunfos consecutivos.
Ischia sabía que se jugaba mucho más allá de la conquista de la Recopa y que la gran apuesta era el Apertura. Si bien le dolieron, no puso como excusas por las lesiones y, casi sin refuerzos, fue el gran impulsor de los juveniles.
¿Que por momentos las diferencias restaron? Sí, pero ese tipo de discrepancias muchas veces no se hablan ni se discuten; se dejan correr y se conocen un tiempo después, cuando son demasiadas víctimas en el camino. En aquella reunión del 17 de octubre nació la planificación para ganarle a la adversidad. Y por eso hoy Boca festeja el éxito como si nunca hubiera pasado nada, pese a un final impensado. Pese al llanto de Javier García por un gol insólito: el último golpe que sufrió el campeón.

DIEGO CAGNA Y SU MEJOR REMERA: "POR SIEMPRE GRACIAS MATADOR"


Diego Cagna creó un atractivo juego de misterio a lo largo de todo el campeonato. Fecha tras fecha, sus remeras con leyendas futboleras eran un comentario obligado en cualquier charla de café. Y entonces surgió una duda: ¿cuál utilizaría en el partido decisivo? ¿Qué palabras serían las indicadas para el partido más importante en la historia de Tigre?
Atrás habían quedado algunas leyendas destacadas estampadas en sus remeras de las últimas fechas. "Movete que entrás", o "Que salen a ganar, quieren salir campeón", la elegida en el partido ante Banfield en la última fecha del torneo, o "Que esta tarde cueste lo que cueste", la que se puso en el primer cotejo del triangular, ante San Lorenzo. Ayer, apenas asomó por el túnel, se vio la mejor frase del repertorio: "Por siempre gracias Matador".
Antes de que la pelota comenzara a rodar, el mensaje estaba claro. El título era un sueño, el cierre perfecto para un campeonato inolvidable. Pero no hay dudas de que más allá de vencedores y vencidos en los noventa minutos de ayer, este modesto e hidalgo Tigre, que hace tan sólo 18 meses jugaba en la primera B Nacional, se ganó un lugar en los libros del fútbol. Más aún: ¿dónde estaba Tigre hace apenas tres años? En la B. En la temporada 2004/5 escaló y ascendió a la B Nacional, y en la 2006/7 le ganó la Promoción a Nueva Chicago y trepó a la máxima categoría. En su regreso se consagró subcampeón en el Apertura 2007, detrás de Lanús; acaso ése fue un cristalino indicador de que lo sucedido en los últimos meses no fue obra de la casualidad.
"Estoy orgulloso de estos jugadores", fueron las primeras palabras de Diego Cagna cuando terminó el partido. Estaba muy calmo, una muy importante virtud para un conductor de un grupo. "Estuvimos cerquita. Boca tiene gran equipo y se lo merece", continuó con humildad, otra cualidad para el elogio del director técnico. "Siempre les digo a los jugadores que hay que dejar todo para después poder dormir tranquilos. Y por eso este plantel vale oro", finalizó con el elogio para sus dirigidos en sus primeras palabras luego del partido.
En todo Tigre, hinchas más protagonistas, las imágenes que se vieron cuando Sergio Pezzotta dio el último pitazo presentaban cierta contradicción. Cantos de felicidad en unos, llantos de tristeza en otros. Pero algo los unió anoche y algo los unirá en la historia: el orgullo que sintieron los de la tribuna por lo que dieron los futbolistas en la cancha.
Por eso, el juego que propuso Diego Cagna con su equipo dentro de la cancha merece un aplauso. Y el juego que creó con las leyendas de sus remeras, también. "Por siempre gracias Matador", resume a la perfección el paso de Tigre por el torneo Apertura y el triangular.
• La hinchada llegó tarde; La Hiena, no
Por el tránsito que había ayer, parte de la hinchada de Tigre llegó con algunos minutos de demora al estadio de Racing. El que llegó temprano y fue enfocado por las cámaras en la tribuna antes del partido fue el boxeador Jorge Rodrigo La Hiena Barrios, un reconocido hincha del equipo de Victoria.

JUAN ROMÁN RIQUELME ENCONTRÓ EN LOS MÁS CHICOS A SUS MEJORES ALIADOS


Fue uno de los años más agitados en la vida de Juan Román Riquelme. Se colgó medallas, alzó trofeos, agradeció distinciones individuales, marcó goles trascendentes y, en igual medida, asistió exquisitamente a sus compañeros para que ellos también festejaran. Fue altamente influyente en Boca, adentro y afuera del campo. Con su talento, salvó al equipo en varias oportunidades, cuando el título del torneo Apertura parecía algo lejano. Pero no sólo se encargó de la creación del conjunto, sino también de aspectos que excedieron lo futbolístico. Es "distinto" y gozó de diversas libertades. Siempre fue protagonista; cada uno de sus actos levantó polvareda. Se ganó enemigos, pero también supo rodearse de fieles aliados, que hasta lo endiosaron públicamente.
Arrogante o tímido, genio o jugador de cabotaje, símbolo o pieza secundaria, Román siempre dividió las aguas y, ¿por qué no lo haría esta vez? Terminó el año agotado, con la lengua afuera y el cuerpo maltratado por patadas, horas de viajes y entrenamientos. Periódicamente lo perjudicó una lesión en el sóleo derecho y hasta se le formaron ampollas en los pies. Pero anímicamente, mejor no pudo haber despedido una temporada en la que ganó los Juegos Olímpicos, la Recopa y un título local. Para los hinchas auriazules, es intocable; sólo hay que recordar el revuelo que se armó en el clásico de la 17» fecha, ante Racing, cuando un joven plateísta le recriminó "no poner más hu..." .
"Ha sido un año muy arduo para mí, pero en el que gané mucho. Mientras siempre sea de esta manera no me interesa el cansancio", dijo Riquelme tras la consagración xeneize.
Pero en el semestre, no todas fueron sonrisas para el enganche, que anoche llegó al Cilindro, de Avellaneda, en su camioneta -no lo hizo en el ómnibus del plantel- y antes del partido recibió el saludo de uno de sus admiradores: Martín Morel, el talentoso volante de Tigre. Luego de colgarse la medalla dorada en China y colaborar en la conquista de la Recopa, ante Arsenal, JR se desinfló y mostró lo peor de su personalidad, fastidiándose ante cada error de sus compañeros. Después se desencadenó la explosión mediática del conflicto interno entre el N° 10 y sus acompañantes de grupo. El paraguayo Cáceres desempolvó una idea que compartía la mayoría (Palermo, Palacio, Battaglia, Dátolo, Morel Rodríguez...). Todo justo antes del superclásico ante River.
En el ojo de la tormenta y con el orgullo tocado, Riquelme se dio cuenta de que de la única manera que podía revertir su imagen tras el profundo conflicto era demostrándolo en el campo y siendo determinante, como resultó para los boquenses a partir de allí.
Román encontró protección en el DT Carlos Ischia, que siempre lo mantuvo en el terreno hasta en los momentos más sombríos ("Es el mejor de la Argentina", lo elogió), y en sus amigos, Hugo Ibarra y Luciano Figueroa. A partir de allí se sintió cómodo nuevamente. Incluso, se movió con inteligencia en el vestuario y entabló "amistades" con las flamantes camadas. Esas que estaban alejadas de los inconvenientes de liderazgo y en el semestre resultaron importantes para el equipo. Fue así como Javier García, Lucas Viatri y Pablo Mouche, entre otros, se transformaron en una suerte de laderos del N° 10.
Es evidente: Riquelme tuvo muchísimo peso en la consagración, pero fue valiosa colaboración de los pibes del club . "La gente está muy contenta por el campeonato. Nosotros también y la colaboración de los más chicos del grupo fue muy importante para todos", dijo JR .
Los precoces talentos del semillero azul y oro, frente a las ausencias obligadas por la gran cantidad de lesionados que padeció el plantel, debieron asumir un compromiso y no sólo cumplieron, sino que resultaron fundamentales en el campeonato brindando frescura y capacidad ganadora.
Estos mismos jóvenes -Nicolás Gaitán, Facundo Roncaglia, Viatri, Juan Forlín, Cristian Chávez, Ricardo Noir y Ezequiel Muñoz, en mayor o menor medida- ayudaron futbolísticamente a Román, que debió asumir el compromiso, casi exclusivo, de ser el hombre más importante del circuito ofensivo. El número 10, que anoche frente a Tigre, en el estadio de Racing, no pudo actuar por tener cinco amonestaciones, pero vio el juego desde la platea y al final ingresó en el campo de juego para celebrar con sus compañeros. Es que él apareció en los tramos donde a los boquenses les costaba encontrar el rumbo y sin el extraordinario nivel de la Copa Libertadores 2007, terminó potenciando su figura y la de un equipo que sufrió, pero al fin festejó.
5 goles marcó Juan Román Riquelme en los 17 partidos que disputó en el torneo Apertura. Los equipos vencidos por el enganche fueron San Lorenzo, Arsenal, Racing (2) y Colón.
• El aporte de Lucho Figueroa en la recta final
Luciano Figueroa se sumó a Boca en octubre y utilizó un cupo ante la lesión de Palermo. Fue al banco ante River, pero no ingresó. Sin embargo, terminó como titular incluso en las finales y aportó goles importantes ante San Martín de Tucumán y Colón.

BOCA RESCATÓ UN TÍTULO DEL MUNDO DEL REVÉS


Tan estrambótico como fue el desarrollo del Apertura, cabía esperar un cierre en la misma línea. Un torneo que se empecinó en burlar la lógica se cerró con su capítulo más inescrutable. Con un consagrado, Boca, que llegó al desahogo desde un sufrimiento impensado, y un aspirante, Tigre, que se sintió cerca de la gloria más por carencias ajenas que por atributos propios. Con un título en juego entre dos equipos con arqueros debutantes. Con la versión desdibujada de un campeón por diferencia de gol y que no tendrá lugar entre lo más brillante de la historia boquense, tras un recorrido más valorable por los obstáculos que sorteó que por la calidad de sus recursos.
En una de las paradojas de este final arrevesado, el linaje de campeón que se le conoce a Boca apareció en el comienzo y no en el final. Lo impulsó a desbaratar con rapidez la duda sobre quién de los dos se haría cargo del partido desde el comienzo. Los goles los necesitaba Tigre, pero Boca tuvo claro que pegar primero era decisivo, cosa que buscó con una presencia numerosa desde el medio campo hacia adelante y mucha dinámica.
Boca necesitaba intérpretes rápidos, despiertos para aprovechar los espacios libres, para utilizar con criterio las descargas y abrir la cancha hacia los costados, donde encontraba pistones activos en Chávez, por la derecha, y Dátolo, por el otro lateral. En ese juego interno disponía, por entonces, de un Gracián participativo y de la colaboración de Viatri, dispuesto para ayudar en la elaboración.
Por un buen rato, Boca le hizo sentir a Tigre el rigor de esa autoridad, que derivó en algunas situaciones interesantes. Una pelota quedó disponible para el derechazo de Chávez, que se elevó demasiado, y en la más clara, Gracián filtró un pase por el centro para la penetración de Figueroa; el remate obligó a la primera intervención extrema del debutante Ardente, que respondió muy bien. Sin ser arrollador, ese despliegue de Boca desbordaba a Tigre. Contra sus ambiciones, el equipo de Cagna no tenía más remedio que jugar en su campo, siempre detrás de la pelota. No lo dejaba progresar su circuito desmantelado. Los intentos de Morel no tenían acompañamiento y como Giménez no le ofrecía una alternativa razonable, Lazzaro y Luna quedaban muy lejos.
Pero Boca fue perdiendo de a poco esa facilidad para ubicar el pase y los espacios, y Tigre salió a la superficie. En ese decaimiento xeneize influyó el de Gracián y Dátolo. Así y todo cabía esperar más de su lado que del de Tigre alguna llegada clara. En buena posición, Gracián remató muy débil y Ardente volvió a intervenir con acierto; enseguida, Dátolo tropezó con la pelota en una réplica que lo dejaba solo frente al arquero. Pero el desarrollo ya no era el mismo; Tigre, a favor de ese respiro xeneize, reaccionó. Lo ayudó la propensión de Boca a cometer infracciones menores, que Tigre usó para hacer caer la pelota en el área y buscar aprovechar las dudas de García y de la defensa xeneize en el juego aéreo.
Esa imagen de equilibrio perduró en el comienzo del segundo tiempo. Al ver que Boca no tenía claridad ni fuerza en Figueroa y Viatri para cerrar las jugadas, Ischia buscó revulsivos, como el ingreso de Palacio por Figueroa. Tampoco dio resultado. Inexplicablemente, Tigre seguía demorando en mostrar las uñas que se esperaban de un equipo en su posición: a sus hombres les faltaba tanta determinación como recursos futbolísticos.
Entre una y otra cosa, el partido se encaminaba hacia un empate del montón. Cagna buscó activar desde el banco lo que no se activaba en la cancha y subió a tres su línea de delanteros, con Altobelli. Sólo las equivocaciones de Boca amenazaban con romper la imagen de partido detenido. La más clamorosa, el error fatídico del arquero García en un centro, que propició el gol de Lazzaro, cambió del todo el juego hacia un destino imposible de adivinar. Empujado por las ganas y la obligación, Tigre empujó mucho más de lo que logró jugar. Boca se consagró al sufrimiento que lo golpeó en cada pelota que caía en su área, ahora confiada a las manos del pibe Ayala. Tragó saliva y salió adelante, casi en un remedo simbólico de lo que vivió durante el semestre. Su versión de campeón sufrido no será de las más indicadas para promocionar su década de éxitos, pero restaura su eficiencia ganadora en un terreno que lo extrañaba.
• Como en 1999, una conquista con tres arqueros
Así como en este torneo Apertura Boca terminó utilizando tres arqueros -Caranta, García y Ayala-, otro equipo xeneize llegó al título en la misma circunstancia: en el Clausura 99, aquel conjunto dirigido por Carlos Bianchi tuvo en el arco a Córdoba, Abbondanzieri y Muñoz, oportunamente.
EL DATO
Boca utilizó 31 futbolistas en el segundo semestre
El entrenador Carlos Ischia utilizó 31 jugadores durante el segundo semestre en Boca Juniors si se toman en el torneo Apertura, la Recopa Sudamericana y la Copa Sudamericana.
EL DATO II
El primer título del DT en el fútbol local
Si bien había ganado la Recopa, Carlos Ischia logró anoche su primer título como DT en el fútbol local. Como entrenador se desempeñó en Vélez, Gimnasia y Esgrima La Plata y Rosario Central.
LO CURIOSO
Rodrigo Palacio, de héroe a una expulsión
Rodrigo Palacio fue el héroe ante San Lorenzo, tras anotar un gol vital. Pero ayer entró por Figueroa y fue expulsado por doble amarilla. Un sabor amargo, ya que fue su primera tarjeta roja en Boca.

lunes, 22 de diciembre de 2008

BOCA TIENE LA VENTAJA Y SIENTE EL VIENTO EN LA ESPALDA


A la margarita del Apertura sólo le quedan dos pétalos, después de mucho deshojar y de deseos sin finales felices. Con San Lorenzo fuera de la discusión, con su esperanza ya marchita, Boca y Tigre entregarán los últimos chispazos de un campeonato electrizante, impredecible. No vale el cansancio ni las excusas. Tampoco las quejas por una organización que, a la vista, dejó algunos cabos sueltos. Sólo cabe el juego. Los reflectores siguen a la pelota. Ninguno se da por vencido, aunque el desarrollo del triangular dejó a los xeneizes con una ventaja tan cristalina que alcanzará una mínima explicación para comprenderla: Boca será el campeón incluso con una derrota por un gol de diferencia. Sí, un torneo tan alocado se condice con un desenlace que nadie esperaba en la teoría.
De combinaciones, especulaciones y cálculos, la definición alimentó los interrogantes hasta el último instante, entre gritos y lágrimas. O, mejor dicho, hasta que Cristian "Pochi" Chávez clarificó el panorama con ese tiro esquinado que decoró el resultado por 3 a 1 a favor de Boca y que, a la par, dejó tendido a San Lorenzo, rodeado por el fastidio, la incredulidad y los más crudos lamentos. Un gol, sólo uno, que se dio en el final y que le dejó al club de la Ribera el título en una bandeja de plata. Ahora, sólo será cuestión de tomarlo con firmeza en los últimos 90 minutos de esfuerzo.
Al final, ¡cuánta razón tuvo Miguel Angel Russo! Minutos después de haber vencido a Tigre por 2 a 1, el miércoles último, en Liniers, el entrenador de San Lorenzo se quejó por el controvertido arbitraje de Saúl Laverni, que no cobró dos penales en favor del Ciclón. "Si Laverni nos daba esos dos penales, esto se terminaba mucho antes. Estas competencias se definen por diferencia de goles y esos errores gruesos luego nos duelen, pero ya está..." Las palabras de Russo sonaron premonitorias. ¡Cuánto daría el Ciclón por un tanto más en su cuenta! Si hasta cuando perdía por 2-1 mantenía las posibilidades, ya que un triunfo de Tigre frente a Boca por 1-0 le habría asegurado la vuelta olímpica al conjunto azulgrana, en ese caso por los goles a favor. Pero no resistió y quedó fuera.
A la distancia, surge otra consideración atendible: el sorteo también le hizo un guiño a Boca, el domingo último, a puertas cerradas, en la AFA. Descansó un par de días más que el resto y le permitió moverse con más desenvoltura a la luz del primer resultado.
Se dijo: Boca ahora tiene ventaja en la carrera y se encuentra en una posición de privilegio, impensada en medio de los vaivenes en los que quedó sumergido durante el certamen. El grupo está a punto de afirmarse en su gran objetivo, pese a los cortocircuitos entre los propios futbolistas que enfrentaron, entre otros, a dos pilares: Juan Román Riquelme y Julio César Cáceres. Se sobrepuso, también, a una desventaja de ocho puntos respecto de San Lorenzo, líder durante buena parte del Apertura, con un nítido quiebre, la victoria ante River por 1-0, en la 10ª fecha. Y, aunque falta un paso, también parece imponerse entre aquellos que terminaron al tope de las posiciones.
A estas alturas el presente se revuelve con el pasado. Si se buscan las comparaciones, el recorrido del triangular recuerda mucho a aquella definición de 1968, que encontró a Vélez, River y Racing en un desempate inédito. Y "este Boca" sería "aquel Vélez", que también jugó los dos últimos encuentros y que se consagró campeón con la igualdad 1-1 frente a River y con el éxito en la fecha final ante la Academia por 4-2. Y "este San Lorenzo" se insinuaría como "aquel River", que venció en el debut y que, después, se quedó sin nada.
Ahora sí, se acerca la definición. La ganancia parece dirigirse directo a los bolsillos de Boca. Sólo resta esperar si, por única vez, el Apertura se enrola detrás de los conceptos de la lógica o si tiene preparado otro giro imprevisto en los acordes del final.

EL PULSO FIRME LE DIO A BOCA UNA TARDE DE ÉXTASIS


Acechado por las supuestas inseguridades de una campaña irregular o por una mirada desconfiada desde afuera que nunca termina de abandonarlo, Boca nunca olvida cómo mantener el pulso firme. Por supuesto que ese atributo seguirá a prueba continuamente y en particular pasado mañana, cuando se las vea con Tigre por la definición del Apertura, pero para Boca ya es un recurso emblemático, un capital que valora y utiliza como ninguno. Así como le ha servido en esta última década para alcanzar tantas grandes satisfacciones le sirvió otra vez ayer, en una tarde en la que el tremendo calor de la tensión nerviosa no fue menor al de la sofocante temperatura ambiental. Ese aplomo y sangre fría que distinguen a Boca le valieron una diferencia sobre San Lorenzo que por momentos fue sutil y en el final, nítida, incontestable.
Los partidos que caminan por la cuerda floja, como estuvo el clásico de ayer por largo rato, suelen caer del lado del más más experto, del más zorro. El destino de este partido tan endurecido estaba guardado en un pasaje clave: el que sobrevino al empate del Ciclón, después de ese instante desafortunado del arquerito García. Parecía el momento emocional justo para San Lorenzo, que vio como nunca el título al alcance de la mano y embistió a Boca con todo su resto. Todo menos el futbolístico, que ayer, cuando más lo necesitaba, lo abandonó. Lo hacía con cargas optimistas, con los arranques de ese toro incontrolable que es Bergessio y la claridad conceptual y de ejecución de Solari. Pese a que no era mucho más que eso, la impresión estaba de su lado. Pero el pibe García, hasta allí el antihéroe de la tarde por aquel fallido, se reivindicó en parte en la jugada que lo definió todo: un saque rápido, certero, que tomó al Ciclón sin chance de retroceso, que continuó con las perfectas intervenciones de Dátolo y Riquelme y la definición de Palacio.
El 1-2 aún le servía a San Lorenzo en su perspectiva matemática, pero fue un mazazo tan grande que lo quebró para siempre. Todo el descontrol emocional que lo atacó después, que incluyó las expulsiones de Gastón Aguirre y de Bergessio, y hasta el tercer gol de Boca, en el descuento, con un zurdazo de Chávez cuando el equipo de Boedo estaba en pleno estado de desbande, fue derivación pura de ese golpe. Allí terminó el campeonato para el Ciclón, ya sin remos que valieran en medio de una corriente tan adversa. Volvía a hacer historia el inveterado aplomo de Boca para abrirse camino en este tipo de bretes, el oficio para salir a flote entre la angustia ambiental y dar con la frialdad necesaria cuando todos están nerviosos.
Esa fue la sustancia del partido. Lo anterior fue un estresante forcejeo futbolístico, un primer tiempo en el que la determinación para no dar un paso en falso fue prioridad absoluta para todos. Una etapa que dejó sólo dos marcas; una, por cierto un momento preocupante, el tremendo cabezazo entre Silvera y Forlín, en el que el muchacho de Boca llevó la peor parte; la otra, el gol de Viatri sobre el descuento, un cabezazo tras un córner de Riquelme que se desvió en Bianchi Arce, cuando no había grandes justificaciones para una ventaja de ninguno.
Pero ese gol abrió un partido nuevo, soltó todo. Lógicamente, visto fuera de toda pelea, San Lorenzo salió con todo lo que podía. Se entregó a una búsqueda todavía esperanzada, aun a costa de exponerse en el fondo; Dátolo, con campo para correr, empezaba a trastornarlo. Pero el Ciclón sufrió en toda la tarde un déficit que no esperaba: el aporte escaso de Barrientos, su llave principal de estos últimos tiempos. Llegó al empate con un derechazo de Solari sin mucha fuerza que se le escurrió a García y creyó que era su momento. Pero Boca puso en funcionamiento la maquinaria que resiste el paso del tiempo y de los nombres: primero, resistió; después, agazapado, hundió el puñal.
A Boca, entre otros méritos, le cabe el de haber salido adelante sin una incidencia determinante de Riquelme, cuya mayor contribución, esta vez, fue aquella asistencia perfecta para el gol de Palacio. Sabe que siempre contará con columnas como Battaglia, que más allá de algun mal pase o una imprecisión es un baluarte invalorable, y en su viento de cola empieza a recuperar a Palacio, si no para abrir defensas con su clase y velocidad, al menos para aparecer donde más duele y definir con categoría.
San Lorenzo cierra el año con una amargura que tardará en disipársele, pero la mirada desapasionada tiene que rescatar sin falta muchas cosas positivas en su foja de este último semestre. Aunque le costará masticar la idea de que tenía el campeonato bajo la fusta y lo perdió, también es cierto que las ventajas no se prolongan por inercia en un fútbol tan peleado, tan renuente a dejar que se establezcan supremacías. Salvo la que Boca, más allá de los barquinazos que últimamente lo perturbaron, sigue ejerciendo por los nervios de acero que forjó en tantos años y que ahora lo pusieron a un paso de otra gran satisfacción.
• Baldassi trabajó a destajo, y en general, bien
Héctor Baldassi tuvo mucho trabajo: sacó 16 tarjetas amarillas y dos rojas (a Aguirre y Bergessio), estas útimas por repetición de amonestaciones. En general no estuvieron equivocadas; la de Riquelme dejó dudas, por lo que pareció un choque con Chaco Torres, a quien, por lo demás, debió haber expulsado antes. Sí se le puede observar que en el comienzo toleró demasiado las protestas.
LO POSITIVO
Battaglia, entre los mejores en el semestre xeneize
El volante fue determinante en el medio para equilibrar el equipo cuando estaba volcado en ataque. Battaglia ofreció un rendimiento parejo de principio a fin en este semestre.
LO NEGATIVO
Una definición con las plateas vacías
Mientras las dos cabeceras estaban desbordadas, las plateas del estadio de Racing lucieron sin público.
EL DATO
Para el Ciclón ya comenzaron las vacaciones
El plantel azulgrana comenzó las vacaciones y volverá al trabajo el próximo 7 de enero, en el Bajo Flores. Un día después viajará a Mar del Plata para inicia la pretemporada, desde luego con Miguel Angel Russo al frente del equipo.

sábado, 20 de diciembre de 2008

UN CAMPEÓN... O MÁS SUSPENSO


La película del torneo Apertura puede tener una definición hoy. O continuar el suspenso... y las suspicacias. El electrizante final de fiesta de un certamen inédito podría resolverse esta tarde, en la cancha de Racing, con uno de los clásicos más apasionantes del fútbol doméstico. O, en cambio, podría trasladarse la tensión hacia el martes próximo, pero claro: ésa será otra historia. Lo importante, lo trascendente, es que hoy podría coronarse un campeón. Si San Lorenzo, vencedor de Tigre por 2 a 1, el miércoles último, gana otra vez, dará la vuelta olímpica y habrá festejos hasta el anochecer en el Bajo Flores. Si, en cambio, Boca empata o gana, la teoría advierte que tendría el título en la mesa de Navidad: el martes, contra Tigre, definirá la cuestión.
Con esas cartas en la mano se enfrentarán hoy San Lorenzo y Boca, en el Cilindro, desde las 18.30, en un partido con sabor a todo o nada. Se repite: si el Ciclón se impone en la escena, no habrá lugar para la especulación, será una noche de título azulgrana, el 11° de su historia doméstica. En cambio, un empate transformaría el veredicto: Tigre automáticamente se quedará al margen, San Lorenzo conservará la chance, pero Boca tendrá todo a favor. Si el equipo xeneize triunfa, Tigre seguirá en carrera, por lo que el juego de las suspicacias dominan las últimas horas. Claudio Morel Rodríguez, el defensor de Boca, fue elocuente. "Sabemos que el empate no es malo, pero nosotros queremos ganar mañana (por hoy) y el martes", dijo. Porque este llamativo razonamiento incluye la gran definición: para muchos, el empate sería el resultado ideal para Boca, que definiría con un Tigre diezmado, sin el arquero ni el N°5 titulares y, además, sin posibilidades de consagrarse.
En las últimas horas, al margen del juego, se generaron muchas historias ajenas a tácticas y gambetas, como las críticas de San Lorenzo hacia los arbitrajes, como el último, de Saúl Laverni contra Tigre o frente a la manera en que se resolvió la definición, ya que lo lógico hubiese sido que el perdedor del primer partido -en este caso, Tigre-, debería haber jugado hoy. También, en Boca surgieron voces, como las expresadas por Morel Rodríguez, al menos, por lo bajo; una defensa de la labor de los jueces -muchos insistieron que beneficiaron a Boca- y hasta la sugestiva relación entre Román Riquelme y la barra brava xeneize.
Y, como tantas veces, el juego parece quedar de lado. No debería: son dos equipos de primer nivel, con muchas figuras, que deberían brindar un gran espectáculo, más allá de las presiones.
San Lorenzo, tal vez, sea el mejor armado en esta etapa final. Se levantó luego de una etapa errante, con tareas convincentes y excelente juego asociado. Puede ser que no mantenga el mismo nivel en los 90 minutos -suele caerse en las partes finales-, pero tiene un potencial suficiente para ganar hoy y cortar con el universo de especulaciones. El medio campo, sencillamente, es un lujo: a partir de la lesión de Rivero, Barrientos encontró su posición en el sector derecho, desde donde brilla. Solari, en la otra banda, es la cuota de sutileza y, en el círculo central, Ledesma y Torres resultan la combinación justa de fútbol y quite.
Boca, obvio, ya tomó nota. Le ganó en el torneo 1-0, con un tanto de Riquelme, el as de espadas y una abrumadora diferencia futbolera. Y, si bien el historial le es desfavorable -ocho partidos de ventaja tiene el Ciclón-, sabe Boca cómo se juegan esta clase de partidos.

viernes, 19 de diciembre de 2008

ES LA MÍSTICA DE RIQUELME


El termómetro de Boca es Riquelme. No sólo el equipo depende de sus pies, de su fútbol, sino también de su estado de ánimo, de cómo se siente, de si se ríe o no. Y últimamente en las conferencias se lo vio sonreír seguido al 10, más allá de algunos momentos de habitual seriedad o parquedad para responder. Incluso hasta anda mostrando sus dientes de felicidad en el hall de Casa Amarilla justamente en un momento emocionalmente caliente.
Si se lo ve bien a Román, seguro que el pronóstico es mucho más alentador para su equipo. Sin ser garantía de nada, ese bienestar, esas declaraciones de confianza medida, les generan cierta tranquilidad a Ischia y a los hinchas. Es como que la mística Riquelme está vigente. Esa mística de aparecer en los partidos determinantes, de manejar él los tiempos y a sus compañeros, de hacerse cargo, de transmitir respeto por el adversario pero a la vez ningún temor. Esa mística que lo fue haciendo grande en el tiempo, en ese vínculo tan fuerte con la gente. Porque cuando él está bien, la historia puede ser distinta. Lo saben sus compañeros, los que tienen onda con él (Ibarra, García, Figueroa, sus habitués) y los que no. Y lo sabe la gente, que cuando está en la cancha refleja que no le importan las internas, si Román le contestó mal a alguno, si Román hizo rancho aparte, si dicen que Román es Satanás. Más allá de las relaciones puertas adentro, puertas afuera es de diez con la gente, que lo mima y lo ovaciona primero que a nadie. El, con su mística, es quien le da vida a este equipo y marca el camino.

"LE PIDO AL HINCHA QUE SIGA CONFIANDO EN MÍ"


Fueron 22 minutos de grabador encendido, de pura catarsis en el mano a mano con Olé. Sentado en una de las sillas azules del hall, aún con la ropa de entrenamiento, Javier García estira las piernas, juega con una media que tiene en la mano, clava la mirada con esos ojos verdes oscuros que se tornan vidriosos. No hay lágrimas, pero el blooper del domingo ante Colón le hizo pasar sus horas más difíciles desde que es el arquero titular de Boca.

-¿Cómo estás?

-Bien.

-¿Y estas horas?

-Tranqui. Estuve en la cama, fui al local de mi hermano, lo habitual.

-El domingo fuiste muy autocrítico...

-Dije la verdad. Llegamos 20 veces y ellos tres, una pegó en el travesaño y hubo dos goles. No dije nada raro, sólo la realidad: el partido se complicó por el segundo gol.

La charla de García con Olé no tuvo testigos. Sólo empleados del club que deambulaban por el hall y médicos que iban y venían. Hasta que apareció Riquelme. Justo después de la cuarta pregunta. Pasó, saludó y se rió. "Es mi amigo", lo definió el arquero.

-¿Qué te genera él?

-Es terrible. Por suerte, tengo una relación muy buena. Y no sé por qué. Es mi ídolo desde chico, tuve sus pósters en mi pieza... Mi primera experiencia fue cuando vinimos del Mundial Sub 20 y me llevó a comer a la casa con todos los chicos del Mundial. Después, de hablar en el entrenamiento, tomar mate... En mi debut, él estaba en Pekín y me mandó un mensaje: 'Suerte, tranquilo, sólo hacé lo que sabés'. ¿Qué mejor respaldo que el del diez, no?

-¿Qué consejos te dio?

-Que esté tranquilo, que goles me voy a comer millones. Me dijo: 'Ojalá que el sábado ganemos 4 a 3 y que te comas tres goles más. Si te comés los goles quiere decir que estás, y eso es bueno. Tenés 21 años y estás en la Primera de Boca'. Todos saben que el arquero se come goles... Por ahí ves un arquero español que gana el doble o el triple que yo y se come el mismo gol o peor. Son las reglas del juego.

-¿Tu mejor psicólogo es Román?

-No. Román es un amigo y eso me hace muy bien.

-¿Hablaste con Mara, la psicóloga del club?

-No, para nada. No necesito un psicólogo. Nací acá y sé cómo es esto. Me pongo mal en Primera, en Reserva, en Inferiores, en Infantiles... Hasta en el baby me ponía mal. Me hacían tres goles y lloraba, tenía 6 años. Tiraba los guantes, me iba y mi viejo me quería agarrar de los pelos... Tampoco es tan dramático. Estoy contento porque se ganó y porque me salvaron mis compañeros.

-¿Este arco es gigante?

-No, mide igual que todos. Lo que lo hace gigante son los periodistas, la gente, la pasión...

-Se dice que en el arco de Boca o de River hay que contagiar seguridad...

-Es siempre lo mismo. En el arco de Gimnasia te llegan siete veces, el arquero saca cuatro, le hacen tres goles y aprende de esa manera. Cuando debuta tiene 25 años y va aprendiendo así. A mí me tocó aprender de golpe, crecer de golpe, todo nuevo, no tenía ni un amistoso. Jugar en Reserva es totalmente distinto. Pero estoy encantado, feliz y no tengo ningún complejo. Si me tengo que volver a equivocar, me voy a equivocar. Me pasó con Vélez, que llegaron tres veces y me hicieron tres goles. Contra Racing dos veces y me la puso al lado del palo, son goles... En Tucumán un zapatazo al ángulo, y todos centros. Y después en Fútbol de Primera no pasan los centros. O como con Gimnasia, Banfield y River, esos tres partidos que mantuve el cero. En 90 minutos te llegan centros, pelotas para cortar y eso quizá no se ve.

-Acá no hay tiempo.

-Los tiempos de Boca son muy cortos. Por eso, siempre traen arqueros y de experiencia, pero tengo el respaldo de mis compañeros, del técnico, de la dirigencia. Tengo muchísimo tiempo por aprender y ojalá pueda seguir aprendiendo. Me tocó aprender así y estoy contento de la vida.

-¿Sos chico para ser arquero de Boca?

-Boca siempre fue de traer arqueros. Hace 11 años que estoy y he visto pasar grandes arqueros de Inferiores que no tuvieron oportunidad. Dulcich, Eberto, Caballero, Astrada, estos tres arqueros de Selección, eh, y no tuvieron mi suerte. 21 años es joven para cualquier arco, pero igual se equivoca uno de 40 y las críticas no son las mismas. Quizá, doy un rebote con River y ya te catalogan de rebotero, ¿y vos qué sabés si fue un rebote de una circunstancia? Después la agarré.

-¿Las críticas no son iguales porque es Boca?

-En eso es el arco más grande. Lo agranda la pasión, ustedes, la realidad. Por ejemplo, me sorprendió muchísimo una pelota contra Racing que paré de pecho, la tenía totalmente controlada y la gente se me vino encima. Me sentía confiado, para decir 'acá estoy yo' y transmitir tranquilidad, y parecía que me había salido todo al revés.

-¿Te pasa de no poder dormir?

-Nooo. Ojo, tampoco es que me ando cagando de risa después de un partido así. Me duele, obvio, pero tampoco te podés andar maquinando todo el tiempo porque si no, no tenés vida y te come la presión, eso tampoco es bueno. El duelo ya lo hice.

-¿Ischia te habló?

-Sí, es un fenómeno. Las palabras que me dijo después del partido me dieron el ánimo que necesitaba. Si por ese error perdíamos el campeonato, Carlos iba a estar en duda y él no iba a tener nada que ver. El error era todo mío. El se está jugando una ficha muy importante al poner un pibe de 21 años. Sólo tengo palabras de agradecimiento.

-¿Se vienen tus partidos más importantes?

-Sí. El de River y el del debut también lo fueron.

-¿Qué te dijo la gente?

-Está el que te hace la joda, el que te dice algo serio, el que te quiere aconsejar.

-¿Qué le querés transmitir al hincha de Boca?

-Ehhh, no sé, que le quiero transmitir, o sea...

-¿Que se quede tranquilo?

-Ojalá que se quede tranquilo. Le pido al hincha que siga confiando en mí. Estoy aprendiendo en un arco muy grande.

-¿En estos dos partidos te jugás mucho?

-La misma presión que si jugara con Sacachispas.

-Si respondés ahora te ganás un lugar...

-(Interrumpe) O quizá no y te traen otro. No te tiene que jugar eso en la cabeza. Para mí, contra Sacachispas o una final contra San Lorenzo tiene que ser lo mismo. Lo importante es que no me hagan goles.

-¿Te va a dar bronca si traen otro arquero?

-Hace cuatro años que estoy con Primera y siempre hablan dos meses antes. Falta muchísimo. Si tienen la necesidad de traer otro arquero, que lo traigan.

-La última, ¿estás bajoneado o no?

-En mi laburo soy totalmente exigente, como el psicólogo, el dentista, el que opera. Te quedás mal el post partido y al otro día a lo sumo. Después ya está. Igual que cuando hacés un buen partido. No te podés quedar con lo que hiciste, tenés que pensar en lo que viene. Por eso, desde el lunes ya estoy pensando en San Lorenzo.

"EL CLÁSICO DE SAN LORENZO ES HURACÁN"


Sabe pegar donde duele. De algo no quedan dudas: Juan Román Riquelme es como esos boxeadores cerebrales que analizan fríamente los movimientos del rival antes de meter el golpe justo. Así en la cancha como en la vida. Ya sea un pase-gol o una respuesta-sentencia. Esté frente a un marcador en pleno partido o delante de varios periodistas en su ya habitual conferencia de prensa de los jueves. Siempre dice algo. Con sus sonrisas, con sus silencios. Hasta cuando, raro en un exquisito como él, se saca la pregunta de encima tirándola a la tribuna. Esta vez, el destinatario de su mensaje, como un pase que se filtra entre varias piernas rivales y deja mano a mano al delantero con el arquero, fue hacia San Lorenzo. El rival de mañana. El primer escollo en este triangular para salir campeón. ¿El clásico?

-Román, el sábado tienen una final. Además, el plus al tratarse de un rival clásico.

-El clásico nuestro es River.

-¿Y el de San Lorenzo?

-Huracán.

-Pero ellos lo toman como un clásico.

-Nuestro clásico es River. El sábado tenemos una final y la queremos ganar. Sabemos que enfrentaremos a un equipo que juega muy bien y maneja muy bien la pelota. Y si queremos ganar tendremos que estar concentrados.

-¿Viste el partido entre Tigre y San Lorenzo?

-Sí, lo vi.

-¿Fue un buen resultado o esperaban otro?

-Para San Lorenzo fue un resultado bueno. Para Tigre no. Nos da igual.

-¿Influye el partido que le ganaron con tu gol o será otra historia?

-Los partidos son siempre distintos. A nosotros nos da tranquilidad cómo jugamos aquel día. Hicimos un primer tiempo buenísimo, en donde marcamos un gol y tuvimos que haber marcado más. Boca jugó bien. Ojalá que el sábado lo podamos repetir. Estamos tranquilos y seguros del equipo que tenemos.

-¿Se piensa en Tigre?

-No podemos pensar en el martes. Falta un montón. Sólo tenemos que pensar en superar a San Lorenzo, que viene jugando bien, que por momentos maneja bien la pelota y en otros no. Es parecido a nosotros. Siempre sale a atacar. Ojalá salga un lindo partido.

-¿Te gusta cómo está jugando Boca?

-Con Colón jugamos muy bien. Hicimos 90 minutos muy buenos. Marcamos cuatro goles, aunque uno no lo cobraron. En cambio contra Gimnasia no hemos jugado bien. El campeonato ha sido bastante raro. Todos tuvimos altibajos. Si analizás a Lanús, fue el que mejor jugó y se quedó afuera de la final. Pero esto es diferente a todo. Ya se termina. Sabemos que un error se puede pagar muy caro. Estamos contentos por cómo jugamos ante Colón e intentaremos repetirlo el sábado.

-¿Sentís que van a enfrentar al mejor plantel del fútbol argentino?

-Sí.

-¿Es lo mismo que decir el mejor equipo?

-El mejor equipo será el que gane el triangular. Esperemos que sea Boca.

-¿Pensás que la pelota parada es la mejor arma de San Lorenzo?

-Sí. Pero también lo tiene a Barrientos que está jugando en un nivel muy bueno. Solari tiene mucha experiencia. Bergessio es muy importante. Y Silvera, que parece que por momentos no está en la cancha, si lo dejás, sacás del medio. Tienen un equipo muy bueno, con jugadores de una edad mayor y en estos partidos se nota. Los respetamos mucho, pero creemos en nosotros. Si no cometemos errores tenemos muchas chances de ganar el partido.

-En algún momento dieron ventaja física por acumulación de partidos. Ahora, llegan más
descansados que ellos.

-Sí. Ellos saben que son sus últimos 90' del año.

-¿Ahí se compensa?

-Cuando vas a jugar una final no te duele nada. Ellos tienen la moral muy alta porque ganaron. Se sienten más cerca, es la verdad. Y seguro que durante 90 minutos darán todo lo que tengan.

-¿Se habla con Ischia de la táctica a utilizar? ¿De ir con tres atrás?

-Nos habla de cualquier cosa menos de eso. El sábado en el hotel, cuando nos juntemos en la charla técnica, dirá cómo quiere que juguemos. Nosotros no tenemos idea de cómo vamos a jugar. Lo único que tenemos en claro es que jueguen tres o cuatro no vamos a cambiar. Intentaremos ser mejores que San Lorenzo.

-Para vos, ¿qué ventajas tendría una táctica respecto de la otra?

-Creo que de eso se habla después del partido. Si el DT cambia y las cosas salen, dirán que es un fenómeno. Si cambió y salen mal, dirán por qué cambió ahora. El resultado siempre manda. Más allá de lo que se decida siempre saldremos a atacar. Nunca nos va a mandar para atrás. Boca tiene una manera muy clara de jugar. Nos sentimos tranquilos. Ojalá que el sábado sea el mejor partido del año de nuestro club.
También se lo consultó sobre un posible empate mañana, con el que Boca llegaría al martes con la obligación de ganarle a Tigre de 2-1 para arriba y así dar la vuelta contra un rival ya eliminado. En cambio, si Boca le gana al Ciclón, sería campeón ganando o empatando, pero Tigre lo enfrentaría con chances...

-¿Analizaste que tal vez un empate los puede dejar mejor posicionado?

-No te entendí.

-Te digo si analizaste...

-(Interrumpe) No analizo. Es difícil que empatar te deje mejor que ganar.

-¿Sabés que si empatan dejan afuera a Tigre?

-Yo no juego con Tigre. Juego con San Lorenzo.

-Pero si empatan...

-Ojalá le ganemos. Nosotros no podemos andar pensando en otro partido antes. Si no lo hacemos bien en éste no vamos a poder jugar ante Tigre.

CADA VEZ CON MÁS PODER


La influencia de Juan Román Riquelme en Boca es cada vez más profunda y muchas veces, sus sentencias rozan la arrogancia. Hace tiempo que el número 10 no sólo se encarga de la creación del equipo, sino también de aspectos que exceden lo deportivo. Por su condición de "distinto" tiene libertades para hacer y disponer, para ponerse en el lugar de las autoridades y afirmar que Carlos Ischia debe seguir en su cargo más allá del resultado final, para enojarse con la prensa cuando las diferencias internas se hicieron públicas..., luego de que los propios jugadores xeneizes las revelaran. Ayer, a pocas horas del desafío de mañana ante San Lorenzo, por el triangular que definirá el Apertura, Román volvió a ostentar el poder que posee en el club.
Un informe del diario Olé divulgó que JR había participado de una cena organizada por la barra brava boquense, en Luján, para recaudar fondos para supuestas obras benéficas. En una conferencia de prensa, en Casa Amarilla, el enganche no sólo admitió el encuentro, sino que lo justificó: "A la gente de Luján le agradezco el cariño que me dio. Es verdad que fui invitado por gente del club. Me parecía normal, que tenía que ir. No me interesa quién me invita, siempre que sea para un acto benéfico. Estoy para ayudar al que pueda y en este caso era para donar una silla de ruedas para un chico enfermo. ¿Hice algo malo?" Un periodista le preguntó si "el fin justificaba los medios" y Riquelme se alteró. "Ni me interesa hablar de esto. ¿Tan difícil es entender? Estuve una hora y se consiguió hacer un acto benéfico. Vos hablaste de un narcotraficante. Uno puede ser hincha de Boca y no necesariamente es una mala persona. Bueno, basta, basta. Si es por un acto benéfico yo voy a cualquier lado", cerró, disgustado.
La floja respuesta del arquero Javier García ante Colón, el domingo pasado, en el sufrido 3-2, no pasó inadvertido para Román. Una versión indicaba que el cuerpo técnico evaluaba utilizar a Mauricio Caranta para el desempate, el mediocampista defendió impetuosamente al juvenil. "Todos hablan del error de García, pero hay que ver dónde arranca la jugada. Y todo arrancó en una jugada en la que perdí yo la pelota, después tiraron el centro, Javier la quiso controlar y se le fue; y gol de Colón. Igual, si ese error le pasó a Oscar Córdoba (ante Racing, en 2000, empate 1-1 en la Bombonera y en el mismo arco), que es el mejor de todos, le puede pasar a cualquiera. García demostró que está a la altura de las circunstancias. Con Gimnasia (0-0), en La Plata, atajó muy bien y gracias a ese punto que consiguió Boca estamos jugando esta final", afirmó, serio.
Por momentos, ácido, por otros irónico, Riquelme se quejó del exitismo local: "Si la pelota pega en el palo y entra, seremos unos fenómenos; pero si sale, será al revés. El otro día decían que Viatri y Figueroa no podían jugar juntos. Y ahora seguro que no pueden salir del equipo..."
Riquelme declaró sobre las posibilidades de Boca ante el Ciclón con la misma determinación con la que se refirió a los temas espinosos. Negó que ante San Lorenzo sea un clásico ("El nuestro es River y el de ellos, Huracán") y ponderó el poderío del plantel azulgrana. "Estoy contento con jugar otra final. Este año está siendo muy largo, por lo menos para mí, que arranqué el siete de enero y lo voy a terminar el próximo martes (el partido vs. Tigre), pero al mismo tiempo se disfruta. Vamos a enfrentar al mejor plantel, pero el mejor equipo será el que gane el triangular. ¿Si tenemos ventajas físicas? Puede ser, pero San Lorenzo sabe que para ellos son los últimos 90 minutos del año. Tienen la moral alta".
Hace unos días, a las oficinas de la Bombonera llegó una oferta por Riquelme desde Brasil, que los dirigentes ni siquiera evaluaron. Un periodista de ese país le preguntó al N° 10 si se veía con chances de emigrar a Corinthians. Pero Román fue contundente: "De acá no me quiero ir nunca más. Si quieren que vaya a un amistoso o un partido benéfico voy, pero yo me quedo en Boca".
Punto y aparte. Espinoso, influyente... Riquelme, cada vez con más poder.
• Viatri y Cáceres, con molestias y con poco trabajo
El delantero Lucas Viatri, con una fatiga en el muslo derecho, y el zaguero Julio César Cáceres, con una entorsis de tobillo derecho, ayer se entrenaron en forma diferenciada, pero actuarán ante San Lorenzo. El probable equipo: García; Ibarra, Cáceres, Forlín y Morel Rodríguez; Vargas, Battaglia y Dátolo; Riquelme; Viatri y Figueroa.

jueves, 18 de diciembre de 2008

RIQUELME: "HAY QUE PENSAR SÓLO EN EL SÁBADO"


Juan Román Riquelme brindó la habitual conferencia de prensa semanal en Casa Amarilla y abordó algunos temas relacionados con la definicón del torneo Apertura.
En la charla con los periodistas, se mostró bastante confiado de cara al partido del sábadao, en el estadio de Racing, ante San Lorenzo, a quien elogió, y volvió a tener un cruce con la prensa por ciertos vínculos con la barrabrava xeneize.
-¿Cómo van a encarar el partido del sábado?
-Queremos hacerlo bien y jugar mejor que nunca. Va a ser duro porque ellos están haciendo las cosas bien, pero vuelvo a repetir: creemos que si hacemos las cosas bien, vamos a ganar.
-¿Y qué esperan de San Lorenzo?
-Estamos muy tranquilos, seguros del equipo que tenemos; hay que pensar sólo en el sábado, en cómo superar a un rival muy difícil como San Lorenzo. Ojalá que los equipos puedan atacar y nosotros ganemos el partido.
-¿Cómo llegan físicamente?
-El año está siendo muy largo para mí, empecé el 7 de enero... pero es una final.
-¿Cómo evaluás el nivel reciente de Boca?
-Para ustedes [los periodistas], los resultados son los que mandan. Decían que Figueroa no podía jugar y fue la figura de la cancha. Si la pelota entra, tanto el técnico como nosotros somos fenómenos. Si pega en el palo y se va afuera, es todo al revés.
-¿Seguís creyendo que enfrentan al mejor plantel?
-Sí. pero el mejor equipo será el que gane el triangular.
Nuevo cruce con la prensa. Como ocurrió en la última conferencia de Riquelme, hubo un intercambio con los periodistas. En este caso, el tema fue la presencia de Román en un acto benéfico que organizó la barra brava de Boca en Luján el martes, sobre lo que hoy el diario Olé dio cuenta. "Yo fui por la gente que es hincha del club. Les estoy agradecido que se hayan acordado de mí, pedido que los ayudara oprque era a benfeicio; a mí no me interesa si es hincha o quién sea si es para una cuestión de ésas", explicó Riquelme.
Luego, un periodista lo consultó sobre los barrabravas. "Repito: yo fui a ayudar a un nenito que necesitaba una silla de ruedas. Uno por ser hincha de Boca no puede ser mala persona", minimizó el Diez de Boca, que evitó responder si "el fin justifica los medios".

PRIMER ACTO: TIGRE 1- SAN LORENZO 2


Cuando se habla de la paridad general que envuelve al fútbol argentino habría que incluir la responsabilidad que les cabe a los equipos que son ostensiblemente superiores a otros y no terminan de reflejarlo en la cancha. Los que por dejadez o exceso de cálculo no establecen la diferencia que podrían. Si para definir el Apertura hace falta un triangular, eso denota el supuesto equilibrio que tiñe a nuestro fútbol. Y en ese contexto, el triunfo adquiere un valor significativo. Este tesoro pertenece a San Lorenzo, que puede sentirse satisfecho por haber abierto una hendija al título en una serie que se adivinaba muy cerrada. Si bien el paso que dio el Ciclón fue transcendente, pudo serlo aún más si hubiera concretado la goleada que se desprendía como una consecuencia natural de la superioridad que mostró sobre Tigre. Si de algo debe lamentarse San Lorenzo es que pudo cubrirse a futuro con una buena renta de goles y evitar ese final acalorado, de cierta incertidumbre, con Tigre embarcado en una reacción heroica.
De ahí que la paridad que sugiere la victoria por 2 a 1 es un tanto engañosa. Hubo un solo equipo a la altura de lo que representaba una final de este tipo: San Lorenzo, que por calidad individual y funcionamiento estuvo en condiciones de vaciar de contenido a lo que anunciaba como una dura pulseada. En realidad, el Ciclón le dobló rápido el brazo a Tigre y pudo provocarle un knock-out bastante doloroso.
La intención de Tigre de salir a presionar al rival duró un suspiro. Al conjunto de Cagna le pesó la envergadura del encuentro, lo cual no es deshonroso ni descalificador. Es un grupo de jugadores que hasta hace algo más de un año ni soñaba con estar en esta situación. Sus ambiciones eran modestas. Que con esfuerzo, orden y algunos destellos individuales haya llegado hasta un lugar tan alto no significa que esté habituado a la clase de partido que afrontó ayer. Morel, que podría estar en el podio de las figuras del torneo, fue el jugador desconocido que era hasta hace algo más de un año. Apenas tocó la pelota, casi que ni estuvo en Liniers. Y al resto de los jugadores les costó una enormidad hacerse cargo de esta ilusión que ellos mismos supieron crear y que tanto moviliza a sus hinchas. La diferencia de categoría individual con los futbolistas de San Lorenzo fue elocuente. Y no hubo táctica ni ordenamiento ni personalidad que achicara ese brecha, ya que el Ciclón estuvo mejor aparado, fue más consistente y tuvo una mejor lectura del juego.
Desde el medio campo, San Lorenzo pasó a gobernar el encuentro. El cuadrado entre el Chaco Torres, Ledesma, Barrientos y Solari funciona como una usina completísima: recupera y juega, controla la zona central y desborda, tiene sacrificio y talento. Es una amenaza para los rivales, y más para este Tigre que dio síntomas de pánico, con los zagueros centrales agarrotados y Arruabarrena demasiado lento para frenar la gambeta en velocidad de Barrientos.
La sociedad Barrientos-Solari empezó a dar frutos. Ambos dispusieron de situaciones de gol antes de que llegara la apertura del marcador: Ledesma anticipó a un estático Morel y originó el avance que siguió con el desborde Solari por la izquierda, cuyo centro fue rechazado por Islas y aprovechado por la arremetida de Barrientos. Era el mejor momento de San Lorenzo. Estaba suelto, dominante. Todo lo contrario de Tigre, que pasó a sufrir mucho, porque no encontraba la pelota y se veía desbordado. No sorprendió que aumentara Bergessio (un delantero muy dañino para las defensas por potencia y movilidad) tras un nuevo desborde de Barrientos, que estaba realizando un partido completo, de área a área, ya que recuperaba muchas pelotas cuando se replegaba y enseguida aparecía para tocar y esquivar a los marcadores de Tigre.
Bianchi Arce estuvo cerca del tercer gol con un cabezazo en el travesaño y Laverni ignoró después un penal de Islas a Bergessio. Lo de Tigre era muy tibio, desarticulado. Ni siquiera cuando San Lorenzo se equivocaba en alguna salida podía tomarlo mal parado.
En la segunda etapa, el Ciclón retrocedió unos metros y su peligrosidad ya no se midió por su dominio, sino por la precisión de los contraataques, como uno que desperdició Hirsig. El único que desentonó en San Lorenzo fue Silvera, demasiado inmóvil y desconectado, en un registro inferior al resto de sus compañeros.
Aguirre se encargaba de ponerle freno a un rival que sintió que volvía a meterse en el partido con muy poco: con un par de buenos centros de Rusculleda y la potencia para el cabezazo de Lazzaro, que debió ser titular porque fue uno de los pocos con intervenciones decisivas. Una se la desvió Orión y en la siguiente descontó. Quedaban 15 minutos, pero Tigre no tenía más argumentos que una carga tumultuosa que San Lorenzo supo contrarrestar. Chávez y Barrientos pudieron desnivelar en un final en el que Islas evidenció el descontrol de Tigre. San Lorenzo cantó victoria, pero se le quedaron algunos goles atragantados. Los que va a necesitar el sábado ante Boca.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

PASE LO QUE PASE, NINGUNO HABRÁ FRACASADO


Con San Lorenzo, Boca y Tigre lanzados en una alocada carrera por el título, la reacción instintiva será hablar de éxito o de fracaso a contraluz de la vuelta olímpica. Aunque, por atípica, la situación podrá prescindir de términos tan contundentes sin quedarse empantanada en una zona gris, híbrida, por única vez.
Tigre se sostiene sobre su propia alegría mientras sigue enriqueciéndose con la experiencia. Sus atributos son conocidos: con el mismo cuerpo técnico que logró el ascenso a mediados de 2007 y con una buena base de aquel plantel llegó al primer puesto con un proyecto austero, pero comprometido. Se sabe, se intuye, que de ninguna manera habrá fracasado si se queda sin el título. Ya lo dijo su arquero, Daniel Islas, uno de los mejores del campeonato. Ya lo reconoció su gente, con un agradecimiento que parece eterno y sin presiones desorbitadas. Desde cualquier óptica, el desenlace sólo caerá con aplausos para Tigre.
Por poderosos, San Lorenzo y Boca se reparten la mayor responsabilidad. El presupuesto, las individualidades y la historia los impulsan, los obligan. Pero el Apertura los puso a prueba constantemente y, ya con las imágenes del final, ambos superaron las dificultades y se toparon con ponderables soluciones que avivaron el repunte.
El Ciclón tiene puntos positivos por los que contentarse, claro que sí. Se reacomodó con la llegada de Miguel Angel Russo y se olvidó de las turbulencias en el final del proceso de Ramón Díaz. Algunos jugadores, como Agustín Orion y Gastón Aguirre, por caso, recobraron su nivel. Otros, Pablo Barrientos y Santiago Solari, volvieron a la Argentina con su jerarquía intacta. En la estricta competencia, San Lorenzo despilfarró una ventaja de ocho puntos y, pese a la caída, supo reincorporarse con goleadas en dos partidos decisivos, ante Huracán e Independiente, en los que se impuso por 4-1. El carácter respondió.
Boca dejó los problemas internos en pos de un objetivo. Los cortocircuitos en el plantel fueron -y son- vox populi y supieron sobrellevarlos a partir de aquella victoria ante River por 1-0, en una especie de relanzamiento. También se adaptó a las lesiones de Martín Palermo y Rodrigo Palacio y encontró un interesante recambio juvenil; además, redescubrió las dotes goleadoras de Luciano Figueroa, olvidado, entre largas lesiones, por algún rincón del fútbol italiano. Las dudas sobre el DT Carlos Ischia fueron desvaneciéndose.
Queda claro que el éxito o el fracaso no dependerá -no debería hacerlo- del triangular que decidirá quién logra una mínima luz de ventaja en lo alto. Todos llegaron primeros. Todos, en gran parte, pueden llamarse

miércoles, 10 de diciembre de 2008

CUATRO FRASES CON SUEÑOS DE CAMPEÓN


SAN LORENZO
Ledesma: "Recuperamos el juego que habíamos perdido"
Volvió San Lorenzo. Y en buena medida debe ser parte de esta reconstrucción la labor de Cristian Ledesma, el volante experimentado del Ciclón, que desde la primera ubicación espera con entusiasmo el juego del domingo próximo contra Argentinos, en la Paternal. El Lobo, ahora, abre el juego. "Tenemos que ganar el domingo. Estamos en el buen camino otra vez. El apoyo de mis compañeros siempre lo sentí cuando las cosas no me salían. Volvimos a recuperar el juego que habíamos perdido, pero lo más importante fue que nunca abandonamos esa idea de jugar por abajo, aun en los peores momentos", analizó el volante, decisivo en el campeón del Clausura 2007.
"El equipo volvió a jugar bien en todas las líneas y eso es fundamental para creer en el futuro. Estamos preparados para el tramo final. Ahora, tenemos que pensar en nosotros, poco importa cómo llega cada uno. Es un partido, hay que ganarlo como sea, jugando bien o mal, pero lo importante es que si jugamos como contra Independiente, seguramente vamos a ganar", contó Ledesma, uno de los valores más queridos por el público. Aun cuando el Ciclón dejó de soplar, jamás fue cuestionado, como ocurrió con otros compañeros.
"Ahora todo está en nuestras manos. Este campeonato fue lindo porque varios equipos lucharon hasta el final; llegamos a la última fecha y no sabemos quién va a ser el campeón. Ojalá seamos nosotros." Lanza el deseo Ledesma, a horas de la prueba final.
• Sin contratiempos, los mismos titulares
Hay una certeza desde el 4-1 con Independiente: no habrá modificaciones para la última fecha. Hay satisfacción con la tarea de Barrientos por la derecha y con Solari, por la izquierda. Aunque el juego será diferente, por la dimensión de la cancha de Argentinos.

BOCA
Dátolo: "Tenemos todo para que no se nos escape el título"
Su crecimiento profesional lo llevó a residir en uno de los sitios más exclusivos de la ciudad de Buenos Aires, a orillas del río y a pocas cuadras de la Bombonera. Sin embargo, Jesús Dátolo asegura que en Spegazzini, el barrio donde nació, en el sur del Gran Buenos Aires, es donde más cómodo se siente. Allí, entre afectos familiares y comida casera, fue donde el mediocampista eligió distenderse el día después del apático empate 0-0 de los xeneizes frente a Gimnasia. El zurdo no actuó en La Plata por una suspensión, pero ya cumplió el castigo y será titular el próximo domingo, ante Colón.
"Tengo la suerte de jugar seguido y vivirlo desde afuera es muy feo, los nervios te comen. Vi que tuvimos chances para hacer goles, pero nos faltó la última puntada. Fue una lástima, pero está todo bien", es lo primero que cuenta Dátolo, ante el llamado telefónico.
No triunfar ante el Lobo fue una frustración; muchos soñaban con una consagración en La Plata: "Sí, anímicamente fue algo feo. Pero éste fue un año en el que todo nos costó el doble; tuvimos varios problemas y la definición no podía ser de otra manera", dice, casi resignado.
De todos modos, confía en el poderío del equipo de la Ribera: "Tenemos todo para que no se nos escape el título. Un plantel grande y con calidad, un técnico (Carlos Ischia) inteligente y la cuota justa entre experiencia y juventud. Este fue un torneo muy parejo y cualquiera puede ser campeón, es verdad... Pero creemos mucho en nosotros. Varias veces nos levantamos y ésta será otra más".
• El DT Ischia y una defensa averiada
Boca volverá a entrenarse hoy por la tarde, en Casa Amarilla. Ante Colón, el DT Carlos Ischia no podrá contar con Claudio Morel Rodríguez, expulsado. Además, seguirá de cerca la evolución de Julio Cáceres, con un esguince en el tobillo derecho.
TIGRE
Lazzaro: "No nos conformamos con lo conseguido"
La máxima categoría del fútbol argentino llegó tarde en la carrera de Leandro Lazzaro. Después de toda una vida en el ascenso (con Nueva Chicago y Tigre) y en clubes de República Checa e Italia, el artillero logró el ascenso a la A con el club de Victoria, en 2007, luego se sumó a Estudiantes y hoy disfruta de un presente que lo encuentra como una pieza importante en la campaña del equipo que conduce Diego Cagna.
Anteayer, en Rosario, el delantero marcó el agónico gol del éxito 3-2 frente a Central, que ubicó a Tigre como uno de los punteros. "Me quedé sin voz de tanto gritarlo. Porque sirvió para ganar y porque fue como un desahogo personal también. Fue mi primer gol en el campeonato", recuerda Lazzaro.
Muchos simpatizantes de Tigre dicen que ya están satisfechos con la campaña realizada. Sin embargo, Lazzaro resume el pensamiento del grupo: "Lo que todos queríamos era llegar a la última fecha con posibilidades de ser campeones. Bueno, ya lo logramos. Pero ahora no nos conformamos con lo conseguido. Nadie nos quita la ilusión de festejar".
¿Cuáles son las virtudes futbolísticas de Tigre? El atacante no duda: "Tenemos una gran tranquilidad para jugar. Confiamos mucho en nuestra capacidad y quizá por eso nos animamos a jugar sueltos y sin presiones. Cagna nos da confianza y todos sabemos con claridad cuáles son nuestras funciones".
Lazzaro cree que el domingo no habrá una definición: "Será muy difícil. Pero seguramente quedarán dos equipos".
• Práctica distendida y el estado de Blengio
El plantel de Tigre realizó, ayer por la mañana, un entrenamiento distendido, sin demasiadas cargas físicas. Hay preocupación por el estado de Juan Carlos Blengio, que fue reemplazado frente a Central y se teme que podría tener una lesión en la rodilla izquierda.
LANUS
Blanco: "Demostramos que tenemos hambre de gloria"
Si un espectador imparcial fuese consultado acerca de quién es el mejor valor del certamen, una fecha antes de final, es muy probable que elija a Sebastián Blanco, el joven crack de Lanús. A una página del epílogo, el equipo granate no pierde la fe: a dos puntos de los primeros y a la espera del juego contra San Martín, de Tucumán. "En este campeonato volvimos a demostrar que tenemos hambre de gloria. Llegamos a la última fecha con chances e intentaremos seguir de la misma manera. El resto no depende de nosotros", resaltó Blanco, que sabe que es el conjunto del Sur el único que no depende de sí mismo. Pero le sobra fe.
"A punto de jugar una final, sería malo lamentarse por los resultados que se nos escaparon en el camino. Por el contrario, tenemos que enfocarnos en lo que puede llegar a pasar", explicó el volante, encargado de la creación en un equipo vistoso, acaso el más ofensivo de los que luchan por el título. Pieza influyente en el exitoso Apertura 2007, aunque no decisiva como ahora, Blanco insiste en las posibilidades propias, aunque tiene un plan B, más por fundamentos técnicos que por preferencias sentimentales. "¿Mi candidato? El que más me gusta de los tres punteros es San Lorenzo, por su juego y jerarquía, pero está para cualquiera de los que estamos ahí arriba", advirtió el pibe.
Y fue más allá: "Hay mucha expectativa, mucho nervio. Al final se dio un torneo apasionante, muy lindo para jugarlo y vivirlo con intensidad".
• Se prepara con dos bajas importantes
Lanús sufrió dos bajas luego del choque contra Vélez: Santiago Hoyos fue suspendido por acumular cinco tarjetas amarillas y Adrián Peralta sufrió la rotura de los ligamentos de la rodilla derecha. Habrá que esperar por los reemplazos.