lunes, 8 de diciembre de 2008

A BOCA LE FALTÓ HAMBRE DE CAMPEÓN


LA PLATA.-Los que ayer eran grandes candidatos hoy pueden quedar descolocados. Los desahuciados de horas no muy lejanas actualmente transmiten pujanza y entereza. La mesa del título del Apertura sigue servida, abierta, y agrega nuevos comensales gracias a este Boca al que le faltó hambre de campeón en un momento inoportuno. Ausente de voracidad, Boca sólo tuvo dientes de leche en la calurosa tarde platense. El panorama optimista que tenía Boca antes de visitar a Gimnasia se modificó por uno más sombrío y preocupante. Ya no depende de sí mismo y abrió un hueco por el que se le colaron Tigre y San Lorenzo, que ayer tomaron un envión mucho más fuerte comparado con su ritmo de carreta de ayer.
Debe de ser la primera vez en el torneo que estar en el primer puesto no le despierta ninguna sonrisa a Boca. Y esto es así porque ayer no jugó para intentar ser campeón (aun ganando dependía de otros resultados), sino para conservar míseramente la punta. A la vista de lo que fue su rendimiento, no sorprende el resultado. No hizo nada para merecer algo más que un empate. No tiene excusas, más allá de que la alta temperatura y el mal estado del campo restaban energías y entorpecían el juego. El carácter de un campeón también se advierte cuando debe superar ese tipo de obstáculos y complicaciones. Y Boca no lo tuvo, se lo vio dócil y conformista. A tal punto que en el final les quitó las ganas de alentar a los miles de hinchas que lo acompañaron en la excursión a La Plata.
Los defectos de Boca ya se insinuaban desde la formación. No parecían los nombres más adecuados para buscar la victoria. Sin el ida y vuelta de Dátolo por la izquierda, Ischia se inclinó por el uruguayo González, un volante que no debería tener lugar en un proyecto audaz y ofensivo. Sólo está para el barullo y los entreveros. Y Boca debía ser claro y profundo. La fórmula Viatri y Figueroa confirmó las sospechas: se superponen, no se complementan. Ambos tienden a transitar los mismos espacios centrales y terminan chocándose, especialmente porque Boca no generó juego por los costados (algo imposible con Vargas y González).
El rival también cuenta y de Gimnasia hay que decir que recuperó la autoestima, que ya no es ese equipo permeable y asustadizo. Está en una fase positiva, de confianza en sus posibilidades. Es lo que transmite Madelón, aun cuando haya parecido un capricho innecesario la decisión de ubicar a un volante ofensivo de lateral, y encima con el perfil cambiado, porque Villar iba a actuar por la derecha, pero por la lesión a último momento de Graff, fue reubicado sobre la izquierda. Villar no tuvo mayores problemas porque Boca atacó poco y nada por su zona, pero, en realidad, quedó desaprovechado.
Gimnasia tuvo un planteo que fue más ofensivo en los nombres que en la práctica. Muchos jugadores espumosos (Piatti, Romero y Messera, de entrada, más Cuevas y Neira, en el segundo tiempo), pero con poca pimienta, salvo la explosividad del chiquito Niell y el atrevimiento individual de Neira en un par de acciones. Ni siquiera cuando contó con un jugador más, Gimnasia fue más peligroso.
Para lamento de Boca, su cerebro y conductor, Riquelme, tuvo una tarde opaca. Nunca encontró socios, desapareció en varios pasajes y pareció contagiado por la baja producción general. Cuando Riquelme no impone su talento, la contracara es su desgano. No se puso al frente de ninguna reacción, sino que estuvo a la par de la impotencia del resto.
El primer tiempo pasó casi sin situaciones de gol, salvo un remate media distancia de Rinaudo, un volante central de mucho despliegue, que está para la recuperación y el pase. Después de haber desperdiciado un tiempo, Ischia hizo el cambio que se caía de maduro: Gaitán por González. Boca no se transformó en otro equipo, pero al menos era un poco más vertical, inquietaba a Gimnasia e incorporaba una variante de ataque. Ibarra había estado cerca con un zurdazo cruzado y Sessa, con muy buenos reflejos, había desviado un cabezazo de Forlín.
En actitud, Boca entregaba otra imagen. Le faltaba Mouche para conseguir más desequilibrio por los costados. La mejoría recibió un freno con la irresponsable agresión de Morel Rodríguez a Piatti. Ischia se inclinó por el rearmado de la línea de cuatro con el ingreso de Calvo.
Viatri, ya sin la sombra de Figueroa, tuvo más injerencia. Dejó a Riquelme en posición de remate (desviado) y con un toque de taco fabricó la ocasión más clara de Boca, pero el zurdazo de Gaitán salió por encima del travesaño. Mientras, Gimnasia respondía con la gambeta incisiva de Neira, que llegó hasta donde se lo permitió García. El arquero de Boca y sus dos zagueros centrales fueron lo mejor por firmeza y seguridad. Pero el plan de Boca estuvo incompleto porque careció de audacia, funcionamiento ofensivo e individualidades desequilibrantes.
Cancelada ayer la polémica por los arbitrajes, Boca quedó futbolísticamente desnudo. Expuesto por sus malformaciones de origen y escaso contenido. En un campeonato que se reescribe fecha a fecha, Boca hizo ayer mala letra. Donde decía que era el gran candidato ahora hay que leer que es uno más entre tres.
• Burlas e ironías de Gimnasia para Estudiantes
Mediante muchas banderas, los hinchas de Gimnasia recordaron la final que Estudiantes perdió por la Copa Sudamericana. "Tristeza nao tem fim", "Gracias Inter", "Me voy a buscar a otro. Me prometiste una copa y me trajiste unos garotos", "Pincha: la Brujita quedó viuda", fueron algunas de las leyendas en las tribunas.

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