martes, 28 de octubre de 2008

LA LUCHA EN EL OESTE SERÁ UNA BATALLA CAMPAL

SAN ANTONIO.- Todo marcha bárbaro por aquí. Sigo con las buenas noticias, como verán. El tobillo continúa mejorando día a día y voy superando dificultades. Ya empecé a tirar al aro haciendo movimientos específicos y sigo subiendo la montaña artificial de la que les hablé en la anterior columna y que ya pueden ver en el video que subimos a mi sitio de Internet. También trabajo en la arena, corro en la cancha y mantengo la actividad en el gimnasio. Todo muy controlado y sin apurarme ni excederme.
Si bien la articulación del tobillo derecho operado todavía está dura, siento muy poco dolor y no se me inflama. Es decir que todo va según lo previsto.
En cuanto a mi regreso al juego, espero que sea para fines de noviembre o los primeros días de diciembre, pero eso dependerá absolutamente de lo que decida el técnico Popovich. Yo puedo sentirme bien y a lo mejor no me quieren arriesgar.
Con respecto a la temporada que empezará hoy, nosotros mantenemos la misma mentalidad y las mismas esperanzas de siempre. Sentimos que tenemos el mejor equipo y las mismas chances de ser campeones que los mejores. Básicamente tenemos el mismo equipo del año pasado.
Sí, en cambio, hay que reconocer que la lucha en el Oeste será durísima, será una batalla campal. No creo que se repita la paridad en la definición del año último, que fue increíble. Cuatro días antes de terminar la serie regular no se sabía qué equipos entrarían en los playoffs. Igual, hay varios que se reforzaron y serán más difíciles.
Los Lakers, finalistas del año pasado, son los favoritos, y van a dar pelea Phoenix, Denever, Houston, New Orleans y hasta agregaría ahora a Portland, con el regreso de Gregg Oden (no había alcanzado a debutar el año pasado por una lesión)
Y sin duda que la División nuestra es la más complicada. New Orleans se perfila mejor que en la anterior temporada; Houston está más fuerte y Dallas siempre es muy complicado.
En el Este todo parece más sencillo, ahí supongo que volverán a dominar Boston, Cleveland y Detroit, si se adapta rápido al cambio de entrenador. Una cuestión que también afectará a Chicago, Phoenix, Dallas, New York. Hubo muchas modificaciones de técnicos y varios de ellos son debutantes.
No hubo demasiados pases de jugadores importantes, pero el mercado seguirá abierto hasta los primeros días de febrero y por ahí las franquicias deciden hacer nuevas apuestas, como sucedió el año pasado con Phoenix (Shaquille O?Neal) o Dallas (Jason Kidd). Y antes había ocurrido con los Lakers, que contrataron a Pau Gasol.
Todo dependerá de las expectativas deportivas, los intereses publicitarios y los presupuestos que maneje cada equipo, aunque no creo que se repita el nivel de cambios anterior.
Finalmente, les cuento que la crisis financiera no parece notarse todavía en la NBA. Veremos qué ocurre después de unas semanas, pero, por ahora, dicen que los tickets y abonos se están vendiendo normalmente y que excepto algún sponsor menos, todos siguen apoyando a los mismos equipos.
Veremos cómo arranca la temporada y espero pronto estar de vuelta. Es muy feo mirar de afuera sin poder hacer nada por tu equipo.

sábado, 25 de octubre de 2008

OLÉ CALAMARO!

Los éxitos de Andrés Calamaro como solista y junto a Los Rodríguez comenzaron a sonar en el coliseo Rumiñahui, de Quito, a las 20:15, quince minutos después de la hora programada para el espectáculo y sin artistas teloneros.

Así, el cantautor argentino de 47 años –30 de ellos dedicados a la música– inició el concierto con el tema El salmón, de su álbum intitulado con el mismo nombre en el 2000.

El público, que copó las tres cuartas partes del coliseo, empezó a calentarse con Los chicos, de su más reciente producción Lengua popular (2007), para seguir con Tuyo siempre y Mi gin tonic.

Al músico lo acompañó una banda integrada por tres guitarras eléctricas, un bajo, un teclado y una batería. Además, cinco pantallas proyectaron a los músicos, videos e imágenes de las canciones.

Ya con el auditorio involucrado en el programa, Calamaro tocó A los ojos, primer éxito de la noche de la agrupación argentino-española Los Rodríguez, del álbum Buena suerte (1991), y más adelante Todavía una canción de amor, del disco Palabras más, palabras menos.

El espectáculo avanzó con Carnaval de Brasil, 5 minutos más, La espuma de las orillas, del álbum La lengua popular, Chica (El salmón).

Tocó luego Blues de la presentación y pidió aplausos para sus músicos: Candy Caramelo Avello ( bajo), Julián Kanevsky, Galo Geni Genaro y Diego García (guitarras eléctricas); Tito Dávila ( teclado) y José Bruno ( batería), quienes hicieron además los coros.

“¡Qué público más bueno que tenemos acá en Ecuador!”, gritó Calamaro antes de tomar un mate para descansar y lubricar las cuerdas vocales.

Luego de esta pequeña pausa en que los fanáticos tomaron un respiro continuó con Elvis está vivo, Quién asó la manteca, Soy tuyo, El día de la mujer mundial y Los aviones.

Aquí cambió nuevamente el compás y solo quedó con el tecladista Tito Dávila para interpretar dos tangos: Jugar con fuego (Honestidad brutal, 1999) y Los mareados, que compuso su hermano Javier Calamaro.

Ya en un ambiente de sopor y confianza, el músico rioplantense interpretó La copa rota, para seguir con Estadio Azteca.

La banda volvió a integrarse con instrumentos más fuertes y arrancó gritos efusivos del coliseo cuando cantó Te quiero igual, tema que se fusionó con la interpretación de No woman, no cry, como homenaje al ícono del reggae Bob Marley.

El músico argentino se ganó flores y el delirio del los ecuatorianos cuando interpretó seguidos, del álbum Alta suciedad, Loco, Todo lo demás, Crímenes perfectos, Me arde y Flaca.

Parecía el fin de la velada, pero la ovación y un “¡olé, olé, olé, olé, Andrés, Andrés!” hicieron salir nuevamente a Calamaro y a sus músicos.

“Vale tanto este cariño suyo que respeto. Gracias de verdad”, manifestó el artista antes de tocar el bolero Inolvidable y luego Sin documentos, para concluir con la melodía Paloma, en medio de la satisfacción de un público que hizo vibrar al coliseo Rumiñahui, en las dos horas de espectáculo del cantautor argentino.

SE ANOTÓ RUSSO Y HASTA ISCHIA VOTÓ A BIANCHI EN LA MEDIÁTICA SUCESIÓN

El regreso de Julio Humberto Grondona está previsto para hoy, a las 6.30, en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, con escalas, desde Zurich. La vuelta anticipada del titular de la AFA supone que será el comienzo del fin de la danza de candidatos para dirigir a la selección argentina, en un fin de semana que podría descubrir la carta decisiva para definir al sucesor de Alfio Basile. Tal vez, el arribo del veterano dirigente provoque un respiro al show de vanidades, deseos y excesos que, en los últimos días, rodean el banco vacío del equipo celeste y blanco. Ayer, por ejemplo, fue otra jornada para coleccionar en ese sentido. Por primera vez, Miguel Russo dijo que sí, que le gustaría ser. Y hasta Carlos Ischia tomó partido: se inclinó, con lógica, por Carlos Bianchi, su amigo. Incluso Juan Román Riquelme votó por el mismo entrenador. Candidatos que ya estaban en la vidriera. Arriba o abajo, vaya uno a saber, de Diego Maradona, acaso el preferido de algunos medios, y de Sergio Batista, el hombre que se consagró en Pekín y que siente, por carácter transitivo, que debería ser el preferido luego de los exitosos Juegos.
?Acá decide el Capo ?, advirtió Maradona, mientras se prepara para un nuevo espectáculo del Showbol, en Georgia. Grondona anticipó su regreso de la reunión del comité ejecutivo de la FIFA en Suiza. Y las versiones siguen rodando. Algunas dan cuenta de que Grondona había confirmado, antes de embarcarse, que no hubo contactos oficiales con nadie. Pues bien: ayer fue otra jornada dialéctica al por mayor. Miguel Russo, el DT de San Lorenzo, el líder del Apertura, hasta aquí en silencio, mostró su posición. Y dijo lo que dijo. Mucho o poco, es para analizarlo. ?Quiero dejar en claro mi pensamiento porque ustedes me preguntan todo el tiempo. Es un halago estar entre los posibles técnicos para dirigir a la selección, es para lo que uno ha luchado?, señaló Russo, en una conferencia de prensa que dio en el Nuevo Gasómetro.
Y lanzó su candidatura el técnico que tiene vínculo con San Lorenzo hasta junio del año próximo, a horas del arribo de Grondona. ?La selección es algo distinto, algo único. No me gusta hablar de mi trayectoria, pero los números están?, advirtió Russo, en alusión a los títulos que consiguió con Boca y Vélez. Fiel a su estilo cauteloso, prefirió no hacer vaticinios respecto de sus posibilidades: ?Fui jugador de selección, conozco a (Julio) Grondona (presidente de la AFA) y llegado el momento se sabrá?. Habló, al fin de cuentas. Y a pesar de su bajo perfil, marcó territorio, mientras prepara al Ciclón para el clásico del domingo contra Racing, en Avellaneda.
Preferido de la gente, Bianchi no dice nada. Aunque varios allegados ?familiares, amigos, conocidos? ofician de su parte en este juego de atletas en la carrera del seleccionado. Ayer, Carlos Ischia, el entrenador de Boca, también se expuso ante una consulta. ?Mi opinión ni hace falta que me la pregunten. Si tengo que elegir a alguien, sin ningún tipo de duda, Carlos Bianchi. Porque lo conozco de nueve años de trabajar con él y de mucho tiempo antes, de haber sido compañeros?, expresó en otra conferencia; ésta fue en Casa Amarilla. ?Como profesional y como persona, puedo dar una cantidad enorme de virtudes que tiene Carlos?, relató el DT que no negó que podría volver a ser su acompañante si, finalmente, la fortuna queda de su lado. ?Tengo contrato hasta diciembre?, aclaró. ?Trabajar con Carlos, algún día, nunca uno lo puede descartar?, se entusiasmó.
De todas formas, hay luz si no es Bianchi el sucesor de Coco. ?Si no llegara a ser él, Diego Maradona, por todo lo que puede llegar a transmitir, conociendo lo que es una selección. Por lo que ha dado por la selección cuando ha jugado, por lo que representaría para la Argentina el nombre de Maradona a nivel internacional. Si la elección fuera mía, Carlos el primero y Diego el segundo?, enumeró, por las dudas. Luego, aclaró, antes de que oscureciera: ?Esto no quiere decir que los demás no tengan posibilidades. Todos los que nombraron creo que están bien, han hecho méritos enormes como para ser nominados o estar con la posibilidad.?
¿Y qué dijo Riquelme? Mucho. ?Bianchi siempre tiene ganas de dirigir a la selección. Además, es el mejor técnico que tuve?, aclaró, por si acaso, en el programa Area 18 , de TyC Sports. ¿Y de Basile? Contó lo siguiente: ?Sé que Coco no debe estar contento, pero se lo criticó más de lo normal. Soy de pensar que si hoy no tenemos técnico es porque nosotros lo hicimos mal?.
El Virrey, se dice, estaría primero en esta loca aventura por dirigir a la Argentina. Pero con Grondona nunca se sabe. Es más: la designación de Basile no la esperaban muchos. Por eso se estima que este fin de semana sea inolvidable. Al menos, para uno de ellos. ?Pelearé hasta el final por ser el técnico de la selección?, repitió el N°10, horas antes del partido de hoy en Georgia, en el que será acompañado por Goycochea y Caniggia, entre otros. Y anoche, al pasar, hasta Gabriel Batistuta se involucró en esta historia. "Seguimos esperando un llamado de Boca o la selección. Pero ya llegará el momento..."
Coco Basile apareció por TV y dijo: "Bye, bye"
La insistencia periodística tuvo un dividendo relativo para el canal de noticias C5N. Ayer, al mediodía, en la puerta del domicilio del ex DT del seleccionado, se mostró por primera vez Basile luego de su dimisión. De ropa deportiva y de buen humor, frente a las preguntas, sólo alcanzó a decir ?Bye, bye?. Y se fue en su camioneta.

sábado, 18 de octubre de 2008

LAS COMPLICIDADES HABÍAN DESAPARECIDO

Noté que la energía que exige absorber todas las tareas que implican ser entrenador de la selección ya no las tenía. No tuve ningún problema puntual. Simplemente, esto exige muchísimo impulso y envión y yo ya no los tenía. Y cuando ocurre eso no es decente insistir. No es honesto quedarse en un sitio sin entregar la energía que la tarea reclama." ¿Quién lo dijo? Marcelo Bielsa hace poco más de cuatro años, cuando decidió alejarse de la selección. Frente a la sorpresiva salida de Alfio Basile habría algún parentesco en aquello del recorte energético, aunque el disparador sea bien diferente. A Bielsa el plantel lo respaldaba incondicionalmente y él se agotó por desplantes y limaduras de autoridad que lo atormentaban desde la AFA. Ahora, mientras Julio Grondona intentó lo imposible por que otro técnico no lo abandonase a dos años de un Mundial, parte del plantel, en la intimidad, dejó de responder al mandato del entrenador.
La convivencia se había comenzado a agrietar y se adelantó hace una semana desde estas mismas líneas. La fortaleza de los conceptos se había desinflado. Las licencias para Riquelme nunca les cayeron bien a varios futbolistas, como tampoco algunos métodos de entrenamientos del profesor Dibos. La singular dedicatoria para Heinze luego del gol a Perú, tras ser borrado por Basile, sembró más discordia. Pero especialmente había futbolistas desorientados tácticamente; otros que se sentían algo manoseados por pasar de una convocatoria segura a una desaparición impensada. Basile no transmitía seguridad y eso le había quitado credibilidad frente a sus dirigidos. Se sabe que sin unidad de mando no hay triunfos confiables.
La duda aparecía como un rival añadido. Jugadores adultos, experimentados, acostumbrados al profesional mundo europeo, observaban con extrañeza hábitos del Coco, un hombre que cree firmemente en la transmisión de los conceptos desde el estímulo anímico, desde una mística cocida puertas adentro. Desde la palabra contagiada con mayor fervor espiritual que rigor táctico. Un hombre de 64 años que confía más en la sobremesa que en el pizarrón. El desapego por los detalles y la predilección por elementos cabuleros hacia la salvación inquietaban a varios. También hay jugadores jóvenes, solistas con conductas algo ególatras y con un grado de madurez aún no consolidado, que vivían una marcada diferencia generacional con el Coco. El DT no consiguió seducir a la generación del PlayStation.
Basile sintió que había perdido el control interno. Que algunos apellidos muy importantes no ofrecían en la cancha la rebeldía que él les exigía. No pudo tejer en la intimidad esa malla contenedora que se llama respaldo. Ya no había coincidencias bajo el refugio de la discreción. Sin intérpretes persuadidos, el proyecto se derrumbó.

"YA ES TIEMPO DE ENTENDER QUE LOS GRANDES JUGADORES NO GARANTIZAN LAS VICTORIAS"

Pocos, o quizá nadie, podían imaginarse lo que ocurriría algunas horas después. La renuncia de Alfio Basile llegaría cuando la mayoría de los futbolistas se encontraban en pleno vuelo a Europa. Cuando aterrizaron se enteraron de que Coco ya no los dirigía. Antes de marcharse, varios jugadores asumieron con autocrítica la singular actualidad de la selección. No ahorraron observaciones y señalamientos. No se escudaron en frases de ocasión. Javier Zanetti, el capitán, aceptó un intenso recorrido por todos los temas teñidos de celeste y blanco, incluso el tembladeral en el que podía moverse el entrenador. Ajeno a la noticia que explotaría más tarde, las palabras de Pupi transmitían calma sin desconocer que la situación requeriría drásticas mejoras. En el vestuario de Santiago, tras la derrota, Basile no había filtrado ni un síntoma de su inminente alejamiento.
-¿En que momento se encuentra el seleccionado?
-Y? diría que está en una etapa de transición?
-"De transición" suena insuficiente. Ya pasaron más de dos años del ciclo Basile, 15 convocatorias, 74 jugadores y 28 partidos?
-Es verdad?, es cierto?, hasta ahora no le encontramos la vuelta al equipo. Chile fue claramente superior a nosotros, nos jugaron con una intensidad increíble? Duele perder así.
-Pero no te puede sorprender eso. El sello distintivo de los equipos de Bielsa justamente es el ritmo vertiginoso.
-No hay excusas? Chile fue un justo ganador. Es más: jugando así, Chile le puede ganar a cualquier selección del mundo.
-¿Fue el peor partido del ciclo Basile?
-Jugamos muy mal. Es la peor manera de cerrar el año en las eliminatorias. Nosotros queríamos otra cosa, queríamos sumar otra victoria después de ganarle a Uruguay para terminar 2008 tranquilos?, pero salió todo mal.
-¿Y qué explicaciones le encontrás?
-Estamos buscando las respuestas a un montón de preguntas que tenemos? Hay mucha riqueza individual, pero falta plasmarla en un equipo. Pero tal vez todo esto nos venga bien?
-¿Qué querés decir?
-Que ya es tiempo de entender que los grandes jugadores no garantizan las victorias si no hay un equipo atrás.
-¿Pero es Basile el que apuesta por las resoluciones individuales?
-Lo que pasa es que él ya le demostró una gran confianza a este plantel. Supimos jugar muy bien? ¿O aquel equipo de la Copa América de Venezuela era un espejismo? ¿O Messi no se fue ovacionado de Brasil hace unos meses y después brilló en los Juegos?
-¿Y qué ocurrió para llegar a este deterioro? ¿Qué virtudes perdió este equipo en el camino?
-Lo que falta es laburo, tiempo de trabajo.
-Pero tiempo ya no habrá. Siempre será así: dos días y a la cancha. ¿Entonces hay que prepararse para sufrir?
-No digo sufrir, pero sí puede ser que se vean altibajos y vaivenes en el equipo.
-Y justo a un equipo al que le falta trabajo, ahora para los amistosos ya no estará Messi y, quizá, tampoco Mascherano.
-Son las reglas del juego. Será un obstáculo más; hay que adaptarse a todo.
-El equipo parece desorientado. Y también Basile con las variantes de esquemas, la salida de Milito en el entretiempo, la inusual sociedad Bergessio-Sand en el cierre del partido?
-Por ahí desde afuera se ve eso? Pero es fácil poner la responsabilidad en el entrenador cuando acá somos culpables todos. Sería muy sencillo señalarlo a él y listo, pero acá la culpa es de todos. Pedir su salida es una ridiculez.
-La opinión pública y la crítica exigen más rebeldía ante la adversidad.
-¿Pero qué es rebeldía? ¿Rebeldía son las patadas que salieron a pegar los uruguayos el otro día? Porque si eso es rebeldía, yo me quedo con el coraje de Burdisso, porque Nico quería volver a la cancha después del golpe que se había dado.
-Pero no podés negar el descontento que hay entre la gente.
-¡Pero si yo soy el primero que está preocupado! Sería un necio si no lo estuviera. Jugamos mal, cerramos el año de la peor manera? no me engaño. La gente espera otra cosa de nosotros porque sabe que podemos dar mucho más. Entonces es lógico que nos exija.
-¿Y esa preocupación te lleva a dudar de la clasificación para el Mundial de Sudáfrica?
-Noooo, de ningún modo. La Argentina va a estar en el Mundial.

UNA CUESTIÓN GENERACIONAL

Después del cachetazo de Chile, la opción de Basile era el escobazo o el portazo. Para lo primero, borrar a esos players que ya no era capaz de llegar, necesitaba un respaldo que, evidentemente, ya no tenía. No le quedó otra que lo segundo. Se metió él mismo en ese callejón sin salida. Frases desafortunadas como "Todo depende de cómo se levanten" o "A llorar la iglesia" para explicar derrotas y malas actuaciones, o "Vos sos contra mío" para imaginar complots, marcaron (o mancharon) su caída.
Lo que vendrá, como lo marca la historia reciente, será un drástico cambio: un estilo le siguió otro, bien contrapuesto. A Bilardo, Basile; a Basile, Passarella; a Passarella, Bielsa; a Bielsa, Pekerman; a Pekerman, otra vez Basile. ¿Y ahora? En lo inmediato, seguramente Batista, con el Grupo del ?86 detrás. ¿Russo? ¿Simeone en lo mediato? Una nueva generación viene marchando.

BASILE RENUNCIÓ PORQUE NO ENCONTRÓ RESPUESTAS

Se levantó tarde, ya que llegó de Santiago, Chile, de madrugada, y mientras hojeaba algunos diarios y desayunaba en su departamento de la calle Armenia, se paralizó cuando escuchó las declaraciones de sus dirigidos en sus regresos a Europa. Después de muchas autocríticas tan significativas como hirientes para su pensamiento, confirmó que su mensaje no tenía respaldo. Como hombre que no da detalles de lo que va a hacer el día siguiente, sorprendió hasta a su propio entorno: decidió que su segundo ciclo en el seleccionado había terminado y la determinación se trató de torcer durante todo el día. Rubén Díaz y Carlos Dibos, ayudante de campo y preparador físico, respectivamente, lo llamaron constantemente para frenar sus impulsos, pero no lograron el objetivo y Alfio Basile renunció en forma indeclinable.
Tras la caída con Chile, en el vestuario argentino derrotado por el conjunto local, Coco tomó la palabra. Antes de ir a la conferencia de prensa comenzó la charla ante sus dirigidos. "Serán días difíciles para todos; pero entre todos vamos a sacarlo a adelante, se los pido como conductor y hombre de bien [una expresión que será repetida por algunos protagonistas de esta historia]...", dijo el DT, abatido, a los sus players?, bueno a los jugadores. No tuvo la fuerza de exteriorizar todo lo que sintió en los últimos días, ya que apenas concluyó entendió que esto "sin cambios fuertes no se puede seguir". Horas después, afligido, partió junto con el plantel en ómnibus rumbo al aeropuerto de Santiago.
Con el paso de las horas, Basile supo que no iba a contar con el respaldo de los dirigentes para desplazar a los jugadores que no le respondieron con compromiso y generosidad. "Si no está Román, no hay plan B posible. Messi me demostró que no puede ser conductor, no tiene lo que se necesita para el puesto", reconoció a uno de sus colaboradores directos en el vestuario. ¿Cómo soportar el costo de una limpieza de jugadores que tienen más consenso que su tarea? ¿Cómo decirle a Grondona que era necesario sentar en el banco a sus jugadores predilectos? ¿Cómo ponerle un punto final a la lucha de egos que se planteó en la intimidad del seleccionado? Y como no encontró respuestas positivas, a las 21.10, el DT se comunicó por teléfono con Julio Grondona, presidente de la AFA, para decirle que su decisión no tenía marcha atrás. El presidente de Argentinos, Luis Segura, encargado del departamento de selecciones nacionales, confirmó lo que unos minutos antes había negado: "Renunció y en forma indeclinable. No me sorprende lo que hizo porque es un hombre de bien".
¿Qué dijo Grondona? "Me informó que renunciaba y que era indeclinable. Me sorprendió porque las eliminatorias están parejas. Pero por factores ajenos a la voluntad de todos se marchó. Se han escuchado cosas que duelen y eso pudo llevarlo a esta decisión", dijo Grondona anoche, escuetamente, en la puerta de la AFA.
El mensaje de Basile nunca llegó a los jugadores. Los análisis del Coco pasaron siempre más por la simpleza que por el pizarrón, por las intenciones más que por la realidad del equipo en la cancha. Descansar hasta el extremo en la calidad de sus futbolistas o agruparlos como un montón de buenas individualidades impidió armar un equipo, un grupo. Y jamás profundizó lazos y movimientos como para emerger como una selección más confiable. El mensaje de Basile siempre estuvo a la vista: "La técnica del jugador supera cualquier táctica". El tema, se dijo, generó una desconfianza general en los procedimientos de todo el cuerpo técnico, que perdió ascendencia.
Una intimidad con cortocircuitos. Antes del partido con Perú, en Lima, se apuntó que Basile no tenía la armonía que anhelaba para llevar adelante su tarea. En las últimas convocatorias, el entrenador se vio involucrado en supuestas desavenencias internas: una con Gabriel Heinze (por el cambio ante Paraguay; sus compañeros fueron a abrazar al Gringo tras el gol ante Perú) y otra con Carlos Tevez (por la bronca que le generó al DT su expulsión ante los guaraníes). Como si fuera poco, en la intimidad del cuerpo técnico se volvieron temerosos de los aires desestabilizadores que siempre aparecen en los tiempos de incertidumbre. Perdió confianza en sus jugadores y especialmente con los más jóvenes, entre ellos Agüero y Messi, con los que la brecha generacional se convirtió en un arma de doble filo.
Por esas cosas del destino, los jugadores emprendieron sus regresos a Europa con Basile como entrenador. Pero sin pensarlo - o tal vez sí- se quedaron sin técnico en pleno vuelo. El seleccionado se quedó sin piloto y sin rumbo.
3 es la posición en la que Basile deja a la Argentina en el camino a la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.
28 son los partidos que dirigió Alfio Basile en el seleccionado; ganó 14, igualó 8 y perdió 6. El promedio de efectividad es del 59,5 %.
25 son los partidos que jugó Javier Zanetti, el hombre de más presencias.
9 son los goles que marcó Juan Román Riquelme, el máximo anotador del ciclo de Basile; Messi, con ocho, fue el segundo hombre que más convirtió.
74 son los jugadores que convocó Alfio Basile durante su segundo ciclo. En total, fueron 15 citaciones

MESSI: "CUANDO LAS COSAS NO VAN BIEN, MEJOR HACER CAMBIOS"


BARCELONA (EFE).- Tras la renuncia de Alfio Basile como técnico del seleccionado, Lionel Messi apoyó la salida del Coco y señaló que sería bueno que asumiera Sergio Batista, quien como DT consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín.
"Cuando las cosas no van bien, mejor hacer cambios. Hace tiempo que la selección no venía jugando bien y a lo mejor se necesitaba un cambio", comentó el jugador a su llegada a Barcelona después de participar con la Argentina, en el partido ante Chile.
El hombre de Barcelona avaló la posible llegada de Batista, con el que Messi ganó el oro olímpico en Pekín. A Messi le parece "muy bien" que Batista pueda ser el escogido.
"Le conozco y sé la manera que tiene de trabajar y tengo confianza en él y en su cuerpo técnico. Sería bueno", apuntó el joven jugador argentino.
Agüero, sorprendido. Sergio Agüero se mostró hoy "sorprendido" por la renuncia de Basile. "Sí, es una sorpresa. No lo esperaba, pero hay que respetar su decisión", dijo al aterrizar en Madrid, tras jugar en Santiago ante Chile, partido en el cual se vio una imagen en la que el Coco le decía a Ribolzi, uno de sus ayudantes, que Agüero era un desastre.

LA CARRERA POR LA SUCESIÓN DE ALFIO BASILE


Los comentarios, las especulaciones y las estrategias comenzaron la carrera por la sucesión de Alfio Basile. Todos niegan palabras oficiales, pero por un lado entienden que el elegido del presidente de la AFA, Julio Grondona, es Sergio Batista, al que varios dirigentes lo quieren; del otro dicen que exactamente lo mismo pasa con Miguel Angel Russo, actual DT de San Lorenzo. Pero en el medio de todo este escenario, la aparición mediática de Diego Maradona se apoderó de la escena y se verá si juega un papel importante en el recorrido señalado. Lo confirmado por LA NACION es que Russo-Batista o Batista-Russo son los candidatos y en los próximos días se oficializará que el Checho será el entrenador de la Argentina en el amistoso ante Escocia, en Glasgow, el próximo 19 de noviembre.
Los dos, uno públicamente y el otro a sus íntimos, confesaron que no ven la hora de que lo llamen para decirle sí al seleccionado. Con una diferencia marcada, porque mientras Batista asumiría ya mismo, a Russo le gustaría quedarse hasta fin de año para terminar el Apertura con San Lorenzo y si es campeón, mejor. Otro punto que los separa es la relación con Basile: Russo es amigo, juntos suelen encontrarse en algunas sobremesas de café; Batista tiene respeto por él, pero con más distancia. De hecho, se mostró y declaró por casi todos los medios aún cuando estaba fresca la renuncia del Coco. Lo mismo hizo Maradona, que en sus apariciones reconoció: "Tengo muchas ganas de ser el técnico de la selección. Sería como tocar el cielo con las manos".
De acuerdo con lo expresado por el presidente de Argentinos, Luis Segura, encargado del departamento de selecciones nacionales de la AFA, no habrá una resolución hasta, al menos, el 27 de este mes, fecha en la que Grondona volverá de su viaje a Zurich, donde cumplirá con algunos compromisos en la FIFA. "Hasta que vuelva Grondona no habrá ninguna definición. Diego tiene trayectoria y gloria como para ser uno de los candidatos, pero falta mucho para que se defina el tema", dijo Segura, antes del encuentro de su equipo, anoche, en la Paternal. Los que compiten por ocupar el puesto que dejó vacante Basile son muchos, pero Grondona tiene definido el perfil del técnico que quiere y entre ellos están Russo y Batista. Por eso cabe preguntarse por los puntos que están en consideración.
¿Qué le ven a Russo? Esta elección se graficó con la idea extendida de que "es un componedor de internas y, encima, está actualizado y consigue resultados". Tiene un curriculum con muchos ejemplos. Levantó al equipo de Vélez y lo sacó campeón del Clausura 2005. Asumió en un Boca golpeado tras el paso de Ricardo La Volpe y lo llevó a ganar la Copa Libertadores 2007 con una gran actuación de Juan Román Riquelme. Y, hoy, maneja al líder, San Lorenzo, que venía de un vestuario resquebrajado luego del paso de Ramón Díaz.
¿Qué le ven a Batista? Impulsado por sus hijos, "Julito" (presidente de Arsenal) y Humberto (DT de Talleres), Grondona tiene en la cabeza un proyecto con Batista para 2011, y de ese modo podría darle lugar a la camada de México 86. Con Maradona incluido, pero al que no lo ve en este momento como piloto de tormentas. Concretar esta idea ahora obligaría a sacar al Checho de los juveniles, donde Grondona quiere verlo con más pruebas más allá del logro en los Juegos Olímpicos de Pekín. Claro que lo más importante de esa experiencia es que manejó un plantel con Messi (el predilecto de don Julio) y Riquelme. De elegirse esta posibilidad, habrá que ver qué lugar ocupa Maradona, si como cabeza del cuerpo técnico o asesor.
Detrás de ellos, en la señal de largada, se encolumnan otros nombres. Uno es el de Diego Simeone, aunque en la AFA no quieren un entrenador con una exposición tan alta como la del Cholo. El otro es el de Carlos Bianchi, pues más allá de que llame la atención, personas cercanas al Virrey aseguran que aceptaría en el caso de que se lo ofrezcan, aunque hay que recordar sus diferencias con Grondona (la última vez, después de la salida de Bielsa, se reunió con Pompilio y no directamente con él). Tampoco hay que descartar a algún tapado que podría estar evaluando Grondona por estas horas. La carrera comenzó y se verá quién llega a destino.
Ribolzi habló del adiós
• Jorge Ribolzi, ayudante de campo de Basile en el seleccionado, no dio precisiones sobre los motivos de la renuncia del Coco, pero entregó su visión sobre el tema. "Se tomó una decisión y sus colaboradores tenemos que acompañar. No fue algo apresurado y se pensó mucho, pero los motivos son íntimos", expresó. Y agregó: "Los responsables somos nosotros. No se puede culpar a una parte o a la otra. Los jugadores dieron todo y les estoy agradecido".
Candidatos
Miguel Angel Russo
• 52 años, DT de San Lorenzo
48, 6 porcentaje de eficacia
11 clubes dirigidos
4 títulos
Sergio Batista
• 45 años, DT de los juveniles de la AFA
47, 2 porcentaje de eficacia
6 clubes dirigidos
1 títulos
Diego Simeone
• 38 años, DT de River
60, 4 porcentaje de eficacia
3 clubes dirigidos
2 títulos
Carlos Bianchi
• 59 años, sin trabajo en equipos
65 porcentaje de eficacia
7 clubes dirigidos
15 títulos

jueves, 16 de octubre de 2008

COMO PERDER UN PARTIDO EN 22 MINUTOS

Hace algún tiempo en los cines de nuestro país, se proyecto una película que por titulo llevaba “COMO PERDER UN HOMBRE EN DIEZ DIAS”, después de ver el partido de anoche entre Ecuador y Venezuela lo sucedido ahí bien podría ser el guión de un libro o de una película que debería llamarse “COMO PERDER UN PARTIDO EN 20 MINUTOS”, mas allá del resultado estrepitoso, mas allá del 3 a 1, se evidenciaron algunos puntos en esta selección que es necesario aclarar para que no se repitan los mismos errores.
1.- Hoy no somos los peores por que perdimos, ni el domingo éramos la mejor selección del mundo después de ganarles con la justas a Chile, y ayer se vio que a la selección ecuatoriana le falto algo que ha sido su sello, su identidad, ayer nos falto humildad.
2.- Seria fácil comenzar a repartir culpas entre los jugadores, el técnico, etc.; pero una vez mas y aunque suene cansino, repetitivo, no tenemos recambio para los jugadores claves, José Cortez no es Antonio Valencia, y esta lejos de llegar a serlo, mas allá de las ganas que le imprime Felipe Caicedo, del casi nulo aporte de Félix Borja, de la falta del único “hombre gol” que tenemos Christian Benítez, y de darnos el lujo de dejar en el banco al goleador del Campeonato Nacional Pablo Palacios, en este momento futbolístico que manejamos y aunque suene duro, ni juntando a los cuatros nombrados logramos alcanzar al añorado y al borde el retiro Agustín Delgado.
3.- Fue un error poner de titular a “Dinamita” Guerrón, si es verdad como se dijo y se conoció que jugo infiltrado, ya que nunca se metió en el partido, y en sus gestos se denotaba cansancio que hacer lo que hace le llevaba el doble de esfuerzo de lo normal.
4.- ¿Se nos aleja Sudáfrica?, me preguntaba al final del partido, por lo visto ayer, sino recuperamos la confianza, la humildad, el compromiso, el camino realmente si se pondrá cuesta arriba, si recuperamos lo que se perdió ayer, no estamos tan perdidos en esta eliminatoria que si una ve la tabla esta tan apretada que cualquiera puede pelear por ese quinto puesto.
Que lo de ayer nos sirva de leccion a todos, al aficionado que creia que el partido de ayer lo habiamos ganado por goleada y ni siquiera lo habiamos jugado aun, al cuerpo tecnico para que recupere este equipo, a los jugadores para que no olviden que hay que salir con humildad a la cancha, y al periodismo para que se deje de triunfalismo innecesarios.
Por Christian Espinoza G.

miércoles, 15 de octubre de 2008

LA PRUDENCIA ES UNA FORMA DE LA INTELIGENCIA

El ánimo está en la estratósfera. Y es comprensible. De cuasi eliminado en la tercera fecha, Ecuador pasó en la novena a revestir en la categoría de fuerte candidato al Mundial. Por como se ha planteado el cuadro de situación, ganar en Venezuela sería más que excelente, entra en la categoría de sensacional. Ecuador ha descontado tres puntos netos a sus tres rivales directos en la pugna (Chile, Uruguay y Colombia). De triunfar en Puerto La Cruz podría incluso sacarles más ventaja, pues aquellos tienen choques complicados: Uruguay ya igualó con Bolivia en La Paz, Chile medirá a Argentina, y Colombia a Brasil en Río.

Y como dice Iván Hurtado, “Hay que ir a ganar”. De acuerdo, siempre debe imperar esa mentalidad. Pero, cuidado, que el optimismo no derive en triunfalismo. Pensar en el botín no significa que esté presto para tomarlo; ni salir alocadamente a buscarlo, pues el resultado podría ser desilusionante.

Las cuatro derrotas seguidas de Venezuela pueden inducir a un pensamiento equivocado: que es pan comido. Nada que ver. La salida de Richard Páez ha sido traumática para la Vinotinto. César Farías tiró abajo en seis meses lo que el médico había construido en siete años. Pero del medio hacia delante Venezuela posee cuatro o cinco jugadores que Ecuador no los tiene. Ronald Vargas, todo elegancia y clase; Giancarlo Maldonado, temible goleador; Alejandro Guerra, habilísimo y atrevido armador; el Maestrico González, otro volante sumamente técnico, con excelente pegada, y Juan Arango, el más promocionado (aunque de menos rendimiento). Los cinco serían titulares ante Ecuador.

Venezuela generó diez jugadas de gol ante Brasil. Una tarde fabulosa (pero fabulosa en serio) del notable arquero Julio César hizo parecer la goleada de Brasil como un entrenamiento por plata. No fue así.

La fuerza ecuatoriana pasa por otros parámetros: su envergadura física, la inteligencia para trabajar los partidos, su excelente marcación en el medio campo, lo bien que se cierra en el fondo cuando ataca el adversario, el aprovechamiento integral de sus posibilidades, su paciencia, excelentes arqueros. No tiene la riqueza técnica de Venezuela.

Por ello debe ser prudente, respetar al máximo a su oponente y plantear el mismo juego sólido y cauteloso que lo ha caracterizado en las últimas seis presentaciones. Sobre todo cuando le falta su único hombre-gol (Christian Benítez) y un volante con recursos y media distancia como Valencia. Ni hablar de la casi segura ausencia de Castillo, formidable dique de contención en media cancha. El retorno de Édison Méndez es un hecho auspicioso.

Alejandro fue el más grande capitán de la historia. Nadie más pudo igualar sus hazañas en combate. No obstante, el invicto macedonio nunca atacó sin estar completamente seguro de sus posibilidades de triunfo. Llevaba el coraje al lado de la prudencia.
Por Jorge Barraza (Columna Alguien tenia que decirlo Diario El Universo 15/10/08)

TRAS LA TORMENTA, UNA PEQUEÑA BRISA


Sonriente, locuaz, vivaz... Sincera o no, ésa fue la imagen que exhibió Juan Román Riquelme en su reaparición en el mundo Boca luego de la tormenta interna que se desató la semana última. Desafectado del seleccionado argentino por la acumulación de amonestaciones, JR se unió ayer al grupo conducido por Carlos Ischia con una fuerte ambición: desatender las críticas públicas que recibió recientemente de un compañero, el zaguero paraguayo Julio César Cáceres, y motivarse para mostrar su mejor versión y ganar el superclásico del domingo próximo frente a River, en el estadio Monumental.
Claramente apuntalado por Hugo Ibarra, con quien compartió la mayoría de los trabajos en pareja, el enganche participó sin inconvenientes de los ejercicios en el gimnasio y del ensayo de fútbol en espacios reducidos. Esa actividad, que cerró la jornada, fue la más distendida de una mañana en la que los gritos y las bromas se multiplicaron, con situaciones curiosas, como la de Ricardo Noir y Lucas Castromán, con guantes y volando de palo a palo, o la de Mauricio Caranta, actuando como mediocampista ofensivo. En esa tarea, Román se movió en forma armoniosa, tocando de primera o haciendo cambios de frente, riéndose junto con Neri Cardozo, Damián Díaz o Luciano Figueroa, a quien conoce de su desempeño en Villarreal, de España.
Sin ánimo de continuar con la polémica, Ischia hablará en las próximas horas con Riquelme; su objetivo es lograr que el número 10 y Cáceres se pongan de acuerdo o que, al menos, tengan una convivencia correcta. Román no hizo declaraciones ayer, pero un allegado suyo presumió que mañana o pasado mañana se prestará a una conferencia, luego de encontrarse con Cáceres, actualmente afectado al seleccionado guaraní junto con el defensor Claudio Morel Rodríguez.
Las versiones siguieron recorriendo los pasillos de la Bombonera. Unos pocos indican que Cáceres será sancionado, aunque otros dicen que el paraguayo será titular ante los millonarios. El DT sigue confiando en él.
Se conoce que en esta incómoda situación, Martín Palermo, que se recupera de una grave lesión en la rodilla derecha y es considerado por el cuerpo técnico y por la mayoría de sus compañeros un ?líder positivo?, actuará como una suerte de mediador. El artillero, que ayer prosiguió con los trabajos de kinesiología en el predio de Casa Amarilla, reconoció que la pasada fue la ?semana más difícil de los últimos tiempos en el club?.
En declaraciones a TyC Sports, Palermo expresó: ?Conseguir un buen resultado en el clásico nos va a tranquilizar a nosotros y tranquilizará esta situación. Necesitamos un resultado favorable para sumar confianza y serenidad, y seguir pensando que hay posibilidades de pelear por el campeonato?.
Y agregó, con ciertos recaudos: ?Si se analizan las posiciones, Boca está mejor que River, pero son clásicos y uno lo tiene que ver por ese lado. En el momento de salir a la cancha juegan mucho los estados de ánimo?.
Lucas Viatri, el joven que carga con la enorme responsabilidad de actuar en la posición de Palermo, también se refirió a los cruces dialécticos que alteraron el ambiente auriazul: ?Una vez que se entra en la cancha o que uno se dispone a trabajar, esas cosas se dejan de lado. Se puede llegar a hablar antes o después, pero una vez que nos ponemos la ropa para jugar, todo se olvida?.
Luego de la tempestad que azotó La Boca la semana última, una pequeña brisa recorrió el escenario xeneize. En una semana trascendente, con el superclásico muy cerca, una tensa calma se apoderó del grupo. Sólo el tiempo será testigo del desenlace...
2 mil entradas son las que River le entregaría a Boca. Los dirigentes xeneizes están muy molestos y reclamarán un número mayor de localidades.

martes, 14 de octubre de 2008

NO TODAS LAS HERIDAS LAS PROVOCARON LAS PATADAS URUGUAYAS

Por estas horas, cuentan, el doctor Madero y su equipo tienen tanto trabajo para recuperar a Demichelis, Mascherano y Agüero, como el que tienen Alfio Basile y el suyo para reemplazar a Riquelme y a Tevez. Todos ellos pensando en lo inmediato, el partido que ya se viene contra Chile, y también, ojalá, en lo mediato, con el objetivo de llegar de la mejor manera a la meta, para la que no falta tanto como se cree.
Mientras el trabajo médico, se sabe, es científico el otro no lo es tanto, sin que esto signifique, por supuesto, ninguna alusión peyorativa hacia la labor de Coco. Pero resulta que es el DT y no el Dr. quien debe atender las otras secuelas que dejó la última versión de la batalla del Río de la Plata.
Por ejemplo, se ha instalado como una verdad absoluta y total que estos jugadores, los mejores, rinden en sus clubes pero no en la selección.
Si así fuera, ¿qué remedio tiene él para ese mal? ¿Tiene a los Xavi y a los Iniesta que, según analizan quienes siguen de verdad y en profundidad al Barcelona, complementan la genialidad de Messi? ¿Tiene el sistema para hacer que Agüero sea un 9 de área "a la Romario”, según lo definió su compañero ideal en el Atlético de Madrid, Diego Forlán? ¿Tiene el método para recuperar a ese Tevez que ha perdido su lugar de privilegio en Manchester?
Por ejemplo, se ha diagnosticado -sin unanimidad, por supuesto, como corresponde al paciente en cuestión- que muchos problemas se solucionarían sin Juan Román Riquelme entre los 11.
Si así fuera, la ausencia obligada del 10 de Boca en el próximo partido será una prueba de laboratorio, inocua de responsabilidades para el DT, ya que se trata de una decisión obligada por las circunstancias. Visto de este modo, jugar sin Riquelme no debería ser para el seleccionado un experimento riesgoso, sino más bien una gran oportunidad.
Justo cuando el "vos sos contra mío" va a dar una vuelta completa, justo cuando llega el momento de enfrentar al rival que, de algún modo, provocó aquella emblemática frase, sería bueno aprender que de este cóctel de nombres no se pretende el descubrimiento de ninguna fórmula mágica y que no se pretende tampoco la exclusión de elemento alguno. Se trata de no descartar soluciones, mientras sea posible experimentar.
Por lo demás, en las últimas horas, se ha demostrado que ni siquiera el resultado, esa vacuna que suele servir para todo, garantiza la inmunidad.

CALIENTE: LA VUELTA AL TRIUNFO FUE EN MEDIO DE UNA BATALLA


Entre más golpes y fricciones que fútbol y juego, llegó el triunfo tan esperado y necesario. La Argentina no propuso este partido de trincheras, de patadas y choques, pero tampoco supo evadirse de ese ambiente belicoso que creó Uruguay. Eso habla también de la inmadurez del seleccionado para controlar el desarrollo de acuerdo con sus posibilidades, de sus dificultades para imponer condiciones. Sigue siendo un equipo susceptible de ser arrastrado por cualquier corriente negativa. La serie de cinco encuentros sin triunfos crearon fantasmas que no le son indiferentes a este plantel. Podrá haber mucha figura internacional, pero la confianza no es un activo que sobre. La falta de victorias la venía llevando como un estigma. Y quién sabe si este 2 a 1, que empezó al ritmo del gol y terminó lleno de moretones, alcanzará revertir la mentalidad del seleccionado.
Si bien no es poco que la Argentina haya vuelto al éxito, sí es una picardía que no lo haya hecho con una actuación reivindicatoria, que estableciera un límite a la incertidumbre y críticas que arrastraba. El seleccionado mejoró en el resultado, pero la evolución es menos nítida en el rendimiento. Dejó pasar una oportunidad para que renaciera el optimismo. Desperdició el escenario ideal que había construido al principio, con dos goles en menos de 15 minutos, un planteo bastante ordenado y cierta fluidez en la circulación de la pelota.
La Argentina intentaba acomodarse a un esquema en el que parece más importante la presencia de las individualidades que la función que les toca, ya que Tevez quedaba muy condicionado como puntero izquierdo y Demichelis tenía problemas de perfil para marcar sobre la izquierda. Sin embargo, las circunstancias se dieron para empezar a eliminar complejos desde temprano. A los cinco minutos, un desprolijo despeje de un uruguayo rebotó en el árbitro Torres (después, su protagonismo ya no sería tan fortuito, sino decididamente desafortunado). La pelota le quedó a Riquelme, que en un alarde de repentización y precisión cruzó una asistencia por detrás de toda la defensa para que Messi, de cabeza, convirtiera su primer gol en el Monumental.
La Argentina movía la pelota con bastante tino y ocupaba el campo rival. Así llegó el segundo tanto, con otra pelota, en este caso de Tevez, enviada a la espalda de Cáceres. Cambiasso, tal como acostumbra a aparecer por sorpresa por el lado contrario a la jugada, llegó para definir; su toque dio en un poste y Agüero hizo de centrodelantero oportunista para quedarse con el rebote.
Uruguay se encontró con un partido muy cuesta arriba y decidió remontarlo extralimitándose en la garra charrúa, que derivó en el foul constante, la pierna que le apuntó más al rival que a la pelota. El paraguayo Torres fue cómplice de esta desnaturalización con su complacencia para tolerar demasiadas brusquedades. Cuando quiso ponerse firme, el partido ya se le había ido de las manos, los jugadores ya habían decidido que cada pelota se transformara en un duelo barriobajero.
Dentro del poco espacio que quedaba para la táctica y el juego, Tabárez, con la salida del lesionado Fucile, hizo una apuesta un poco más ofensiva con el ingreso de Cavani. La Argentina mantenía la presión, pero ya no gobernaba tanto con la pelota. Riquelme se oscureció como organizador, y Messi y Agüero entraban esporádicamente en acción. La Argentina se fue olvidando del juego para entrar en la batalla que quería Uruguay. El descuento de Lugano, que alcanzó a conectar un centro de Suárez que pasó entre varias piernas argentinas, castigó el decaimiento argentino.
El declive se hizo más pronunciado en el segundo tiempo, ya que el seleccionado se movió por impulsos, tanto para atacar como para defender. Otra vez, como en cotejos anteriores, se desvanecía la idea de un bloque, de un funcionamiento, y se dependía de arrestos individuales. Parecía que con los ingresos de Ledesma y Milito se iba a reactivar el circuito, pero sólo fueron insinuaciones. Uruguay seguía con su plan beligerante de todo hacia arriba: pelota, piernas y brazos. La Argentina no se arrugó, pero sí se puso nerviosa, destemplada. El instinto de conservación lo llevó a Basile a reemplazar a Messi por Cata Díaz cuando Uruguay tenía un jugador menos por la salida del lesionado Eguren. A este seleccionado todo le está costando mucho. El triunfo que empezó consiguiendo en la cancha lo terminó defendiendo en un ring.
3 las victorias de la Argentina como local en las eliminatorias: ante Chile, Bolivia y Uruguay.
EL DATO
Un historial muy favorable como local
La Argentina no pierde en su casa con Uruguay desde 1987 (1-0). De 79 partidos, ganó 48, empató 20 y perdió 11 (ninguno por eliminatorias).
LO POSITIVO
Goles de delanteros: Lionel Messi y el Kun Agüero
Messi consiguió su décimo tanto en 33 partidos con el seleccionado. El de Agüero fue el quinto (tres en estas eliminatorias) en 14 cotejos.
EL DATO II
La Argentina y un invicto de 39 encuentros
Por todo tipo de competencia, el seleccionado no pierde en nuestro país desde diciembre de 1996: 3 a 2 ante Yugoslavia en un amistoso en Mar del Plata.

TRES PUNTOS A FAVOR...PERO VARIOS EN CONTRA

Desactivar las urgencias, casi con obsesión. En la imaginaria tabla de prioridades, derrotar a Uruguay empujaba al plantel argentino hasta el desvelo. En el agitado mercado de las acciones albicelestes, nada cotizaba tanto como abrazarse a una victoria en el clásico rioplatense. Cinco partidos sin ganar en el marco de las eliminatorias era un record flamígero. En realidad, seis cotejos si también se incluía el amistoso 0-0 con Belarús, un registró que peligrosamente se aproximaba a una olvidable serie de nueve encuentros sin festejos entre julio de 1989 y mayo de 1990. Un empate ante Uruguay -mucho más una caída, obvio- dejaba a la Argentina a la intemperie. Con la peor cosecha al cabo de la primera rueda desde que las eliminatorias se juegan todos contra todos, en una tambalente posición rumbo a Sudáfrica 2010 y con una conspiración de rumores circulando por los rincones.
Después de 90 minutos de roces despreciables, falsas guapezas, un manojo de nervios y un puñadito de jugadas, la Argentina ganó. Desde noviembre de 2007 que no podía imponerse en el Monumental. Se notó el alivio. El desahogo. Pero habrá que interpretar que los triunfos no siempre encierran un poder redentorio. No esconden, no borran, no olvidan. Tres puntos a favor, vitales, oxigenantes..., y varios en contra arrojó el duelo con Uruguay. Detrás de una máscara conformista, las asignaturas pendientes invitan a no hacerse los distraídos.
Los cracks no trasladan su potencial
Ninguno de los Cuatro fantásticos brilló; por cierto, nadie mereció más que un 5 en las calificaciones. Juan Román Riquelme se diluyó al compás de un estado físico que lo fue abandonando y le quitó frescura para jugar; Agüero definió en posición de centroatacante, pero vivió encajonado por un ataque que lo asfixió; a Tevez no le faltó compromiso, pero también pareció prisionero de una parcela -la izquierda- que recortó su productividad, y Messi, más allá de que convirtió por primera vez en Buenos Aires, nuevamente se esfumó en promesas. Leo sigue postergando ese partido consagratorio en la Argentina. Las tres referencias ofensivas (Messi/Agüero/Tevez), lejos de enriquecer la partitura con sus cualidades, parecieron empequeñecerse, recortar su capacidad. A los tres les cuesta jugar sin la pelota, aparecer por sorpresa, marcar las descargas, ocupar los espacios para distraer marcas y permitir que la maniobra salga por el otro costado... Sin ser necesariamente egoístas entre sí, son esencialmente solistas en su concepción de juego.
Con fallas en la propuesta y el mensaje
Dirigir no se trata de juntar a los mejores. Esa apuesta no asegura un juego sinfónico. El equipo avanza impulsado por las obligaciones y no por la armonía de las sociedades. Así, el traslado casi nunca es pulido. Basile insiste en no ocupar el ancho de la cancha en la elaboración, entonces el eje de Riquelme centraliza el inicio y el equipo no tiene descargas por afuera. Apenas con Zanetti como una opción, Román necesita más pasadores para sus habilitaciones; así, la selección ganaría en dinámica y repentización. Verticalidad, proyección y hombres al vacío se mantienen como asignaturas pendientes. Ante rivales que esperan, posiciones estacionadas descubren las intenciones y facilitan el bloqueo. Sin embargo, Basile insiste. El DT, siempre el dueño de los mensajes mientras los jugadores lo son de los hechos, puso al Cata Díaz por Messi cuando se anunciaban cuatro minutos adicionados. La Argentina terminó angustiada, imaginando fantasmas de otro empate... y Basile reforzó los temores con su última determinación.
No se aprende la leccion disciplinaria
Ni la violenta actitud uruguaya para trajinar el partido ni la vergonzosa diversidad de criterios del árbitro paraguayo Carlos Torres pueden utilizarse como excusas. La Argentina terminó con cinco amonestados, y sólo uno de ellos, Mascherano, recibió la amarilla por juego brusco. Heinze fue sancionado por protestar, Messi y Riquelme por demorar y Tevez por arrojar la pelota afuera. No hay razones que valgan aquí, ni pulsaciones aceleradas; son detalles condicionantes que pueden costar un partido. Por ejemplo, Riquelme y Tevez, por doble amonestación, no estarán el miércoles ante Chile, en Santiago. Dos pérdidas que se podrían haber evitado.

sábado, 11 de octubre de 2008

GUAYAQUIL POR LA PATRIA

En estos días de octubre, es común repetir en los discursos aquella afirmación de “Guayaquil por la Patria”, que sintetiza el espíritu de nuestra ciudad, no solo en la lucha por la independencia, sino también en un constante devenir histórico que se compendia en la apertura generosa que tiene este puerto para miles de ecuatorianos que han hecho de la urbe su segundo hogar.

Daría la impresión, sin embargo, que no es suficiente aquello para contrarrestar una especie de celo y recelo que han surgido en algunos lugares del país respecto de nuestra ciudad, naturalmente sin incluir en ese espacio la rivalidad de carácter regional que ha existido desde antes de la República entre Guayaquil y Quito, rivalidad que tiene su propio contenido y explicación y que inclusive ha sido motivo de múltiples conjeturas e interpretaciones. A lo que me refiero es que a pesar de que no existen los estudios sociales suficientes para realizar una afirmación, hay indicios que llevan a sugerir que la imagen de Guayaquil y de su gente, de su forma de vida y desarrollo, no solo no es compartida por otras regiones o ciudades, sino que se ha convertido en un referente que levanta, no sana envidia o admiración, sino sentimientos de celo y recelo, como ya señalaba, contando con varios ejemplos prácticos en los últimos tiempos.

Cito el caso de la Península y todo lo que ocurrió en torno a la creación de la nueva provincia; y es que, más allá del propósito comprensible de contar con una mayor autonomía y mejores recursos, resultaba inevitable advertir demostraciones de verdadero rechazo por parte de los peninsulares hacia Guayaquil, siendo esta urbe fuente principal no solo de la inversión privada turística e inmobiliaria, sino de gran parte de mejoras realizadas en esa región. Hay gente que pensó que la actitud peninsular tenía su origen en la manipulación que había hecho el régimen sobre el tema, pero siempre me pareció que había algo adicional que quizás no queríamos ver. ¿No sería que esa millonaria inversión guayaquileña, en contraste con las pobres condiciones de vida de la mayoría de los peninsulares, generaba inevitablemente un sentimiento de inconformidad que, con el paso de los años, se convirtió en afán desmedido de “provincialización”?

Y así como el ejemplo de la Península, sería interesante conocer ¿cuál es el pensamiento de ciudades como Manta, Cuenca o Milagro respecto de nuestra ciudad, para así confirmar o negar esa especie de sentimiento ambiguo que puede generar razones para aquello?

No cabe duda de que el gran cambio urbanístico que ha tenido Guayaquil en los últimos años, el hecho de que a pesar de todo siga siendo fuente de desarrollo económico, su propia cosmovisión abierta, generosa, liberal, mercantil, la circunstancia de que en varios procesos electorales decida su voto de forma diferente al electorado del resto del país, la visión autonómica, en fin, sus propias ideas y pensamiento, han contribuido a generar una reflexión que debería ser analizada con mayor rigor, para que esa frase de “Guayaquil por la Patria” siga siendo, al menos para los guayaquileños, lo que siempre fue, razón de orgullo, nunca motivo de indiferencia.

viernes, 10 de octubre de 2008

¡POR ÚLTIMA VEZ!

Cuando Correa dice que siente su guayaquileñismo, aún le creo.

Es que no puede ser que quien haya nacido en esta noble tierra, crecido dejando el alma al salir de la “Macarena” (ese parque de diversiones que quedaba frente al parque Centenario), quien haya comido manzanas acarameladas afuera de la feria de Durán, disfrutado hasta el agotamiento las guerras de globos en carnaval, quien haya jugado pelota en la calle del barrio y perdido la voz luego de gritar goles en un Clásico del Astillero en el estadio Modelo, pueda no llevar en la piel el orgullo de ser guayaquileño.

Yo le creo a Correa cuando dice que disfruta nuestra comida típica cada vez que viene a Guayaquil. Es que quien ha crecido comiendo llapingacho en Mi Cuchifrito, fritada en La Preferida, caldo de salchicha en Yulán, una buena menestra en El Pique y Pase, hamburguesas en El Chino, para los del sur, o en la recordada carretilla del Jefe para los del Norte, un cebiche en El Grillo, encebollado en Don Juan, o bollo de pescado con papa rellena en Eloy Alfaro y Letamendi, una guatita en La Guatita o seco de chivo donde Facundo, lleva en lo más íntimo de sus recuerdos el paladar guayaquileño y añora el momento de volver a disfrutar sus sabores con una cerveza bien fría.

El problema es que hasta ahora, Correa solo se acuerda de “Su Guayaquil” en época de elecciones.

El problema es que muchas decisiones de su Gobierno habrían afectado o intentado afectar el progreso de Guayaquil.

El problema es que tiene en su entorno de colaboradores a viejos odiadores de Guayaquil, que dejan notar, las frustraciones que les causa comprobar su indetenible progreso, a pesar de los permanentes obstáculos que la burocracia y los círculos de poder del centralismo desde las alturas le han creado sin éxito, a lo largo de la historia.

Señor Presidente, yo sí le creo que usted siente a Guayaquil en el alma; lo que pasa es que Guayaquil desde hace años está acostumbrada a recibir obras y no palabras. Demuestre que ama a Guayaquil y deje de atacar a quienes legítima y exitosamente han liderado el desarrollo de Guayaquil, aunque a usted le moleste reconocerlo.

En su afán de controlarlo todo, deje de debilitar a las instituciones guayaquileñas y de intentar someterlas a los tentáculos del poder central.

Usted podrá decir que desde el Gobierno las fortalecerá; el problema es que cuando usted deje de ser Presidente; esos círculos de poder enquistados en la ciudad capital, que odian a Guayaquil, usarán nuevamente al centralismo para intentar destruir todo aquello que con esfuerzo hemos construido.

Esta es la última vez que desde esta columna apelo al beneficio de la duda en favor del Presidente Correa. Que sea por Guayaquil, y en homenaje a uno de sus hijos, que tiene el derecho a equivocarse y la obligación de rectificar.

Nadie es profeta en su tierra, dirán algunos; lo cierto es que esta ciudad ha dado un mensaje muy claro a Rafael Correa el pasado 28 de septiembre: No lo sentimos guayaquileño.

Algo mal estará haciendo para que la ciudad que tanto dice amar tenga esa percepción mayoritariamente y la voz del pueblo, es la voz de Dios.

¡Que viva Guayaquil!

CON RIQUELME EN LA CANCHA


El ciclo de Alfio Basile al frente del seleccionado superó los dos años y, por mandato de los resultados, está en un momento de búsqueda que pide correcciones. Uno de los interrogantes más marcados, tal vez como nunca pasó bajo la conducción del Coco, es develar si Juan Román Riquelme estará entre los titulares que mañana se enfrentarán ante Uruguay, en el Monumental, en el cierre de la primera rueda de las eliminatorias. Existen tres variantes posibles para los encuentros con el seleccionado charrúa y frente a Chile, el miércoles próximo: 1) Que el entrenador lo haga descansar ante Uruguay y lo utilice en Santiago. 2) Que la situación se dé al revés. 3) Que Riquelme extienda su presencia perfecta en este camino al Mundial de Sudáfrica 2010.
Lo primero que se debe consignar es que parece improbable que Riquelme se pierda los dos partidos. El enganche de Boca, que viene de unos días complicados a partir de la interna con su compañero Julio César Cáceres, no se había podido a entrenar a la par del resto hasta la práctica de ayer por la tarde en el predio de Ezeiza. A raíz de un traumatismo en el metatarsiano del pie derecho, hizo un trabajo diferenciado el lunes y, luego, tareas en el gimnasio los dos días siguientes. Pero una vez más Basile volvió a cambiar todo, incluyendo a Riquelme, Diego Milito y Cristian Ledesma entre los titulares.
Una práctica con muchas sorpresas se dio ayer. Es que Lionel Messi y Sergio Agüero se quedaron a un costado de la cancha, sentados sobre una pelota, sin participar del partido de práctica. Desde afuera del complejo de la AFA, porque el entrenamiento fue a puertas cerradas, se encendió la alarma ante esta situación, sobre todo porque después de un rato Messi y Agüero sólo trotaron alrededor de la cancha. Pero finalmente se informó que ambos jugadores tienen molestias menores; sólo por precaución no participaron del entrenamiento de fútbol y Basile dispone de ambos para enfrentar a Uruguay.
Las ausencias de la Pulga y del Kun obligaron al entrenador a realizar modificaciones y por ellos ingresaron Diego Milito y Gonzalo Bergessio en el ensayo que ganaron los titulares por 1-0, con gol de Carlos Tevez. Que no estuviera Cambiasso en el primer equipo también fue una novedad: esto provocó el ingreso de Ledesma y la modificación del sistema táctico, con una línea de fondo de cuatro, claro que con Javier Zanetti sumándose por momentos al medio campo integrado por Mascherano y el Lobo Ledesma. En definitiva, los supuestos titulares formaron con Carrizo; Zanetti, Burdisso, Demichelis y Heinze; Mascherano y Ledesma; Riquelme; Bergessio, Diego Milito y Tevez.
Como viene sucediendo en los últimos ensayos que encara Basile, son muchos los futbolistas que salen y entran del primer equipo. Una particularidad de las últimas prácticas es que Esteban Cambiasso, la mayoría de las veces, tiene pocas oportunidades entre los titulares durante la semana, pero finalmente termina jugando en los compromisos oficiales. Habrá que ver cómo el DT acopla las piezas en el entrenamiento de esta tarde: si repite la alineación o si vuelve a cambiar.
Se sabe, la decisión está en manos de Basile y quedará expuesta como nunca su incondicionalidad hacia Riquelme, el hombre al que respaldó hasta cuando ni jugaba en Villarreal, de España. Más allá de sus deseos, hay que tener en cuenta que el Coco se encuentra ante la oportunidad de darle lugar al dibujo que lo sedujo en la gira por los Estados Unidos. Es que en aquel 4-1 a México, en San Diego, quedó encantado con el funcionamiento generado por Messi, Agüero y Cruz. Ahora no está el Jardinero, aunque sí Milito... Y es, justamente, el estado físico de Riquelme el que dejaba una ventana para una nueva variante de esquema y de nombres.
¿Qué pasaría si Riquelme no es titular en el Monumental y el equipo reconquista al exigente público argentino sin su emblema? Hasta el momento, más allá de los interrogantes que planteó el estado físico del volante y su bajo rendimiento, Basile no sacaría a uno de sus jugadores predilectos.
6 es el promedio de Riquelme en el ciclo de Basile; tiene asistencia perfecta en las eliminatorias.

QUE VUELVA AQUEL ROMÁN, QUE HABLABA POCO Y JUGABA MUCHO


En 1998, Román hablaba poco y jugaba mucho. ¡Y cómo jugaba! La pisaba, gambeteaba, metía un cambio de frente, ponía un pase profundo y con ventaja para el receptor, hacía goles desde la medialuna del área, la dejaba colgada del ángulo en un tiro libre. Hacía todo dentro de la cancha. Afuera, tenía poca relación con la prensa. Desconfiaba de todos. De vez en cuando aceptaba un reportaje, pero "sólo para hablar de fútbol".
Su carrera había cambiado definitivamente con la llegada de Bianchi. En el Apertura ´98 mostraba su mejor versión. Comenzaba un formidable período de tres años y medio de rendimiento notable, por calidad y por continuidad. Sólo era noticia por lo que producía dentro de la cancha. El festejo del Topo Gigio dedicado a Macri en un clásico ante River por el Clausura ´01 resultó un episodio simpático. Reclamó por la inclusión de Delgado en la Intercontinental 2000, pero Bianchi lo frenó en seco como a Palermo, sponsor oficial de Guillermo Barros Schelotto. Era mucho más influyente en la cancha que en el vestuario. Pero algo empezó a cambiar a principios de 2002. Carlos Bianchi ya se había ido de Boca y ningún integrante del equipo sufrió tanto como él la salida del entrenador. Oscar Tabárez se encontró con otra cara de Riquelme. Presionaba para irse del club, no siempre se entrenaba a la par de sus compañeros y se desgarró en un partido de Copa Libertadores justo antes del 0-3 ante River ( vaselina de Rojas). El plantel había cambiado respecto del ciclo 1998-2001 con ausencias importantes: Ibarra, Arruabarrena, Cagna, Palermo y Basualdo, auténticas referencias para los más jóvenes.
Más escuchado por sus compañeros, aprendió a utilizar al periodismo para mandar sus mensajes. El domingo 19 de mayo de 2002, se despachó en Radio Mitre: "En Boca me quieren complicar la vida. Pensé que hoy iba a jugar. Tenía una ilusión muy grande de despedirme acá. Porque en la Argentina no puedo seguir siendo futbolista. Había hablado con el técnico y le dije que mi familia sufría y que quería jugar contra Olimpia y contra Newell s. Yo siempre quiero jugar". Riquelme estuvo ante Olimpia en Asunción y nada pudo hacer para evitar la eliminación de Boca contra el equipo de Julio César Cáceres, duro rival de aquella noche.
Tabárez nunca pudo disfrutar del mejor Román y no lo incluyó en el último partido del Clausura ´02. El 10 estalló. "Boca no me dejó ir. Estoy cansado de que me quieran hacer quedar como un hijo de puta. Tengo en mi casa el documento firmado por un dirigente de Atlético de Madrid que dice que el pase se cayó porque los dirigentes de Boca no aceptaron la oferta". La respuesta de los dirigentes llegó en ese mismo furioso domingo: "Quiero que en 48 horas Riquelme me muestre el precontrato o las negociaciones que tuvo por escrito con el Atlético. Y si Boca interfirió con su pase, yo me voy a mi casa". ¿Saben quién dijo esto? Pedro Pompilio, en ese entonces vicepresidente del club.
Hoy presidente, Pompilio está dispuesto a "morir" con Riquelme. Considera que es extraordinario, indiscutido y que sus compañeros deberán entenderlo. Contratarlo en US$ 15.000.000 ha sido su acto de gobierno más importante. Ya no puede cambiar el sentido de su gestión. El primer semestre de 2002 fue el peor de Riquelme en Boca. Jugó poco y habló mucho. En abril, le pegó una trompada inolvidable al volante de Banfield Santa Cruz que quiso jugar al proctólogo con él. Y, finalmente, se fue a Barcelona. En el Barça, se topó con Van Gaal, el entrenador que no lo había pedido. Nunca jugó en su puesto (él es enganche o nada) pero tampoco se rebeló dentro de la cancha.
La llegada de Ronaldinho lo corrió a Villarreal. De entrada, Benito Floro, su nuevo DT, le advirtió: "Debe mejorar en función del colectivo. Participar más en el juego. Lo que fue en Boca, fue en Boca". Una temporada más tarde, Floro se fue, lo acusó de falta de compromiso y le puso la etiqueta de "caprichoso".
En agosto de 2004, Pellegrini asumió en Villarreal. Lejos de mimarlo y consentirlo, le exigió respeto, compromiso y rendimiento como a cualquier integrante de su plantel. Riquelme ofreció su mejor versión "europea" en el ciclo 2004-2006 y llevó al Submarino Amarillo a una histórica semifinal de Liga de Campeones. Jugaba mucho y hablaba poco, como en los mejores años de Boca.
Sin embargo, el penal errado ante Arsenal en la Champions y el rendimiento menor al esperado en el Mundial de Alemania lo afectaron negativamente. Otra vez eligió medios amigos para mandar un mensaje y renunció a la selección tras el amistoso ante Brasil para que a su mamá no le afectaran las críticas.
En diciembre de 2006, Pellegrini se cansó de sus posturas de divo. El presidente Roig miró por el espejo retrovisor y recordó todo lo que le había consentido: licencias para no entrenarse, permisos de una semana para estar con su familia en Buenos Aires, una pelota más liviana, escuchar música durante una charla técnica, tener estacionamiento propio y no participar de prácticas voluntarias.
Cuando Villarreal ganaba, nadie cuestionaba estas concesiones. Riquelme las hacía valer dentro de la cancha. Pero bajó drásticamente su nivel, el equipo empezó a perder y saltaron los tapones. Roig decidió "morir" con Pellegrini. Sus compañeros de este Boca tampoco avalan los privilegios. Cáceres y compañía están seguros de que no son la consecuencia de buenas actuaciones sino todo lo contrario: la causa de las malas. El paraguayo cometió el error de hacerlo público, pero reflejó el sentimiento de la gran mayoría del plantel, que destaca y extraña el liderazgo positivo de Palermo, ausente por lesión. ¿Se animarán los jugadores a respaldar al zaguero o seguirán temerosos del ídolo de la hinchada?
Este Riquelme nada tiene que ver con aquel que regresó a Boca en el primer semestre de 2007. Aquel estaba hambriento de revancha y de desafíos personales. Sin lugar ni en Villarreal ni en la selección, necesitaba demostrar que no estaba muerto. Hoy, en cambio, sabe que jugará siempre, sea cual fuere su condición física. En Boca y en la selección porque Pompilio y Basile "morirán" con él.
En 2007, no tenía resuelta su situación profesional, vivía lejos de sus amigos y el préstamo con Boca era la última oportunidad para cambiar la historia. Hoy tiene un contrato garantizado hasta junio de 2010 a tres millones de euros por temporada. Hace lo que quiere y tiene todo a su alcance. Sus rendimientos difieren tanto como sus momentos personales.
En 2007 la rompió y sólo le faltó hacer llover. Cuando está bien, es indiscutible. Pero en 2008, apenas mostró un gran nivel ante Atlas, en Guadalajara, y algunos destellos en otros partidos. Aquel volaba. Hoy no tiene respuestas, sobre todo en los segundos tiempos.
Para Riquelme es fundamental estar bien físicamente porque no tiene un cuerpo privilegiado. Se le notan mucho el cansancio y la falta de ritmo. En el primer semestre de este año se desgarró el aductor derecho y estuvo un mes sin jugar. Se puso solo en los Olímpicos, volvió con la dorada y, sin descanso, pidió jugar la segunda final de la Recopa contra Arsenal. Con él en la cancha el equipo sólo ganó uno de siete partidos, ante Newell s en Rosario (empató 3 y perdió los otros 3). Sin Riquelme, Boca está invicto. Ganó 5 y empató 1, con 16 goles a favor y 2 en contra.
En 2008, entre selección mayor, Sub 23 y Boca, jugó 36 partidos y marcó 7 goles. En los números y en el juego, pierde por goleada en la comparación con 2007. Hoy influye mucho más en el vestuario que en la cancha. Se refiere a sí mismo en tercera persona, no se entrena a la par de sus compañeros, los manda al frente cuando se equivocan, les marca el territorio a los chicos del club invitándolos a comer, se fastidia con los periodistas que le hacen preguntas y sólo contesta los "centros" de los amigos. Tenemos un problema: en 2008, Riquelme habla mucho y juega poco. ¡Volvé Román, te extrañamos!
Las mejores columnas de Juan Pablo Varsky en LA NACION Deportiva son el corazón de Más que un juego, el libro editado por Editorial Sudamericana. "¿Estaré a la altura de semejante responsabilidad?", se preguntaba él antes de escribir la primera.
Está claro que sí...

miércoles, 8 de octubre de 2008

BETO CUEVAS: UN REGRESO MADURADO EN SOLITARIO


Vuelvo." Ese simple verbo, conjugado en primera persona, título de uno de los temas del primer disco solista de Beto Cuevas, podría ser también el nombre del disco. Porque tras la separación, tres años atrás, de la exitosa banda chilena La Ley, el cantante estuvo completamente fuera de los escenarios y ahora emprende el regreso.
Su alejamiento de los escenarios, sin embargo, no implicó un alejamiento de la música. Durante estos tres años, Cuevas estuvo cocinando a fuego lento Miedo escénico , su primer disco en solitario, que presentará hoy, a las 21, en el Gran Rex (Corrientes 857).
En una entrevista con LA NACION, el cantante cuenta que estos años que pasó alejado de la banda que integró durante 16 años estuvieron llenos de altibajos emocionales que le permitieron escribir canciones. "Me conecto mucho con las sensaciones fuertes de la vida. En un principio estuve como tres meses sin hacer nada porque quería descomprimir, aterrizar y recuperar un poco la cotidianidad perdida pero después de ese período surgió, muy espontáneamente, una necesidad de volver a tocar, aunque sea sólo por el placer de hacerlo", dice Cuevas.
Fue entonces cuando empezó a trabajar en su música y surgieron 25 canciones, de las cuales seleccionó 12 para el disco. "Me pasaba más de 10 horas diarias en el estudio, entonces cuando me agarraba la inspiración me encontraba trabajando -comenta el cantante-. Quería que el álbum fuera una buena experiencia musical y lírica para quien quiera escucharlo de principio a fin."
-¿Qué buscabas cuando te separaste de La Ley?
-Lo que buscaba era encontrar verdad y vida y reaccionar ante eso. Definitivamente me siento muy satisfecho con el disco y me siento contento porque aunque hubo situaciones de vida más melancólicas y que me hicieron escribir canciones más densas, el resultado final es algo que me trae mucha satisfacción. Ahora parto de una base que fue haber logrado algo de mucho éxito; lo que venga, de la forma que sea y del color que sea, lo recibiré con los brazos abiertos. Cuando uno tiene muchas expectativas, en general, se desilusiona y eso no te hace bien, te ancla.
-Más allá de estas sensaciones, ¿tenías algún referente musical en mente cuando hiciste este disco?
-No. La compañía discográfica me mandó una caja llena con discos de artistas que habían pegado en los últimos años, como para que tuviera una referencia del sonido de lo que está funcionando. La verdad es que ni siquiera me tomé la molestia de abrirla. No quería sonar a tendencia sino tomar el riesgo de hacer algo que fuera muy honesto.
-¿Cuál fue el eje que te hizo decidir qué canciones elegir para el disco?
-Me gustaban mucho más que 12 canciones, pero había algunas que sentía que tenían algo especial. Sobre todo en la forma en que las hice, me parecía que eran algo distinto y que no sonaban a La Ley. También hice una gira de 35 shows, en lugares pequeños, en Estados Unidos, y usé el termómetro del público y de la reacción espontánea para ver qué funcionaba mejor. Recuerdo que en todos los discos que hice con La Ley había canciones que me encantaban pero cuando empezábamos a ensayarlas para salir a tocar, no funcionaban y no nos gustaban tanto. La decisión de producción de salir de gira antes de grabar el disco me ayudó a elegir un mejor repertorio y una mejor banda.
La experiencia de armar una banda fue algo que le gustó mucho a Cuevas, quien había sido el último integrante en sumarse a La Ley y, por lo tanto, nunca había vivido esa situación. "Me interesaba que fueran buenos músicos, pero también que se sintieran genuinamente atraídos hacia la música que estaban tocando y que no fuera un trabajo más -explica-. La diferencia de haberme ido de una banda y ahora armar otra es que esta la armé yo. Aunque sea un proyecto solista y se llame Beto Cuevas, yo me siento muy cómodo con el concepto de banda. No soy tan inseguro como para tirarlos atrás, vestidos de negro, sin luces, para brillar solo yo."

LAS CONFESIONES QUE MUCHOS SE ESMERAN POR DESMENTIR

Enmascarado detrás de los benditos códigos, el mundillo del fútbol habilita un sinfín de ridiculeces. Entonces las mentiras, las contradicciones, los misterios, las desmentidas forzadas y los hipócritas que se hacen los ofendidos apestan. El Carantagate y la gruesa munición que disparó ayer el paraguayo Julio César Cáceres sobre Juan Román Riquelme envuelven a Boca en una sinrazón inusual y hasta en el desgobierno. Sí, el cabaret ha vuelto a abrir sus puertas. Sólo la verdad desactiva la usina de rumores.
Cuánto más sencillo es hablar con franqueza y asumir los riesgos de esa sinceridad. Alguna vez fue el reconocido periodista español Santiago Segurola quien bajó de su pedestal a este dios pagano, ahora en desgracia, que es Riquelme. Lo que tiene Román es que sabe jugar al fútbol, nada menos. Sabe darle sentido al juego, es exquisito, aunque exagera con la pausa dentro de un fútbol que hoy exige más vértigo y verticalidad. Pero eso, en definitiva, es sólo cuestión de gustos. Lo que si se vuelve una obligación es que a ese talento lo defienda con mucha más actitud y fiereza competitiva. Parece como si únicamente rindiera cuando se le antoja y eso irrita a cualquiera. Cáceres -pese a un posterior intento por suavizarlo- acaba de decir públicamente lo que otros tantos piensan y callan.
"Sobrevive a una tendencia que no se ajusta a su fútbol, por eso necesita de un entrenador que lo entienda, lo respete, le dé relevancia a su juego”, explicó alguna vez Jorge Valdano sobre JR. El riesgo es hasta dónde estirar los límites. Cuando se le permiten detalles que exceden la cancha, cuando se le conceden atribuciones que condicionan la intimidad del plantel, cuando se complacen sus antojos, cuando se atienden sus pedidos de entrenamientos diferenciados, cuando se satisfacen sus pedidos de divo... Se podría discutir sobre la conveniencia de hacerlo sentir imprescindible a Riquelme, aunque rápidamente es atinado describirlo como algo desaconsejable. Es una olla a presión... y acaba de explotar.
Las múltiples diferencias a lo largo de su carrera no han sido producto de la casualidad. Por ejemplo, Van Gaal, Bielsa o Pellegrini no encontraron aceptación ni complicidad en JR cuando quisieron adaptarlo a las mismas normas de convivencia que el resto de sus dirigidos. En cambio, el entorno adulador ha cobijado y perjudicado a Riquelme. El poder desmedido que le han brindado sembró tempestades, irritabilidad. Activó susceptibilidades. Abrió distancias. En Boca, claro, y en la selección también. Mientras muchos seguirán esmerándose por desmentirlo, seguramente al paraguayo Cáceres su arrojo le costará muy caro

DISPAREN CONTRA RIQUELME


Quebrado. Así está el plantel de Boca. Las tres derrotas sufridas en los últimos cuatro partidos del Apertura generaron un revuelo insospechado, que desembocó en explosivas declaraciones de Julio César Cáceres contra Juan Román Riquelme. El detonante lo activó el defensor desde Asunción, donde está con el seleccionado paraguayo, en declaraciones a Radio Cáritas. Hablaba con periodistas de su país sobre los problemas del equipo xeneize y el desgaste físico del zaguero entre los compromisos locales y los internacionales, hasta que le preguntaron:
-Lo que son los resultados en Boca. Porque perdieron y ahora aparecen rumores, como lo que pasó con el arquero (por Caranta), que dicen que está enfrentado con Riquelme...
-Riquelme es una persona complicada, difícil de manejar. En los partidos algunos compañeros se molestan por sus actitudes. En unos aparenta correr; en otros aparenta estar pasivo. Y levanta rumores de los mismos compañeros. Hubo muchas versiones. Dicen que el arquero pidió no jugar, pero ningún jugador en Boca pediría no jugar. No se aclaró bien.


-¿A qué atribuís que Riquelme tenga tantos altibajos en su nivel?
-Y él volvió de ganar la medalla de oro un miércoles y quiso jugar la final de la Recopa con Arsenal. Jugó lo normal, digamos. Marcó el empate. Dimos la vuelta. Es un privilegio para uno ganar la medalla de oro en un Juego Olímpico y volver y tener un partido casi servido como para poder entrar, jugar y dar otra vuelta. El hizo todo eso y fue convocado nuevamente a la selección. Puedo decir que a lo mejor está cansado o fatigado mentalmente. Dicen que Riquelme pide a tal jugador o porque apoya a éste o porque está motivado por jugar en su selección más que en Boca.
"Yo también lo noto así. Porque en algunos partidos de la selección se movió en forma diferente en la cancha. En Boca es un poco más pasivo. En cualquier momento te puede dar un pase de gol o definir un partido, pero le está costando ahora muchísimo. Porque no ha alcanzado el nivel que normalmente da. Y él se está dejando llevar por este ritmo. Debería estar un poquito mejor en lo anímico, trabajar un poco más. Es un jugador que ganó prácticamente todo. Y si por ahí en el fútbol uno no tiene motivación, debe dar un paso al costado. Porque el fútbol es el presente, el día a día. Hay que tener siempre la motivación de jugar. Por ahí gracias a su esfuerzo anterior no necesitará económicamente. En el fútbol hay que tener motivación y deseo de ayudar a sus compañeros. Todos tienen que dar lo mejor.
"La diferencia que yo encontré en Riquelme y Palermo es ésa. Desde que llegué, Palermo, que tiene 34 años, hace la pretemporada a la par de chicos de 17. Eso te sorprende porque es un tipo que en Boca ha ganado todo. Siempre se ha motivado. Es diferente. Tiene un carácter fuerte. Pero es como para manejar un grupo. Nunca tiene mala cara para trabajar. Siempre está primero y está en la punta del grupo. Si hacés diez pasadas él hace las diez sin decir nada. Esas son las diferencias entre esas dos personas. Y ambos son figuras importantes.
"Hay un poco de remordimiento entre un compañero y otro y por ahí no están saliendo las cosas. No hay una unión completa en el vestuario. Aparenta eso. Por ahí no está habiendo un acuerdo total entre los jugadores. Entre Román, que maneja el grupo. El pensamiento de otros es diferente".
Ante semejante cuadro, Riquelme no tardó en aparecer. Lo hizo en Fox Sports y Canal 13: "Al club le di todo y ojalá le pueda dar más. Me siento agobiado por lo que pasa. Parece que si alguien se dobla un tobillo es culpa de Riquelme. Lo que se dijo de Dátolo me causaba risa. En enero se estaba por ir a Chile y se quedó y comenzó a levantar su nivel. Decían que era gracias a Riquelme, que lo aconsejó bien. Pero lo de Cáceres no me causa risa; él no le dio nada a Boca. Puede ser que no le caiga simpático a algunos. Escuché lo que dijo, pero si dice eso es porque no quiere estar más en Boca. Si se fue mal de todos los clubes. Se perdieron todos los códigos. Esto debería hablarse en el vestuario. Cuando la gente decía que jugaba mal, el pel... que dijo que Cáceres era el mejor central del país fue Riquelme. No sé; lo habrá dicho para que se hable de esto y no de lo mal que está jugando. Yo no soy el dueño del club. No me hace falta tener amigos. Hace 12 años que conozco el vestuario de Boca y sólo me hice amigo de Ibarra y el Chelo Delgado. El club sabe cómo soy. No tengo nada que demostrarle a nadie".
Antes, Cáceres vio la repercusión que habían tomado sus declaraciones y por la noche buscó calmar los ánimos en Radio Mitre: "Quise decir..." ; "En realidad..." , fueron los latiguillos más repetidos, aunque fue más allá: "Nunca dije que tenía que dar un paso al costado. Me imagino que Riquelme se va a reír cuando lea mis declaraciones. Sabe que no creo problemas. Si lo que dije va a traer lío, tendré que hablar a la vuelta con Román. El tema es que no tenemos mucha comunicación. Siempre está callado. Prácticamente es el dueño del equipo, pero la culpa se nos echa a nosotros. No sé qué pasará conmigo. Hablaré con Román, espero que todo marche como hasta ahora. O no jugaré..."
El paraguayo no hizo otra cosa que confirmar el enojo de varios futbolistas con Riquelme. Marcó diferencias con Palermo, defendió a Caranta y hasta le sugirió que lo mejor sería un "paso al costado" sino está motivado.
¿Si Riquelme tuvo que ver en la exclusión del arquero? Fue algo que se instaló también, pero Caranta dice una cosa fuera de micrófono y otra ante los medios. No reconoce que se molestó porque el enganche dijo que Carrizo era el mejor arquero de la Argentina o cuando tanteó a Roberto Abbondanzieri para que volviera. Tampoco hay feeling con Palermo (todos consideran al N° 9 un líder positivo), Battaglia, Palacio ni Morel Rodríguez. Ni siquiera se lleva bien con Dátolo, con quien alguna vez tuvo relación. Lo negó, pero fue Riquelme quien se negó a que Guillermo Barros Schelotto fuera DT de Boca en diciembre de 2007.
Riquelme fue claro: sólo es amigo de Ibarra y Delgado. Hoy, además de Damián Díaz, tiene relación con Javier García, Pablo Mouche y algunos juveniles, como Lucas Viatri, pero está distanciado del resto. Aunque todos lo callen.

martes, 7 de octubre de 2008

ANDRÉS CALAMARO SIEMPRE ESTÁ VOLVIENDO


Con la imagen del cantante de Kiss, Paul Stanley, impresa en el pecho, ceñidos vaqueros oscuros y botas de media caña, un Calamaro renovado y esbelto bailó, saltó y se pavoneó durante dos horas por toda la pista del escenario más convocante del festival: más de 30.000 personas se arrimaron al predio del Club Ciudad de Buenos Aires para escucharlo.
Lejos quedó el recuerdo de aquel cantautor que se escondía detrás su teclado en el show de abril de 2005 y que se eternizaría como El regreso, en el que apenas se lo podía distinguir detrás de los músicos de Bersuit Vergarabat, banda que le servía de apoyo, casi de escudo. Eso fue hace sólo tres años, pero Calamaro demostró en la séptima fecha del Pepsi Music que fueron suficientes para un renacimiento maradoniano.
Los acordes de "El salmón" y "Los chicos" inauguraron el show, que comenzó cerca de las 21.30 con las guitarras bien adelante y con "El cantante" haciendo lo propio, aporreando una Stratocaster. Más seguro que nunca de su voz, se animó a los agudos estridentes que decoraron la mayoría del repertorio: "Tuyo siempre", "A los ojos", "Mi gin tonic" y "5 minutos más [Minibar]".
Con desafiante actitud rocker , destiló el carisma de un showman experto junto con su "columna vertebral y reserva moral", Candy "Caramelo" Avelló, en bajo; José "Niño" Bruno, en batería; Tito Dávila, en teclados, y las ajustadas y poderosas guitarras de Julián Kanevsky, Diego García y Geny Genaro. "Nunca lo vi moverse tanto", comentó un ferviente fan mientras coreaba el estribillo de "Carnaval de Brasil", con los brazos mirando al cielo y la vista clavada en el ex Abuelos de la Nada, que invitaba al público a entonar con el micrófono extendido hacia la tribuna.
Elvis está vivo
"En la verdulería, me encontré con Elvis", dijo antes de brindar una acelerada y vibrante versión del tema perteneciente a su álbum Alta suciedad , "Elvis está vivo", mientras un juego de luces de colores se dibujaba como un arco iris a sus espaldas. Luego fue el turno de "Soy tuyo", la romántica "canción para adultos" -como la definió-, que culminó con un emotivo homenaje a su compañero de correrías, Joaquín Sabina, con el estribillo de "Contigo".
Rápidamente, Calamaro volvió a empuñar su guitarra para regalar una intensa y dolorosa versión de "El día de la mujer mundial", de su disco más dramático, Honestidad brutal, para luego aterrizar con la melancólica bossa "Los aviones". La atmósfera de una noche perfecta y de puro rock cobró un tinte arrabalero en el momento en que Calamaro se envolvió en una bufanda y propuso "Jugar con fuego", dedicada al maestro Mariano Mores, y a continuación dejó su garganta, nunca tan audaz y profunda, con "Los mareados", rebautizada por el rey de la lengua popular "los drogados".
"Si yo fuera presidente, subiría el impuesto de la soja y lo repartiría entre los 30.000 presentes", fue una de las tantas frases festejadas de la noche que mostraron a un cantante combativo, lúcido y risueño que se animó a decir: "Bob Marley está vivo, se fuma un porro conmigo", antes de sumergirse en el pegadizo y cool funk de "Loco".
Anteanoche, en el escenario del Club Ciudad, un Andrés Calamaro feliz, pleno y agradecido pareció, por sus movimientos y su desenvoltura rocker, más cerca de Mick Jagger y Miguel Abuelo que de su eterno héroe Bob Dylan.
El cantante está de vuelta. Se quita los lentes para ver a su público y se despide con una desgarradora versión de "Paloma". Ya no se oculta detrás de los teclados que le dieron su fama iniciática, sino que brilla y desgrana un rosario de éxitos en el mejor estado para un perfecto show de rock and roll.
Inspirado en su "compañero de parrilla" Loquillo, figura del rock español que lo antecedió en el escenario de enfrente con una majestuosa lección del más elegante y refinado rock ibérico y que supo acompañarlo en sus primeros años peninsulares (ver recuadro), Calamaro arremetió sobre el final con "Sin documentos" y "Canal 69". Aquellos dos buenos rocanroles de la época de Los Rodríguez que demostraron que, si está bien conservada, la frescura de una canción siempre se mantendrá.
También disfrutó de la constante ovación del público, que lo escoltó en una noche que quedará "para el recuerdo y para siempre", según recalcó con voz emocionada. Más auténtico y más seguro que nunca, destiló toda la potencia de sus imborrables hits, entre ellos, "Me arde", que se lució por el ajustado solo de guitarra de Kanevsky.
Calamaro no reniega de su pasado. Cada disco forjó su carácter, cada canción lo hizo una persona más noble. Se lo ve seguro de sí mismo y, aunque él afirme que ya no es el "viejo Andrés", todos parecen encontrar lo que fueron a buscar esa noche. Incluso él. Recordar los viejos amores con "Crímenes perfectos", denunciar a la "Alta suciedad" y, sobre el final, hacer una mención especial para su amigo el Indio Solari. "Nos vemos en diciembre, en La Plata, con el Indio", prometió. Allí estaremos.

MESSI: “QUIERO GANAR MÁS TÍTULOS CON EL BARÇA”


Lionel pisa tierra argentina y no deja de sonreír. Feliz con su presente próspero en Barcelona, el rosarino arribó a su país para compartir con su familia la satisfacción por la contundente victoria contra el Atlético de Madrid (6-1) y para cargar pilas de cara a la doble jornada de las eliminatorias mundialistas, primero contra Uruguay en Buenos Aires y luego contra Chile en Santiago. “Ahora tengo que meter la cabeza en los partidos de la selección, pero está claro que la victoria del último fin de semana fue una linda alegría, por mis compañeros, por los aficionados, por el club... Fue una jornada, ciertamente, inolvidable”, inicia el relato el canterano.

¿Siente que ganó el tan esperado duelo con el ‘Kun’ Agüero en el Camp Nou?

No, no... No hubo tal duelo. Yo, por lo menos, no lo tomé así. Eso lo dijo la prensa, la televisión... Yo, al ‘Kun’ lo quiero mucho, es mi amigo y estoy feliz porque está jugando un campeonato bárbaro con el Atlético. Está jugando impresionante. Además, no me gustan las comparaciones. Cada jugador tiene sus características.

¿Le ilusiona este Barcelona?

Mucho, como a los aficionados. Yo no pienso en los logros individuales sino en que podamos seguir creciendo y ganando cosas en lo colectivo. Estoy muy agradecido por todo lo que me ha dado el club, tenemos un grandísimo equipo y hay que ganar títulos, que es el sueño de toda la plantilla. No nos conformamos, queremos crecer.

¿Le molesta que se hable de ‘messidependencia’?

Es que no siento que haya eso, en el Barça somos todos iguales. Yo soy joven y tengo que seguir aprendiendo cosas y trabajando para darle lo mejor de mí al equipo. Si al equipo le va bien, yo soy feliz. Contra el Atlético de Madrid nos salió todo redondo, tenemos que seguir por ese camino. Con la camiseta del Barcelona sólo tienes que pensar en salir a ganar cada partido desde el primer minuto.

LETAL

Casi logra otro gol de los llamados ‘maradonianos’...

Y, se fue cerquita el balón del palo derecho del portero, ¿verdad? Casi, casi... No lo pensé. La jugada fue dándose así.

La verdad es que ha arrancado con mucha pólvora en sus botas...

Sí, llevo siete goles y en los últimos partidos he estado afortunado en el último remate, pero lo importante no es quien meta los goles... Lo importante es que el equipo vaya sumando, en Liga, en Champions League...

A casi cuatro años de su estreno oficial en Primera División, ¿qué siente cuando mira hacia atrás?

Que he vivido cosas muy hermosas e inolvidables, que he jugado campeonatos importantes, y que aún me queda mucho camino por delante. Esa tarde, la de mi debut oficial contra el Espanyol en Montjuïc (el 16 de octubre del 2004), no estaba nada nervioso porque no esperaba debutar. Por eso, me pilló por sorpresa el que el míster se dirigiera a mí y me hiciera saltar al campo. Así pues, entré muy tranquilo al terreno de juego.

¿El desafío pasa ahora por ser elegido el mejor jugador del mundo?

No me vuelvo loco con eso, la verdad. Estoy muy tranquilo, como siempre. Si llega, llega, y sería maravilloso, claro, pero prefiero ganar cosas con la plantilla de mi equipo y con la selección de mi país. Es lo más importante.

¿Argentina tiene que espabilar con las eliminatorias?

Hay que ganar, claro. Hubo partidos en los que no hemos jugado bien pero en otros no ganamos por mala suerte. Es muy difícil jugar las eliminatorias, te tocan partidos cerrados, campos complicados, no tienes la posibilidad de jugar un buen fútbol.

Y hay mucha igualdad...

Sí, la verdad es que está todo tan parejo que si te ganan, el que está abajo te pasa. No hay que descuidarse. Tenemos todo para mejorar y crecer como equipo.

BOCA: TODAS LAS MIRADAS SE POSAN SOBRE RIQUELME


Las miradas siempre están posadas sobre su figura. Es uno de esos hombres a los que no les cabe la indiferencia del entorno. No sabe de término medio su imagen. Puede ser el bueno o el malo de una historia con la misma intensidad. Y en ese contexto se ubica Juan Román Riquelme en el presente de Boca. Directa o indirectamente su estampa es y será determinante en la vida del club de la Ribera. De él se desprenden tanto las ilusiones como las versiones de conflictos que parecen afectar el andar de los xeneizes. Y en los próximos diez días tendrá, quizá como en uno de los tantos caprichos del destino, con el clásico ante River, los dos encuentros del seleccionado por las eliminatorias y el duelo ante Inter, en Porto Alegre, por la Copa Sudamericana, un examen clave y hasta determinante.
Es verdad, sería injusto reducir todos los contratiempos de Boca en Riquelme. Las lesiones de varios de sus referentes (Palermo, Ibarra, Morel Rodríguez y Palacio), los irregulares rendimientos y el endeble estado de ánimo que muestran los muchachos de Carlos Ischia no están vinculados con la producción del N° 10. Tampoco es el único responsable de que el conjunto xeneize acumule tres derrotas en los últimos cuatros encuentros. Sin embargo, su desempeño personal está muy por debajo de su mejor versión y, por ahora, lejos de justificar la inversión que Boca realizó por él: US$ 15.000.000.
Y como suele suceder, en los momentos más complicados afloran las diferencias dentro de un grupo. Casualmente, en varias pareció estar involucrado el volante. Tanto que en el problema que mantiene el DT Ischia con el arquero Mauricio Caranta también aparece el nombre de Riquelme. Si bien algunos sostienen -los dirigentes- que el guardavalla cordobés le pidió al entrenador salir del equipo, otros -allegados al plantel- aseguran que Caranta manifestó su disconformidad por los tratos preferenciales que recibe el N° 10 y eso provocó que el técnico decidiera marginarlo del equipo.
Incluso, por los pasillos de Casa Amarilla comenzaron a circular algunas versiones que dicen que, salvo los más jóvenes del plantel, el resto de los futbolistas ya no acepta de buena manera lo que antes tenía luz verde. Es decir, mientras Riquelme sumó dentro de la cancha, con un nivel superlativo como el que mostró en la conquista de la Copa Libertadores 2007, los caprichos de la estrella xeneize no generaron conflictos; ahora que la producción del enlace de Boca es muy irregular y el equipo no gana, todo es distinto.
Y allí comienzan los problemas. O mejor dicho, se potencian estas diferencias. Si bien Riquelme no es un líder negativo para el grupo, por su actual desgaste está lejos de ofrecer soluciones. Lentamente comienzan las miradas de costado. Los dirigentes entienden que hicieron una gran erogación por él, le concedieron sus deseos (que participe de los Juegos Olímpicos y hasta del segundo partido de la Recopa Sudamericana, el día posterior a su vuelta de Pekín), aceptaron todas las condiciones del jugador y aún no hubo una devolución consecuente. Hasta los propios hinchas comenzaron a cuestionar, por lo bajo, el rendimiento del ídolo.
Allí está parado Riquelme. El mismo que dijo, el 15 de septiembre último, tras el empate 1-1 con Independiente: "Cuando el equipo de Riquelme gana está todo bien, pero cuando el equipo de Riquelme pierde se hablan muchas b...". Es también el que debe darle al equipo las garantías que suelen ofrecer los hombres de experiencia en los momentos críticos. Nadie más que él. Sin Caranta, por diferencias con ¿Ischia? o ¿el propio Riquelme?, con Palermo, Ibarra y Morel Rodríguez lesionados y Palacio en un 30% de sus posibilidades, afectado por una pubialgia, el N° 10 debe compartir con Sebastián Battaglia el peso de una situación delicada.
El panorama es un tanto complejo, más aún si se cree que el bajo rendimiento de Riquelme se debe a un estado físico lejano al ideal. Por lo tanto, ¿lo que vendrá lo ubicará en más problemas? Veamos: desde mañana estará concentrado con la selección nacional; el sábado jugará ante Uruguay; el miércoles 15 lo hará ante Chile; el domingo 19 estará en el clásico ante River, y el miércoles 22 del actual pretende jugar ante Inter, en Porto Alegre. Un programa intenso que no permite advertir descanso alguno para el volante xeneize.
Por lo tanto, el nivel de exigencia será muy elevado. Riquelme deberá lidiar con las urgencias de Boca por recuperar el rumbo en el torneo local, las del seleccionado argentino por recomponer su imagen en las eliminatorias y con las propias, en las que se juega su producción personal.
En apenas un puñado de días habrá mucho en juego. Tanto que el N° 10 estará ante un desafío muy grande: restaurar su imagen.
14 son los partidos que jugó Riquelme en los últimos 55 días. Con la selección actuó en los Juegos de Pekín y en las eliminatorias, y con Boca, en el Apertura y la Recopa.