miércoles, 15 de octubre de 2008

LA PRUDENCIA ES UNA FORMA DE LA INTELIGENCIA

El ánimo está en la estratósfera. Y es comprensible. De cuasi eliminado en la tercera fecha, Ecuador pasó en la novena a revestir en la categoría de fuerte candidato al Mundial. Por como se ha planteado el cuadro de situación, ganar en Venezuela sería más que excelente, entra en la categoría de sensacional. Ecuador ha descontado tres puntos netos a sus tres rivales directos en la pugna (Chile, Uruguay y Colombia). De triunfar en Puerto La Cruz podría incluso sacarles más ventaja, pues aquellos tienen choques complicados: Uruguay ya igualó con Bolivia en La Paz, Chile medirá a Argentina, y Colombia a Brasil en Río.

Y como dice Iván Hurtado, “Hay que ir a ganar”. De acuerdo, siempre debe imperar esa mentalidad. Pero, cuidado, que el optimismo no derive en triunfalismo. Pensar en el botín no significa que esté presto para tomarlo; ni salir alocadamente a buscarlo, pues el resultado podría ser desilusionante.

Las cuatro derrotas seguidas de Venezuela pueden inducir a un pensamiento equivocado: que es pan comido. Nada que ver. La salida de Richard Páez ha sido traumática para la Vinotinto. César Farías tiró abajo en seis meses lo que el médico había construido en siete años. Pero del medio hacia delante Venezuela posee cuatro o cinco jugadores que Ecuador no los tiene. Ronald Vargas, todo elegancia y clase; Giancarlo Maldonado, temible goleador; Alejandro Guerra, habilísimo y atrevido armador; el Maestrico González, otro volante sumamente técnico, con excelente pegada, y Juan Arango, el más promocionado (aunque de menos rendimiento). Los cinco serían titulares ante Ecuador.

Venezuela generó diez jugadas de gol ante Brasil. Una tarde fabulosa (pero fabulosa en serio) del notable arquero Julio César hizo parecer la goleada de Brasil como un entrenamiento por plata. No fue así.

La fuerza ecuatoriana pasa por otros parámetros: su envergadura física, la inteligencia para trabajar los partidos, su excelente marcación en el medio campo, lo bien que se cierra en el fondo cuando ataca el adversario, el aprovechamiento integral de sus posibilidades, su paciencia, excelentes arqueros. No tiene la riqueza técnica de Venezuela.

Por ello debe ser prudente, respetar al máximo a su oponente y plantear el mismo juego sólido y cauteloso que lo ha caracterizado en las últimas seis presentaciones. Sobre todo cuando le falta su único hombre-gol (Christian Benítez) y un volante con recursos y media distancia como Valencia. Ni hablar de la casi segura ausencia de Castillo, formidable dique de contención en media cancha. El retorno de Édison Méndez es un hecho auspicioso.

Alejandro fue el más grande capitán de la historia. Nadie más pudo igualar sus hazañas en combate. No obstante, el invicto macedonio nunca atacó sin estar completamente seguro de sus posibilidades de triunfo. Llevaba el coraje al lado de la prudencia.
Por Jorge Barraza (Columna Alguien tenia que decirlo Diario El Universo 15/10/08)

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