martes, 17 de marzo de 2009

¿EL AMOR ES LIBRE?

Habrá de ser independiente de toda ley que no sea la del amor mismo. En la pareja feliz nadie manda, ambos obedecen. La filosofía anarquista manifiesta deseos de emancipación, rechazo a todo tipo de totalitarismo. Desde la no interferencia budista, Epicuro, Diógenes, hasta el anarquismo cristiano de Tolstoi (el reino de Dios se halla en uno mismo) nos pertenece la decisión de asumirnos “Somos lo que hacemos con lo que somos” dijo Ghandi. El machista débil, torturado por los celos, pretende imponer su imaginaria superioridad mientras padece de complejos frente al sexo opuesto, aniquila la libertad de quien vive a su lado, se convierte en símbolo de imbecilidad “la violencia es el miedo a los ideales de los demás” también mencionaba Ghandi.

La muerte es el inevitable límite de nuestra libertad. Una vez alzadas las velas somos libres de navegar confiados otra vez en el insignificante barco de papel lleno de sueños y fantasías. La mujer sabe a mar abierto. Unos asumen el desafió. Lo que se vuelve importante es el respeto a la libertad ajena pues no hay nada tan insolente como el acoso, el deseo de adueñarse. Aborrezco aquel verbo cuando se lo aplica al amor. No se suele “poseer” a una mujer; pues seria máxima ofensa a su libertad, se puede más bien pedirle posada, termino dulce que se refiere a un atento hospedaje.

El amor siempre es libre o deja de ser amor. Es jaula de puerta abierta: la libertad esta al alcance en caso de que sienta sujetado. No podemos obligar a nadie a que nos ame: hermosa prueba de amor es devolver la libertad a quien hemos domesticado si pensamos que nuestro sentimiento egoísta merma la autonomía ajena. Aquel proceso doloroso significa pisotear nuestro corazón, condenarlo a la soledad para que la persona amada pueda volar su propio cielo, navegar sus propios mares, es ahí cuando gritaremos mil veces para que vuelva pero debemos encontrar la fortaleza para amordazar los anhelos. Son lágrimas necesarias, noches en vela inevitables. El amor es libre cuando respeta la libertad ajena, cuando escoge el dolor de la ausencia, la insufrible privación, en vez de torear al inalcanzable destino. Nunca se deja de amar a quien amamos de verdad. Haya amores que bailan en cada rayo de sol, otros quedan crucificados en un calvario cualquiera. La más bella frase sigue rezando cual disco rayado ¿Cuándo fue la última vez que te dije que te amo? Las líneas nuestras surcan otras manos en delirante descarrilamiento, soñamos con arrancar los rieles. Se incendian las llagas en una sola. Por ser libre el amor también puede llorar.

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