lunes, 30 de marzo de 2009

LA ARGENTINA INVITA A SOÑAR DE NUEVO


Siempre es auspicioso que el seleccionado establezca, desde el resultado, las diferencias que se supone que lo separan de un rival como Venezuela. Sobre todo en tiempos en los que se pregona que el fútbol tiende a un emparejamiento general, que las sorpresas están a la orden del día y que todos los rivales son difíciles. Este discurso, tan en boga, no cabe para explicar el 4 a 0 de la Argentina, que ni siquiera necesitó jugar un partido estupendo para golear. Le alcanzó con el poder de gol de varias de sus individualidades, que pueden prescindir de un aceitado circuito de juego para hacerle daño al rival. Aparecen y fulminan. En un pispás salen de la intrascendencia y hacen algo relevante. En este caso, goles. Uno por cada delantero, lo cual le dio validez a la fórmula del tridente ofensivo dispuesto por Maradona.

Messi fue el abanderado, el distinto, el que cumplió con los que le exigían que trajera al Monumental los destellos que habitualmente se le ven en el Camp Nou, aunque este equipo no tiene la fluidez futbolística de Barcelona ni un medio campo tan creativo. ¿Me buscaban? Acá estoy, pareció responder Messi con un gol (una definición cruzada y medida), una asistencia con desborde en el tanto de Tevez; otra a Agüero, cuyo toque al gol fue rechazado por Cichero, y, de broche, una apilada personal para llevarse la ovación de todo el estadio.

A este nuevo ciclo del seleccionado le llegó anoche la prueba de jugar por los puntos, en unas eliminatorias en las que, sin estar comprometido, tampoco puede descuidarse o desatender las cuestiones básicas. Como lo es un triunfo sobre Venezuela de local. Logró el objetivo de manera holgada, en un encuentro al que le sobraron minutos e incertidumbre. Y le faltó un adversario más serio y firme. Porque esta Venezuela se asemejó mucho a las de las décadas pasadas, cuando no oponía mayor resistencia y recibía periódicamente una tunda de goles. Nada que ver con esos seleccionados que, en las últimas dos clasificaciones a los mundiales, mostraban progresos y habían superado cierto complejo de inferioridad. Anoche volvió a lo peor de su historia: empequeñecida, amontonada en su campo sin ningún orden ni consistencia. Aguantó hasta que se lo permitieron las imprecisiones de la Argentina, que apenas ajustó un par de avances acabó con todo. Y eso ocurrió bastante temprano: a los 6 minutos del segundo tiempo, con el tercer gol, de Maxi Rodríguez.

El seleccionado sigue subido a la ola de confianza y optimismo que provocó en el plantel la asunción de Maradona. El equipo se mueve con el convencimiento de que le va a ir bien. Y hasta ahora los hechos le están dando la razón. Está seguro de sus fuerzas y del provecho que puede sacar de ellas. Todo eso no significa que el funcionamiento sea el mejor y que no haya lagunas o puntos grises.

Como se prevía, el partido de anoche tuvo poco que ver con lo que fueron los triunfos en los amistosos ante Escocia y Francia. En estos dos compromisos, la Argentina no necesitó gobernar el desarrollo, esperó con dos líneas de cuatro y sorprendió de contraataque. Obviamente, contra Venezuela, de local, eso es inimaginable. Tampoco tiene futuro una línea defensiva tan heterodoxa e improvisada como la de ayer.

La Argentina se encontró con la iniciativa, campo y pelota. Y todo ese capital no le simplificó la resolución del encuentro desde el comienzo. Le costó encontrar los espacios, algo que necesitan imperiosamente los dos volantes externos (Rodríguez y Gutiérrez) para imponer la aceleración. Ambos se encuentran más cómodos y son aprovechables cuando hay que jugar de contragolpe.

La Argentina no tenía una salida limpia, porque esa responsabilidad no puede recaer en Gago (muy desordenado) y Mascherano, más allá del esfuerzo de ambos para buscar una línea de pase o los cambios de frente. En esas circunstancias es cuando flota el fantasma de Riquelme. Cuando se nota que hace falta alguien que piense y conduzca. Desde ya que hay material para disimular esa carencia, que no es menor y que puede lamentarla ante rivales menos insignificantes.

Más allá de este déficit en la elaboración, la Argentina siempre intentó transmitir una fuerte presencia ofensiva. Desde los quites y el empuje de Mascherano, y los intentos individuales o alguna combinación entre los tres delanteros. Lo concreto era que el seleccionado no creaba situaciones de gol hasta que Zanetti, a partir de una desinteligencia en el área propia, arrancó como una topadora, tomó a Venezuela medio desacomodada y llevó la pelota hasta la letal sincronización entre Tevez y Messi.

Con los goles de Tevez (empujó a un defensor antes de recibir el pase) y Maxi Rodríguez (comenzó la jugada y recibió una asistencia de Agüero), la Argentina liquidó el pleito. Quedó margen para que Agüero se encontrara con el gol, ayudado por el despistado arquero Vega. El seleccionado parece haber salido del bache en el que había caído con Basile. El nuevo proyecto crece con goles y triunfos.

2 los goles de Messi y Maxi Rodríguez en el ciclo de tres partidos de Maradona. Son los máximos anotadores.

LO POSITIVO
El ciclo de Maradona no sufrió goles en contra
Maradona sumó su tercer éxito seguido como DT de la selección y en ninguno su equipo recibió goles. Venció a Escocia (1-0), Francia (2-0) y Venezuela (4-0).

LOS AMONESTADOS
Jonás no estará en Bolivia y ocho siguen en capilla
Jonás Gutiérrez acumuló la segunda amonestación y no podrá jugar el miércoles en La Paz, ante Bolivia. Deberán cuidarse Zanetti, Heinze, Maximiliano Rodríguez, Mascherano, Gago, Messi y Tevez.

LA PRESENTACION
Angeleri tuvo su bautismo en las eliminatorias
Marcos Angeleri (foto) debutó con la camiseta argentina por las eliminatorias. Jugó como líbero y mostró un rendimiento irregular. Estuvo por momentos flojo, impreciso y nervioso.

LOS MEDIOS
Una vasta cobertura periodística para el exterior
El debut oficial de Maradona como DT de la selección fue un imán para la prensa extranjera: 60 de los 283 medios acreditados fueron del exterior.

EL APOYO
Más de 46.000 hinchas y una recaudación récord
Los simpatizantes argentinos vibraron como hacía tiempo no sucedía en el Monumental. Las entradas vendidas fueron 46.085 y la recaudación fue récord: $ 4.824.260.

EL PROXIMO PASO
Pasado mañana, el viaje a Santa Cruz de la Sierra
Los jugadores tuvieron la noche libre, volverán a entrenarse hoy, a las 18, en Ezeiza, y pasado mañana viajarán a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde pasarán la noche. Al día siguiente se trasladarán a La Paz, donde en los 3600 metros se medirán con Bolivia.

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