domingo, 15 de febrero de 2009

A VECES UN EMPATE ES COMO UNA VICTORIA

CON SABOR A VICTORIA. Si vas ganando y acabas empatando, lo normal es que cunda la decepción. Por el contrario, si a la media hora de juego pierdes por 2-0 y acabas sacando un punto, este suele tener sabor de victoria. Es lo que pasó anoche en Sevilla: en la primera parte el Betis le dio un repaso a un Barça fallón en defensa y torpe en ataque. Tras el descanso todo cambió, Guardiola puso en el campo a Messi y Henry y llegaron a rematar dieciocho veces entre los tres palos. Sólo la gran actuación del portero Ricardo salvó al equipo andaluz de la derrota, ya que acabaron encerrados en su área capeando como pudieron el temporal blaugrana. El líder se acabó llevando un punto que, en función de lo que haga hoy el Madrid en El Molinon, será mucho o poco, aunque lo importante es la capacidad de reacción demostrada y el orgullo que les lleva a luchar hasta el minuto final. Quieren y pueden.

LAS CONCLUSIONES DE GUARDIOLA. La segunda vuelta no será un paseo, entre otras cosas porque todos los equipos quieren dar el do de pecho ante el Barça. Lo de Santander fue un aviso solucionado por la presencia mágica de Messi, que dio la vuelta al marcador. Ayer se estuvo muy cerca de repetir la historia, pero el argentino no estuvo inspirado y Ricardo paró lo increíble. De lo sucedido en el Ruiz de Lopera, Guardiola, que es listo y analista, quizá saque conclusiones. La primera es que a la defensa, cuando no están Puyol y Márquez, le falta solidez y experiencia. Y la segunda es que dejar de entrada a los mejores en el banquillo es dar demasiada ventaja al rival. Es cuestión de probar a la inversa, o sea, sacar a los titulares en el once inicial y darles descanso si el marcador está de cara. Apostar por Hleb de salida como extremo es tanto como ponerle en el disparadero.

ETO’O PISA FUERTE. 23 goles en 22 partidos, ¡casi nada! Camino del récord, camino del Pichichi. Físicamente está fuerte como una roca, tiene la moral por las nubes y la experiencia de quien sabe que acabará marcando. Samuel está viviendo su madurez en el Barça, se ha atado la lengua y se comporta solidariamente en el vestuario. A partir de aquí, se ha ganado la confianza del entrenador y ha recuperado el cariño de la afición. Por algo goles son amores. Contra el Betis, volvió a marcar a pares. Aunque no es el mejor tirador de penalties, se empeña en hacerlo y, aunque sea a la segunda, los marca. El gol del empate fue un ejemplo de raza y potencia. Todo gran equipo tiene que tener un gran goleador; el mérito de los goles de Eto’o es colectivo, aunque Samuel pone un plus muy importante por su parte.

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