No debe haber cosa que provoque más fastidio y bronca que una retractación. Más aún, si ésta se tiene que hacer pública. Se han escrito hojas y hojas. Se han hablado horas y horas. No queda nada por decir sobre el tema, por más que cada uno de nosotros tenga una postura tomada y creamos que es lo mejor, pero parece que hay un nuevo capítulo en la historia Maradona-Riquelme.
Pasadas las eliminatorias y el amistoso frente a Catalunya, Diego reconoció ante su grupo, que el funcionamiento del equipo nacional, más allá de haber conseguido el objetivo, dista mucho de ser el esperado por él. Luego de partidos en vivo, videos y charlas con sus cercanos, reconoció que su equipo debe jugar 4-3-1-2 y para usar ese dibujo necesita un enganche, un organizador, un estratega ó como quieran llamarlo. No quedó conforme con Aimar y a Messi lo quiere arriba, para que sea última descarga. En Barcelona lo tiene a Iniesta. En la selección, Lionel extraña horrores al cerebro catalán. Riquelme es el nombre a convocar y será llamado.
Diego no es una persona a la que se le pueda torcer fácilmente el brazo, pero en este caso la torcedura será disfrazada. Resta saber cómo vuelve Román de la lesión. Sabe, mejor que nadie, que si él lo llama a JR, al otro día lo tiene en Ezeiza a la orden. Pero, hay que llamarlo. De esto, se encargará otra persona: Julio Humberto Grondona. Ni Humbertito, ni Julito, el presidente de la AFA dará la última puntada para abrochar el retorno. Héctor Enrique, fue quien dio en la tecla al hacerle entender a Diego, que años atrás, cuando la selección jugaba cosas importantes, lo llamaban a él, cuando el "Maradó, Maradó, Maradó..", era el grito de guerra. Le preguntó si no había llegado la hora de convocarlo a Román. Ahí, aflojó el técnico nacional.
No habrá archivo. Lo dicho, dicho está y no puede ser borrado, pero si uno recuerda lo previo a su llegada a la selección como entrenador, hubiese dicho que era imposible que fuese llamado. Hoy, Maradona es el técnico. Lo que se dijo cuando Riquelme dejó la selección y sus razones, pasó. Lo que se habló de la falta de códigos de Maradona, al explicar en los medios como quería que jugase Román en su equipo, pasó. Los posteriores dardos cruzados, pasaron. Todo es historia. Perdió Maradona, perdió Riquelme y perdió el equipo.
Pasarán cinco ó seis fechas del Clausura y si físicamente responde, don Julio terminará de aceitar los engranajes para el retorno de JR. La decisión está tomada, lo saben todos, solo hay que esperar que llegue marzo.
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