lunes, 31 de marzo de 2008

ASI SE PUEDE SER CAMPEON?

SIN TOMAR DECISIONES, NO HAY AUTORIDAD.- Si el entrenador del Barça sigue diciendo a día de hoy que no se puede reprochar nada a los jugadores, que su actitud y trabajo son correctos, ya me explicará a quién debemos culpar de la mala racha de resultados del mes de marzo. Si Rijkaard ha decidido asumir el papel de bonzo, que se sacrifique pronto presentando la dimisión. Y en caso contrario, que la directiva tome alguna decisión más allá de cruzar los dedos o rezar a la Virgen de los Imposibles. Así no se puede seguir. Vean tres datos reveladores que asustan. En la Liga de los últimos quince puntos sólo han sumado cuatro, tres derrotas, una victoria y un empate. En la Copa, eliminados. Y en los ocho partidos jugados en el último mes, sólo en uno lograron mantener la portería imbatida. Una trayectoria frustrante. No se puede seguir engañando a la afición, resulta inexplicable que Rijkaard siga defendiendo a una plantilla donde se ha confirmado que abundan las ovejas negras. Hay más lesiones ficticias, juergas nocturnas y controles de alcoholemia que buenos resultados. Si echamos cuentas, probablemente descubramos que es el equipo que entrena menos de España, lo que explica que en las segundas partes pierdan casi todos los puntos. Rijkaard ha tenido todo el poder pero lo ha ejercido mal, la libertad en el vestuario se ha convertido en libertinaje. Los jugadores le han perdido la fe, el respeto, su discurso ya no es creíble y la prueba manifiesta es que varios hacen lo que les viene en gana. El último ejemplo es una vez mas Ronaldinho: ni está en la lista para viajar hoy a Alemania ni está en la de los lesionados. Cuando los problemas se alargan, se pudren. Cuando no se toman decisiones, se pierde la autoridad.

RIJKAARD ESTA CONDENADO.- De aquí al partido de mañana con el Schalke no va a pasar nada. No hay una varita mágica capaz de asegurar un cambio espectacular en 48 horas. Tampoco le han puesto la pistola en el pecho al técnico en forma de ultimátum convencido de que no sirve para nada. Ahora bien, si en Alemania hubiera derrota con sabor a fracaso, saltaran los plomos y Rijkaard será relevado. A la directiva le de pánico una pañolada en el Camp Nou, máxime cuando reconocen en privado que tal como van las cosas se las están ganando a pulso. Hay varios directivos que en diciembre ya ponían en cuarentena al entrenador, los mismos que ahora firmarían a Mourinho antes de que se vaya al Inter. Los tiros no parecen ir en esta dirección. Si hay que sustituir a Rijkaard de cara a los diez partidos finales, la solución será casera, Pep Guardiola; se lo van a pedir como un acto de servicio con la esperanza de que sea un revulsivo. De cara al futuro, Rijkaard está sentenciado, condenado. Su actitud en los últimos días no tiene defensa, su forma de justificar la ausencia de Ronnie en Sevilla en rueda de prensa fue penosa y lamentable, fiel reflejo de un hombre derrotado por las circunstancias y sin capacidad de reacción. Su imagen tras la derrota con el Betis fue patética: si alguien tiene la dignidad de reconocer que sintió vergüenza, quizás lo más coherente es que se vaya a casa. Es muy duro para los aficionados escuchar en boca del capitán Puyol la siguiente confesión: “Esto es el reflejo de lo que nos esta pasando toda la temporada, siento impotencia.” Si después de estas palabras no se toman decisiones, que nadie espere nada bueno hasta final de temporada.

AQUI TODOS SON CULPABLES.- Lo que pasa, salta a la vista. Lo que se preguntan muchos aficionados es: ¿por qué pasa todo esto en Can Barça? Aquí hay responsabilidades para todos. Que cada palo aguante su vela. De abajo a arriba, nadie se salva. Los jugadores no han dado la talla, ni en el campo, ni algunos fuera de él. Aquello tan bonito de la mejor plantilla de la historia, se ha desmoronado como un castillo de naipes. En consecuencia, a final de temporada habrá bajas sonadas. Del entrenador ya hemos hablado, responsable/culpable en grado máximo. El secretario técnico, Txiki Begiristain, tres cuartos de lo mismo. Si falla Rijkaard, él es el primero que tiene que saberlo y solucionarlo. No basta con hacer informes, hay que actuar y adelantarse a los problemas que, por otra parte, son viejos y conocidos. Subiendo hacia arriba, las responsabilidades llegan a la directiva, más por omisión o defecto que por cortar por lo sano. Eso de decir que es un problema deportivo que se tiene que resolver en el área deportiva está muy bien si se resuelve, pero en caso contrario toca arremangarse y tomar decisiones antes de que el vestuario se convierta en una selva. Y, por último, llegamos arriba, al que más manda, al presidente. Laporta ha tenido demasiado tiempo una bomba de relojería en sus manos, y si no la desactiva, acabará explotándole. El responsable final de todo, para lo bueno y lo malo, es el presidente. Ganar dos ligas y una Champions está muy bien, pero dormirse luego en los laureles está mal. La pasada temporada tuvo bula, en ésta se juega su prestigio. El presidente no marca goles, pero ahora se los están marcando a él.
tomado del Diario Sport

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