lunes, 26 de enero de 2009

EL CAMPEON DEJA LEJOS A SUS CONTRINCANTES


MAR DEL PLATA.- Nada tuvo de golondrina de verano, aun cuando fue estival, el 2-1 que Boca le asestó a River por el Pentagonal de Grandes, con un hombre menos durante 58 minutos por la expulsión de Sebastián Battaglia. Estos albores de 2009 son la continuidad de fines de 2008. Aún con turbulencias fuera de la cancha, el campeón argentino sigue de festejo. Y le da la razón a Palermo, que opinó que Boca está un escalón por encima del resto en el fútbol nacional.

La entidad de la Ribera cuenta con un plantel excepcional. No sólo por riqueza técnica; también por ensamble. Como en el Apertura, sobrelleva un sinnúmero de lesionados, y de peso: Palermo, Palacio, Ibarra, entre los principales. Se mantiene al margen de un conflicto, el de Caranta y el DT Ischia, que podría desenfocarlo. No se inmiscuye en la puja política entre las líneas Amor Ameal-London-Bianchi y Crespi-Beraldi. Y no patalea por las deudas que el club más generador de ingresos no ha saldado con un grupo que sobrecumple las metas.

De los cuatro aspectos que hacen al fútbol dentro de la cancha tiene virtudes en distintos grados. En lo físico, un gran mérito: comenzó la preparación una semana más tarde que el resto y ya está, cuando menos, a la par a la hora de los partidos. En lo técnico, juega prolijo y cuida el balón, y los juveniles exhiben sus destellos. El plano táctico, tal vez el menos importante para Ischia, no ofrece grietas: el 4-3-1-2 probó su eficacia. Y en la cuestión anímico-mental es donde más diferencia establece. Así, con un hambre incontenible, una energía insólita para un amistoso, fagocitó a un River que resultó un fantasma desbordado.

Mística se ha llamado a esa cualidad psicológica del Boca 1998-2008. Virtud superadora de la típica garra xeneize: ésta a veces conlleva ansiedad excesiva; aquí hay ambición más aplomo, paciencia y orden. Varios protagonistas de la década de gloria se retiraron (Cagna, Basualdo, Traverso, Cascini), pero la mística impregna hasta a los más chicos.

Y si faltaba algo fuera de la cancha, apareció el patriarca de esa mística. Jesús Dátolo, la figura anteanoche, contó que cuando fue presentado Bianchi al plantel, el Virrey se hizo un momento para saludarlo especialmente, y él, que no lo conocía en persona, se puso algo nervioso. Vaya situación: la aureola del artífice de tantos triunfos incomodó a un jugador que ante el archirrival, y con nueve -y no diez- compañeros, se agrandó como nunca. Allí radica este peldaño de Boca por encima del propio River y del resto. Un escalón que luce cada vez más alto.


Abbondanzieri se fue de Getafe desde el banco
Sin jugar ni un minuto, Roberto Abbondanzieri se despidió de Getafe, que le ganó por 5-1 a Sporting de Gijón, pero con el Pato entre los suplentes. "Lo único malo es irme en estas circunstancias. Abandonar al equipo en la mitad de la temporada me apena mucho. Pero no soy un traidor. No soy el responsable de este momento y me duele retirarme justo ahora", dijo el arquero, en una conferencia de prensa con el presidente Angel Torres. El Pato llegará mañana y firmaría su regreso a Boca un día después.

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