Podría haber elegido la diversión de una playa o la quietud de una montaña. Ni una cosa ni la otra. Durante sus cortas vacaciones en la Argentina, Mauro Zárate prefirió quedarse en la casa de sus padres, en Reja Grande, cerca de Moreno. Allí combinó el descanso con el entrenamiento. Según confió a LA NACION, lo motiva una razón de peso: mantenerse en forma y no perder el buen nivel que en los últimos meses lo transformó en una de las revelaciones de la Liga italiana.
"No imaginaba que iba a tener tanta repercusión. Pero yo me tenía mucha confianza. Sabía que si me quería quedar en Europa tenía que hacer las cosas bien. Por suerte el equipo tuvo un buen comienzo y se nos dieron las cosas", dice el delantero, que contribuyó con 8 goles en la gran campaña de Lazio, séptimo en el calcio.
Aunque incipiente, la carrera de Zárate es vertiginosa. Con 20 años fue vendido a Al Saad, de Qatar, a cambio de 20 millones de dólares. Seis meses después, fue a préstamo a Birmingham City, de Inglaterra, y a mediados de 2008 recaló en Italia.
-¿Cómo fue la experiencia de jugar en Qatar?
-Difícil en todo sentido. Para jugar y para vivir día a día. El fútbol es bien diferente. Allá los jugadores no se entrenan, no van al gimnasio, no corren. Después, en el partido, se corren todo. Y a mí eso no me servía.
-¿Son tan religiosos como parece?
-¡Sí! Durante el Ramadán no pueden comer ni beber nada. En la calle no podés tomar ni una gaseosa. Había entrenamientos a las diez de la noche porque no podían comer hasta las 20.30. Una cosa increíble.
-¿Cómo fue pasar de Qatar al fútbol inglés?
-La verdad, fue más fácil adaptarme al fútbol inglés que al qatarí. En 14 partidos hice cuatro goles y anduve bien. Lo malo fue que descendimos. Pero la experiencia fue positiva.
-¿Te sorprendió algún jugador de la Premier League?
-Sí. Cristiano Ronaldo. Es un monstruo. Siempre hace goles. Un partido uno, al otro dos, al siguiente uno, y así siempre; en el campeonato, la Copa Inglesa, la Liga de Campeones...
Zárate habla con serenidad, como si haber logrado semejante repercusión en el fútbol europeo le hubiera quitado un peso de encima. No es que su fútbol fuera cuestionado en la Argentina, pero a pesar de ser un gran goleador siempre se le señaló cierto exceso de individualismo.
-¿En qué aspecto evolucionaste?
-Además de lo físico, futbolísticamente. Sobre todo me di cuenta de la ayuda que le puedo brindar al equipo colaborando con los mediocampistas en la marca. Eso que decían acá que debía soltar la pelota antes allá no me lo dicen tanto. También influyó que varias de mis jugadas terminaron en gol. Por eso mis compañeros saben que si no les doy la pelota, después pueden recibirla para convertir.
-¿Te adaptaste rápido a Roma?
-En general sí, el idioma ya lo entiendo. Siempre me acompaña mi familia o algún amigo. Igual me llevo bien con mis compañeros, con Carrizo, Ledesma. También conocí unos uruguayos. Lo que no me gusta es que en el vestuario son más estrictos que acá. Ponen multas por llegar tarde a entrenarse o a comer, y para mí eso no sirve.
-Jugaste un clásico ante Roma. ¿Cómo es el hincha de Lazio?
-Es muy fanático. Muy apasionado. En Roma todo el mundo habla de fútbol. Subís a un taxi y cuando te reconocen te empiezan a hablar del club. Las mujeres también.
A raíz de sus buenas actuaciones, los dirigentes de Lazio ya comenzaron las gestiones para comprarlo, y están dispuestos a pagar 18 millones de dólares. Real Madrid se sumó a los clubes interesados a raíz de una grave lesión del holandés Ruud van Nistelrooy. "Lo del Madrid me puso muy contento. Es uno de los mejores clubes del mundo. Me hizo darme cuenta de que si hacés las cosas bien podés llegar. Pero de todas formas estoy tranquilo porque en Roma estoy muy cómodo."
-Estuviste en el seleccionado durante la gira previa a los Juegos, pero no quedaste en el plantel. ¿Te dolió?
-No me quedó ninguna espina porque los que fueron ganaron la medalla de oro. Así que todo bien. Hay muchos jugadores. Si algo de la selección se da, mejor; si no, estaré tranquilo. A Diego lo vi en el partido de la Fundación PUPI y me dijo que siga de la misma manera. Que Roma es difícil. Me motivó. Son palabras del mejor jugador del mundo, así que imaginate...
2 títulos obtuvo Zárate; en 2005 fue campeón del Clausura con Vélez y en 2007 ganó el Mundial Sub 20 de Canadá, con el seleccionado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario