Creo que mi mamá debe tener algo de bruja o de adivina, porque antes del partido me dijo que había soñado que yo hacía un gol y de cabeza. ¡No se puede creer..! Por eso, el gol se lo dediqué a ella." La confidencia, alejada de cualquier pompa y soberbia, le pertenece a Sebastián Alejandro Battaglia, un hombre que continuamente hace un culto del perfil bajo, que se sacrifica y redobla su energía para recuperar cualquier balón extraviado en el terreno y que ayer, en una Bombonera efervescente y abarrotada de público, izó la bandera del liderazgo xeneize. Con un cabezazo fortísimo, el N° 5 santafecino venció al recio Juan Pablo Carrizo, en el único tanto del superclásico, y fue el guía espiritual del vencedor.
Por su inspiración frente a los millonarios y, especialmente, porque es un futbolista mimado y respetado por el pueblo auriazul, durante los casi 150 metros que recorrió, desde la puerta del vestuario local hasta el ómnibus, fue venerado cual si fuera una estrella de rock. Mágicamente, el pasillo se convirtió en una suerte de caja acústica que endulzó los oídos del jugador que ostenta 14 trofeos en el club. "¡Olé, olé, olé..., Seba, Seba..!" , fue el primer alarido del centenar de curiosos en la zona, debajo de una tribuna. Inmediatamente, los simpatizantes, con cámaras fotográficas y bolígrafos en mano, duplicaron el agradecimiento: "¡Borombombón, borombombón, para Battaglia, la selección!".
El ex volante de Villarreal, de España, respondió ante cada beso, cada abrazo, cada palmada. "Sabíamos que hacía bastante tiempo que Boca no le ganaba a River por el torneo local [desde 2005] y por eso también se disfruta mucho. Pero ya está, se cortó la racha negativa. Ganarle a River significa muchísimo; el que diga lo contrario, miente. Un triunfo así te potencia, te llena de confianza para lo que viene", dijo Seba, de 27 años.
Battaglia, que se presentó en la primera de Boca el 31 de mayo de 1998, en la victoria 4-0 ante Gimnasia y Tiro, de Salta, con Carlos García Cambón, como entrenador, hizo un análisis del encuentro: "Lo mejor de Boca fue la actitud. En todo momento, nos rompimos el alma para que River no controlara la pelota y lo logramos, sin dudas. Fue una tarde perfecta. Ganamos ordenadamente y con autoridad. Porque River, sacando un cabezazo de Abreu que se fue desviado, no tuvo oportunidades de gol. Fuimos justos ganadores". Y añadió, con picardía, para felicidad de los simpatizantes que lo escoltaban: "Al final, River se fue sin nada, porque sé que también perdió en la reserva (2-1), donde jugó mi primo, Sebastián".
El tanto ante el equipo conducido por Diego Simeone fue el tercero en partidos oficiales en 2008; los otros fueron ante Maracaibo y Atlas, por la Copa Santander Libertadores: "¿Cómo fue el gol? Román estuvo muy inteligente, porque sacó gente del área haciéndolo acercarse a Rodrigo hasta él y cuando tiró el centro, yo cabeceé con bastante comodidad y por suerte salió lindo y fuerte. Estoy muy, muy feliz. Este momento hay que disfrutarlo al máximo, porque es especial. Siempre es lindo hacer goles y más para un jugador que no acostumbra a eso, como yo".
Battaglia, el viernes último, aventuró que Boca ganaría el clásico. Y ayer, se ilusionó: "Ahora estamos otra vez en la lucha por el torneo local, quedamos a uno de los punteros. Y así, el Clausura está para cualquiera y nosotros tenemos muchas chances. Si no le ganábamos a River, íbamos a quedar muy lejos de la cima".
De todos modos, desde hoy el interés del plantel estará centrado en el choque de pasado mañana con Cruzeiro, por el desquite de los octavos de la Copa, en Belo Horizonte: "El desgaste físico fue enorme. Román y todos terminamos muertos de cansancio, pero hay que descansar y seguir, porque tenemos un partido importantísimo en Brasil, donde vamos a tener que correr muchísimo, porque el campo de juego es enorme. Pero hoy demostramos que este equipo está más vivo que nunca". Sentencia de Battaglia, el equilibrista xeneize, que suda por él y por sus compañeros y, además, cuenta con el plus de marcar goles claves.
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