viernes, 1 de febrero de 2008

EL HEREDERO DE RONALDINHO


BARCELONA -- Lionel Messi, un niño de 20 años nacido en Rosario (Argentina), ya es indiscutiblemente el ídolo del FC Barcelona. El jueves por la noche volvió a tener una actuación futbolística sólo al alcance de los que están tocados por el don de la virtuosidad con el balón en los pies. Cada vez le queda menos trozo que recorrer para alcanzar a su referente, Diego Armando Maradona.
El jueves por la noche, y otra vez en la Copa del Rey, Leo Messi se transformó en jugador de consola de videojuego para trazar jugadas imposibles y regates magníficos. Uno de estos últimos volvió a emular al gran Maradona. Igual que sucedió el año pasado en la misma competición, contra el Getafe, cuando Messi trazó la misma jugada que en el 1986 significó uno de los grandes goles de los Mundiales, obra de 'El Pelusa' contra Inglaterra, el niño del Camp Nou volvió a copiarle.
Realizó una jugada idéntica a una recordada de Maradona con la camiseta barcelonista, cuando el 17 de abril de 1983, en la visita de Las Palmas al Camp Nou (7-2), el argentino se sacó un quiebro espectacular dentro del área del equipo insular junto a la línea de fuera, aunque en el caso del Pelusa la jugada acabó en gol, no así la acción de Messi contra el Villarreal.
Lionel Messi, en Barcelona desde los 13 años, es ya el preferido de la afición barcelonista. El ídolo de los niños. Aún así, el joven argentino mantiene una distancia prudencial con la estrella que muchos ven en él, especialmente porque Messi todavía respeta a quien cree él que aún luce los galones en el club: Ronaldinho.
Es tal la atracción que genera el brasileño para el joven argentino, y el jueves por la noche contra el Villarreal volvió a darse otro ejemplo, que Messi siempre le cede todo el protagonismo. Cuando faltaba un cuarto de hora para la conclusión del partido, el Barcelona se benefició de un penal riguroso y Messi se disponía a lanzarlo. Pero en ese instante el entrenador del Barça, Frank Rijkaard, ordenó un cambio y Ronaldinho saltó al campo.
El brasileño se dirigió al borde del área del Villarreal y Messi miró a su 'maestro' y le dijo que si quería lanzar él el penal, ya que Ronaldinho es la primera opción siempre en cualquier jugada de pelota parada. El astro brasileño dijo que no, en una señal de que los tiempos corren y que el recambio de ídolo en la hinchada culé ya se está produciendo. Messi falló el penal.
Con Ronaldinho en el campo, Messi es otro jugador. Tiene a su referente y es con él, y en segunda instancia con Deco, con quien encuentra su mejor sociedad. Hace meses el joven argentino aseguró en una conferencia informativa que no mira la cara de a quien tiene que pasar el balón. Pero todo el barcelonismo sabe que eso no es verdad. No sólo no mira a la cara, sino que busca a Ronaldinho, siempre.
Cuando el balón le cae en los pies, Messi sólo tiene ojos para Ronaldinho. La fascinación que genera Ronaldinho para el argentino es absoluta; le dedica los goles cuando el brasileño no está en el campo, le busca para abrazarse con él, escucha sus consejos, no habla cuando Ronnie se expresa. Si por él fuera, todos sus pases irían hacia el brasileño para que éste marcase gol.
Es por ello que muchas veces otros delanteros del Barça viven una silenciosa frustración cuando Messi tiene el balón en los pies. El argentino no reparte por igual su generosidad, y el francés Thierry Henry, también Bojan Krkic, pero sobretodo Samuel Eto'o, se desesperan en ocasiones cuando una jugada fácil, un pase sencillo y una acción que sólo entiende el pase, se transforma en un caracoleo, un regate tras regate y una acción individual de Messi.
Estos problemas de sociedad en el campo desaparecen cuando Ronaldinho está en el césped, o cuando juega Deco, sus dos mentores en el vestuario barcelonista desde que en el 2004 ingresó como profesional en el equipo azulgrana.
Messi, un jugador con el balón cosido a los pies, devolvió la alegría a los culés, después de una mala semana en la Liga tras el tropiezo en San Mamés, que le ha distanciado nuevo puntos respecto al líder, Real Madrid.
Su lesión en el campo del Valencia el 15 de diciembre (rotura del bíceps femoral de la pierna izquierda) ya quedó superada hace unas semanas, a pesar de que en la parroquia barcelonista la ausencia de Messi en el clásico del Camp Nou contra el Madrid contiene la explicación para entender por qué el Barça está tan lejos en puntos de su rival

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