viernes, 15 de febrero de 2008

LA MAS PEQUEÑA ENTRE LOS GRANDES


Ella tiene dos referentes en el mundo de la noticia televisiva: María Isabel Crespo de Lebed y Carlos Vera, los dos de Ecuavisa. De sus enseñanzas extrae su propio estilo periodístico, basado en la observación, en aprender a mirar analíticamente, porque si una persona sabe mirar lo descubre todo. A sus 28 años de edad, su cara de niña es una suerte pero también un inconveniente en esta profesión, en que para proyectar seriedad se debe tener un rostro maduro. En el periodismo moderno, donde el estilo rottweiler (atacar a preguntas sin darle tregua al entrevistado) se impone, ella sostiene que no es “ni muy muy, ni tan tan”, y simplemente hará las cosas a su modo.
Cara de niña
“Al inicio, en las ruedas de prensa con todos los periodistas del medio, se me hizo difícil que el Presidente me dé paso para hacerle una pregunta, porque parezco menor”. Esa cara de niña le sirvió para engañar al presidente venezolano Hugo Chávez que, creyéndola una fans, la llamó de inmediato: “Cuando ya estuve frente a él, con una sonrisa le puse el micrófono”, cuenta la reportera que poco a poco está respirando el mismo espacio de sus ídolos.Denisse Molina reconoce como cierta, esa competencia descarnada que existe en el ámbito televisivo, donde pueden llegar a escupirle a uno en el ojo, como dicen comúnmente. “La convivencia humana es difícil, porque todo el mundo trata de sobresalir. Hay rivalidades como en todo trabajo, pero yo soy muy profesional”, una reportera fashion que viste impecable y luce como recién salida de la peluquería, porque ella es la mejor maniquí de su propia tienda de modas. Su look en algún momento hizo dudar a sus contratantes: “Lo que nosotros queremos es una reportera de combate”, le dijeron.
“Entonces pónganme a prueba, porque no voy a cambiar mi estilo de vestir, lo que debe importar es mi capacidad”, contestó Denisse.
A pesar de todo ese glamour, no va de diva. Casi no gesticula, y tiene un tono de voz delicado. Se levanta a las cuatro de la mañana todos los días, un horario que muchos rechazarían pero que ella lo hace con gusto. “Trato de prepararme día a día. Sobre todo porque estoy rodeada de los mejores. Mis padres no estaban de acuerdo en que sea periodista, porque querían que siga en el mundo de los negocios, como ellos, pero aceptaron cuando vieron mi tenacidad”.
Nos cuenta que le gusta la música de antaño. Las mujeres románticas solemos sufrir por amor, comentamos. “Como dicen los mayores, no se puede llegar a la madurez sin una herida en el corazón, yo la cicatricé hace tres años, volcándome en mi trabajo. Obviamente siempre se necesita una persona al lado”. Usted ha manifestado sentirse un poco nerviosa con las preguntas, ¿por qué a los periodistas nos asusta algo que dominamos, como son las entrevistas? “Es difícil sacar a flote los sentimientos. No es que me asusta el veredicto ajeno, pero usted no me verá en la prensa rosa, porque detesto el asedio”.
Le comento las buenas fotos que acompañan la entrevista y le pregunto qué ha resaltado Roberto Pombar en ellas. “Fue un poco difícil hacerlas. Estaba nerviosa, pero poco a poco me fui soltando. Él me decía ‘saca el personaje que la gente no conoce’ y saqué un poco esa sensualidad que todas llevamos dentro”.
Del amor y la amistad
Denisse es una periodista disciplinada que va todos los días al gimnasio. Hace aeróbicos y sostiene que le gustan los hombres que se cuidan y lucen impecables. Dicen que la mayoría de mujeres nos fijamos en los zapatos y hasta en las uñas bien cuidadas de los hombres, ¿en qué se fija usted? “Los ojos dicen mucho”. ¿Pero se puede enamorar una tan solo por una mirada? “Me he interesado por una mirada pero me he enamorado cuando conozco otros aspectos de esa mirada”.
No vamos a obviar lo que todos comentan, que existe algo más que una amistad entre usted y su compañero Carlos Vera. “Él es una persona muy especial.
Es mi amigo a quien respeto mucho. Con él puedo hablar de todo sin sentir la diferencia de edad”. Los filósofos dicen que las mujeres tenemos el poder de llevar a los hombres al terreno que queremos, usted ha conseguido que hasta se pusiera un kimono para la inauguración de su tienda.
“Debe ser que me estima mucho. Él aceptó ser el presentador porque conoce los sacrificios que tuve que hacer para inaugurar mi propio negocio. Que en la gala se presentara con kimono fue un hecho raro para muchos, que aumentó los rumores que circulan sobre nosotros, pero no me importa porque es una persona a quien quiero muchísimo, muchísimo”.
La profesión nos da felicidad, pero para hacerlo bien hay que sacrificar algo, ¿tiene vida propia Denisse?, ¿dónde se esconde los fines de semana? “No voy al cine, no voy a fiestas, solo descanso. María Isabel de Lebed, que tiene sabiduría, dice que el secreto es llevar una vida muy ordenada. Siento que ella aporta mucho a mi vida profesional, sabe cómo hacer un buen reportaje, sin libreto en mano puede hablar de lo que quiera porque improvisa bien. Yo trato de esforzarme mucho, porque en mi canal el que no sirve se va, por eso me preparo día a día”.

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