lunes, 18 de febrero de 2008

SIN NOMBRES PROPIOS NO HAY TACTICAS QUE VALGAN


La táctica es el arte que enseña a poner en orden las cosas. Sistema que se emplea disimulada y hábilmente para conseguir un fin: vencer al adversario. En fútbol, no existe ordenación posible que gane los partidos sin depender de la capacidad individual de los jugadores. Cuando el jugador salga a la cancha con un conocimiento cabal del juego, dominio del balón, precisión en el pase, sentido exacto en el desprendimiento de la pelota, ubicación para marcar y desmarcarse y acoplamiento con sus compañeros, entonces su personalidad creadora prevalecerá frente a todos los sistemas." Resumido, éste es un texto escrito por Carlos Peucelle y Dante Panzeri en 1959. Disfruta de plena vigencia. Su versión completa puede leerse en Fútbol, dinámica de lo impensado, un libro de lectura obligatoria para cualquier apasionado por este juego.

"Cuando hablamos de táctica, de 4-2-4, 4-4-2, 5-3-2, nos estamos refiriendo al modo de ocupar el terreno de juego. La distribución de espacios se refiere al equipo estático, a cómo está parado. En cambio, los tiempos tienen que ver con el equipo en movimiento, es decir, a qué ritmo o a qué velocidad juega. Entonces la táctica es la acertada utilización del espacio y los tiempos." Escrita por Angel Cappa en su imprescindible La intimidad del fútbol , esta definición también ayuda a poner las cosas en su lugar.

Estamos viviendo días "tácticos" en el fútbol argentino. Enunciamos sistemas como meros números telefónicos (3-3-3-1, 4-2-3-1, 4-5-1, 3-4-1-2). No aprendemos más. No se puede hablar de tácticas sin nombres propios. ¿Quiénes son los tres zagueros? ¿Qué características tienen los laterales encargados de la banda ancha? ¿Se complementan o se duplican los dos volantes centrales? ¿Quiénes juegan por detrás del único delantero? ¿Tienen llegada, saben definir o simplemente son recuperadores adelantados en el campo?

Volvamos a Peucelle. "La táctica puede dar un mayor rendimiento a un conjunto de valores al producir, en ciertos casos, la desorientación de los adversarios. Distribución geométrica de los jugadores dentro del campo para defender y atacar. Tratando de anular a los hombres clave y de atacar por el lado débil del adversario." El jueves último, Lanús se enfrentó con Danubio por la Copa Santander Libertadores. El conjunto uruguayo adelantaba su línea defensiva y tiraba permanentemente el fuera de juego. ¿Cómo lo contrarrestó el equipo de Cabrero? Dejó a Sand solo arriba, retrasó a Acosta por la derecha y armó una línea de tres volantes con llegada con Acosta, Blanco por el centro y Valeri en la izquierda. La idea era que Sand pivoteara de espaldas y descargara el juego para que sus compañeros, de frente, con espacios y llegando al vacío, rompieran con el offside propuesto por el rival. Y así generó por lo menos cuatro situaciones en ese gran primer tiempo granate. Táctica pura sin depender de la característica telefónica.

Sigue Peucelle: "Algunos equipos se aferran a una táctica con resultado negativo y no la cambian durante todo el partido. Ello hace pensar que los jugadores no conocen o no se adaptan a otras variantes". Después de la derrota ante Lanús, Pedro Troglio defendió su idea de armar una línea defensiva con tres zagueros (Matheu, Gioda y Rodríguez): "No perdimos por los tres en el fondo". En la victoria contra Tigre, puso cuatro atrás. El equipo recibió tantas situaciones de gol como en el segundo tiempo ante el campeón. Pero ganó 4-1. La diferencia en el juego la hizo Grisales. Despegado de esa mala onda por el campeonato perdido y los partidos sin ganar, Totono condujo al equipo a puro toque desde la mitad de la cancha y liberó a Montenegro de esa responsabilidad. Ubicado en los metros de la verdad, donde realmente influye y hace daño, Rolfi marcó dos goles (y medio) y recuperó la alegría. La movida más influyente de Troglio fue la inclusión del colombiano y no el cambio de esquema. Ni había perdido por los tres en fondo ni tampoco ganó gracias a la línea de cuatro.

Otro ejemplo interesante de la semana fue la presentación de River en Perú. Si uno le sacaba una foto en pleno partido al equipo de Simeone siempre encontraba la misma disposición táctica: 4-2-3-1. Pero aun con los jugadores ocupando sus espacios correspondientes, nunca encontró el orden. En este esquema, Abelairas descubrió su lugar como mediocampista central de buen pase inicial, mientras que a Augusto Fernández le cuesta encajar en el nuevo molde y no puede ofrecerle su mejor versión al equipo. Convencer a sus futbolistas es el gran desafío de Simeone mientras siga creyendo que éste es el sistema ideal para potenciar a este plantel sobrevalorado... hasta que demuestre lo contrario.

Ahora bien, ¿por qué hoy hablamos tanto de la táctica y cada vez menos del futbolista? Marcelo Bielsa ya sabía explicarlo en 1991: "Hoy en día hay muchos elementos que colaboran, los videos, las evaluaciones físicas, pero el factor más notable es que ha decrecido el talento natural de los jugadores. El fútbol ahora es más estratégico y más táctico porque antes los técnicos se apoyaban en las individualidades y hoy no las tienen en la misma dimensión. Diez años atrás había diez volantes ofensivos talentosos; hoy no. Entonces, a mayor vuelo creativo, menor incidencia del entrenador. Ahora el técnico participa más. Los jugadores actuales ejecutan bien los gestos, pero falta talento. La diferencia es que pueden hacer un pase bien, pero quizás en el partido no lo ven. El ejemplo contrario es Bochini".

Si cambiamos al Bocha por Riquelme, la frase podría haber sido dicha ayer tras otro romántico pase en el gol de Palacio. Justamente Román alimentó el debate durante la semana. "El fútbol ya está todo inventado, no sé qué es el trabajo táctico. Boca siempre juega de la misma manera". El 10 es uno de los pocos futbolistas que aún miran partidos de fútbol en sus ratos libres. Su conocimiento del juego lo ayuda a tomar decisiones correctas dentro de la cancha. Manejar tiempos y lugares, elegir cuándo acelerar o hacer la pausa, tocar o acelerar. En definitiva, hacer lo que pide la jugada.

Hoy, en la era del Play Station, los chicos no miran fútbol, no aprenden y su habilidad con la pelota no incluye el imprescindible conocimiento del juego. Para Carlos Bianchi, "la actitud es más importante que el sistema. El entrenador, en el momento en que piensa qué quiere de su equipo, está definiendo una actitud". En definitiva, el fútbol sigue siendo un juego en el que la pelota es más importante que la táctica. Si el equipo no da dos pases seguidos, cualquier esquema se cae a pedazos. Pero mejor que cierre Peucelle: "Los dibujos se moverán bajo la influencia de mi imaginación. Por lo tanto el partido no lo perderé; a lo sumo quedará empatado. Nunca en 45 años vi ganar partidos con dibujos del lápiz, sí con los de la pelota". Lo dijo en 1959, cuando ya se hablaba de táctica...

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