¿Y la inteligencia táctica…? El domingo pasado, millones celebraron la astucia estratégica de Ecuador ante Argentina (1-1). No hubo tal cosa, recurrió a un sistema tan antiguo y elemental como la brújula: poner una línea de cuatro delante de la nariz de José Francisco Cevallos y otra de cinco inmediatamente escalonada. Y Carlos Tenorio marcando la salida. Como decía un viejo entrenador, bastante conservador él, cuando sus jugadores le preguntaban cómo había que jugar: “Ocho atrás y dos defendiendo”.
No es preciso ser muy brillante para defender con nueve. Cuando en el primer tiempo Colombia se le plantó del mismo modo a Ecuador, le obstruyó las ideas. Como se le cerraron los caminos a Lionel Messi, Sergio Agüero y Juan Román Riquelme. La inteligencia de Ecuador ante Argentina fue otra: no salir a la descubierta, no intentar cambiar ataque por ataque; esperar. La prudencia fue su inteligencia. Potenciada por el eficaz rendimiento de sus hombres, la personalidad con que se plantaron en el estadio Monumental.
Con Colombia (el miércoles anterior) era de esperar una historia diferente. Por su localía y la necesidad de sumar, la obligación de atacar la tenía Ecuador. Y eso es más difícil que defender. Siempre construir es más complejo que destruir.
Pese al buen ánimo y a la multitud a favor, fueron escasísimas las veces que puso en aprietos al excelente arquero colombiano Agustín Julio.
El cuadro cafetero basa su fuerza en la devastadora capacidad de lucha de su mediojuego. Allí desarticula el armado adversario con altísima eficacia. Lucha, marca, choca, quita capacidad de juego y de piernas al oponente. Tiene una fantástica potencia física y mucho despliegue en Amaya, Guarín y Carlos Sánchez. Con ese sencillo argumento ha reunido 10 puntos y es el único invicto. Apenas ha marcado 4 goles el cuadro de Jorge Luis Pinto, pero solo ha recibido 2. Y es por la tarea de corte de sus volantes.
Con ese obstáculo delante, se le complicó al equipo de Vizuete. Y si lograba pasar la línea de volantes, llegaba desarmado al área rival. Daño verdadero no le causó a Colombia. Tanto fue así que el técnico visitante entrevió que el partido se podía ganar y sumó un segundo delantero: Dayro Moreno entró a hacer tándem con Hugo Rodallega. Y complicaron.
Afortunadamente para Ecuador, el árbitro Héctor Baldassi no vio un claro agarrón en el área de Espinoza al citado Moreno. Era penal claro, pudo costar la derrota.
No hay que desesperar, Ecuador lo hizo bien igual. Faltan trece partidos. Y la fortaleza mental con que el equipo se plantó en Buenos Aires permite mantener en alto la esperanza. Además, a esta misma altura, en la Eliminatoria pasada sumaba también cinco puntos, sin embargo clasificó.
Además, aparecieron algunas variantes interesantes como Joffre Guerrón y Luis Bolaños (¡Qué gol se devoró…!).
Seguimos pensando en Franklin Salas. En buenas condiciones físicas, no hay futbolista ecuatoriano que pueda comparársele en capacidad de desequilibrio. Es absolutamente diferente; la llave para abrir estos partidos cerrados.
Por Jorge Barraza
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario