
NUEVA YORK – Ella es alérgica al perejil, a los malos modales, al ruido del chicle masticado bulliciosamente y al antiestético residuo de lápiz labial en la brillante cristalería. "¿No odias ver brillo labial en un vaso? Simplemente queda horrible", dice Sarah Jessica Parker, quien con un suspiro interrumpe una discusión sobre Manhattan para limpiar su vaso de agua. "Es mío. Es desagradable. Lo siento."
Algunas veces en la vida, las apariencias importan. Sólo pregúntele a Carrie Bradshaw, el álter ego, con vestuario elaborado, de Parker en Sex and the City, quien regresa en Sex and the City: The Movie [que se estrenará en la Argentina el 12 de junio próximo]. La película llega cuatro años después de que Carrie y sus amigas Miranda (Cynthia Nixon), Charlotte (Kristin Davis) y Samantha (Kim Cattrall) guardaron sus tacos de 10 cm. cuando su serie de HBO fue retirada y sólo conservó vigencia mediante "asépticas" repeticiones y en DVD.
"Espero que la gente vaya a verla y realmente espero que les guste lo que hicimos", dice Parker. "Quería que Carrie madurara. Lo más emocionante que me sucedió cuando leí el guión fue que no sólo ella había madurado, sino que los temas eran sobre cosas de adultos: el perdón, lo que significa ser cómplice de las propias desilusiones y cómo esas desilusiones son tan abismalmente distintas a los 40 que a los 20. Creo que era el papel de su vida."
Pero Bradshaw es sólo una pequeña parte de Parker, de 43 años. A diferencia de la eternamente bien vestida Carrie, Parker pasa la mayor parte de su tiempo libre vestida con botas de piel Ugg y jeans, lleva a su hijo, James Wilkie, de 5 años, a la escuela y pasea por su vecindario del centro con su esposo, Matthew Broderick. Esa es su realidad profesional. Como productora ejecutiva de la serie y de la película, Parker es responsable, en gran parte, de obtener el respaldo del grupo de estas cuatro mujeres después de que el primer intento de hacer una película quedó en la nada, en el año 2004, en medio de rumores de roces por el guión y también por el sueldo.
Actualmente, Cattrall dice que nadie del elenco tenía contratos firmados y que ella, a quien los medios de entretenimiento echaron la mayor parte de la culpa, no habría firmado debido a que "necesitaba tomarme un tiempo. Estaba atravesando un divorcio difícil. Fue muy público. Y después a mi papá le diagnosticaron demencia. Necesitaba alejarme".
En abril de 2006, por un capricho, Parker llamó a su representante para hablar acerca de reavivar la idea de llevar a Carrie y a sus tres amigas de Manhattan a la pantalla grande; todas ellas en diferentes estados de felicidad en sus relaciones.
"No sé qué habría sucedido si no hubiera hecho el llamado", dice Parker. "No puedo decirte cuántas veces lo hemos resucitado. Todas las veces parecía imposible, cada hogar que nos quitaban, cada jefe que se iba; yo simplemente sabía que está vez era el momento. No podíamos esperar."
Según Davis: "Sarah Jessica llamó y dijo: ´Estuve pensando....´. Tenía miedo de entusiasmarme demasiado. Estaba serenamente esperanzada. Hoy parece que el entusiasmo crece y uno sólo espera poder estar a la altura de las circunstancias".
Para Cattrall, el momento finalmente se ajustaba como, bueno…, uno de los trajes de corte inmaculado de Samantha.
"Me sentí fuerte de nuevo. Nunca antes hubo un guión, estaban dispuestos a poner dinero en esto", dice Cattrall.
Reunir nuevamente a las cuatro "fue un privilegio y una bendición muy grande", expresa Parker. "Haber llegado hasta hoy es más de lo que una persona debería tener derecho a lograr. No hay manera suficiente de expresarlo: haber logrado esto fue un sueño."
Y lo hicieron bajo la supervisión de atentos turistas con cámaras, espectadores curiosos y los paparazzi estaban por todas partes. Al recordar el primer día de grabación con las otras tres mujeres, el tono de Parker suena casi reverente.
"Fue un día perfecto de septiembre. Había sol en Park Avenue y filas con cientos de personas. Incluso los paparazzi parecían ser bienvenidos a ese punto", dice ella. "Primero llegué yo, después Kristin, luego Cynthia, y más tarde Kim. Era como estar en un estado alterado. Nunca creí que llegaría ese día."
La película se reanuda tres años después del final de la serie. Luego de vaivenes románticos, Carrie tiene una relación con John, alias Mr. Big (Chris Noth), y están buscando la vivienda perfecta de Manhattan. La severa abogada Miranda vive en Brooklyn con su esposo Steve, y su hijo Brady, intentando hacer malabares con el trabajo y con la vida sexual. Charlotte y su esposo, Harry, adoptaron una niña china, Lily, y Samantha se mudó a Los Angeles con su joven novio actor, Smith (Jason Lewis), cuya carrera ella administra, mientras mira con ojos incitantes a su atractivo vecino de al lado.
Sin embargo, lo cautivante de la película es, sin duda, la columnista Carrie. Y nadie está más feliz de tenerla nuevamente que el escritor/director de Sex and the city, Michael Patrick King, amigo íntimo de Parker.
"Lo que ella aporta esta vez es un alivio. Carrie se ve feliz en la mejor parte de la película y satisfecha con su carrera", dice King. "En su vida amorosa, se muestra plena. Big la mira. Cuando uno se ve reflejado por alguien a quien ama, eso cambia la forma de ser. Sarah Jessica comienza con esta luz clásica y elegante para poder oscurecerse luego. Trae la realidad del pasado a esta parte. Simplemente vive y es."
En el escenario, King niega todo rumor de fricción entre las mujeres. "Tengo ‘tomas diarias’ que robé y escondí, en donde están las cuatro cantando villancicos navideños en el escenario, la noche anterior a Navidad. La realidad es que no se llevan mal. Son un grupo fenomenal."
Esta vez, el grupo cuenta con la destacada presencia de la ganadora del Oscar, Jennifer Hudson, que interpreta a la asistente de Carrie, Louise. Hudson dice que Parker "está realmente relajada. Siempre pasea cantando. Voy a su vestuario, dejo mi iPod, y la escucho que viene por el pasillo cantando".
Independientemente de las observaciones felices, el tono de la película difiere respecto de la frecuente banalidad de la serie. Con seguridad, la vestimenta es fabulosa y los zapatos son altos. Pero la sensación de la película es mucho más enérgica. La desilusión amorosa se siente más real, en gran parte debido a que las mujeres tienen más edad y hay más cosas en juego. Los personajes, ahora de alrededor de 40 años y, en el caso de Samantha, con 50, tratan los temas reales relacionados con el paso de los años. Samantha presiona a Carrie para que le inyecte Botox en su rostro, una idea que Carrie rechaza, tanto como Parker en la vida real.
"Un escritor dijo hoy: ´ ¿Le temías al tema del Botox?´ ¿Lo dices porque no lo uso? Es una época tan extraña en nuestra cultura", dice ella. "Si lo haces, te condenan en la plaza central. Si no lo haces, te dicen que te ves vieja."
"El tema es este: Uno hace lo mejor que puede. No estoy en contra de la vanidad. Pero siempre me molestó cuando una persona se levanta en televisión y está peinada (de peluquería). Cuando vi la película, dije que mi pelo estaba verdaderamente despeinado, pero refleja la realidad. Nos vemos normales."
Mostrar el lado oscuro de Carrie fue una especie de desafío para Parker. Una persona optimista por naturaleza, pasó sus años posteriores a Sex protagonizando comedias como Failure to Launch y pequeños dramas como Smart People; pero también disfrutó de estar en su casa.
Pero en una escena del film, Carrie hace explotar a Miranda, y verlo asustó a quienes más la conocen.
"La forma en la cual la miró, pensé, ´ ¡Sarah está completamente loca!´", dice Davis. "No es frecuente que se enoje y, cuando lo hace, sabes que realmente está enojada. Me sorprendió. Fue a un lugar más profundo para ella. Había tanta profundidad. Ella es considerada como una obsesiva del glamour, pero no está llena de vanidad."
En persona, Parker es tan juvenil como se la puede imaginar, con una gran sonrisa, modales impecables, un sentido del humor poco expresivo y afinidad por el contacto físico. Abraza a las personas cuando llegan y cuando se van.
"Cuando habla con alguien, se concentra mucho en esa persona", dice King. "Ella se reúne con las personas, no con las entidades. Creo que se debe a que proviene de una familia numerosa. Su familia es muy unida."
Ella pregunta, escucha las respuestas, y realmente recuerda, en general años después, lo que uno podría haberle dicho acerca de separaciones pasadas o vecindarios preferidos, dice él.
"Sarah Jessica estuvo en el Vaticano este año y le envió un rosario a mi madre porque mi madre es católica irlandesa", dice King. "Mi madre le envió una tarjeta en agradecimiento y después Sarah Jessica le respondió. Es todo muy personal, todo escrito a mano. Como amiga, es explosiva. Uno piensa que es fabulosa como Carrie y después conoce a Sarah Jessica Parker y es así de divertida."
Parker no se ve demasiado reflejada en Bradshaw, quien con frecuencia es una romántica inconstante y enloquecedora. De hecho, evitar un atuendo tradicional de boda podría ser lo único que tienen en común: el de Parker era negro cuando se casó con Broderick, en el año 1997.
"No es que me arrepiento tanto. Simplemente desearía que no hubiéramos intentado minimizar tanto ese día", dice sobre su elección de la vestimenta para ese día.
Respecto de Bradshaw, "No creo que nos parezcamos mucho, incluso ahora que ella adoptó más la idea de su adultez. Nuestras vidas son simplemente distintas", dice Parker. "Simplemente hemos hecho elecciones muy diferentes ella y yo. No refleja realmente mi vida, excepto porque ambas somos adultas, vivimos en Manhattan y tenemos el mismo cuerpo y nos parecemos. Eso es todo."
La mayor parte de la vida de Parker gira en torno a James Wilkie, quien llegó en octubre de 2002. Parker y Broderick intentan turnarse en el trabajo de modo tal que uno de los dos siempre pueda llevar a su hijo a la cama por las noches. Ellos son parte del escenario en el vecindario del centro de su ciudad, haciendo compras en el supermercado o llevando a James a la escuela. Parker, quien con sus siete hermanos creció en Ohio y en Nueva Jersey, no puede imaginarse criarlo en otra parte.
"Cuando era pequeña, mi madre nos abría la puerta en el verano; volvíamos para comer y salíamos de nuevo. Cuando se encendían las luces de la calle, regresábamos a casa. Él vive una gran experiencia aquí, pero es una experiencia de ciudad", dice Parker. "Caminamos. Jugamos."
"Anoche llegué a casa, estaba agotada. Pero James tenía tantas ganas de jugar a la mancha, y jugamos. También jugamos a la bolita, con los Legos. Corremos afuera. Vamos a fútbol los fines de semana. Generalmente lo llevo a ver un espectáculo cada fin de semana, un musical o una obra. Uno está constantemente intentando buscar algo para hacer con ellos."
Su hijo, dice Parker, "comprende lo mejor que puede lo que hacemos. Durante un tiempo, él creía que todos los padres estaban en la cartelera. No entendía que la fotografía de la mamá de Lucy no se vería pegada en un colectivo. También, la mamá de Lucy va a buscarla a la salida de la escuela todos los días, y ¿por qué yo no estoy?".
Parker es práctica respecto de la tarea de promover la película en el ámbito mundial siendo la cara de la historia. Ella estuvo trabajando sin parar en mayo y no tendrá ni un día libre hasta el final de la gira mediática.
"Y después, listo", dice directamente. "Mira, el tema es así. Quiero que la película se vea. Estoy orgullosa de ella. Esto es lo que se debe hacer. Sí, estoy cansada. Pero puedo descansar el resto del verano con mi hijo, y lo ansío. Lo extraño. Es difícil. Él y yo pasearemos todo el verano. Nadie se me acercará."
Abraza el aire que la rodea. "Me aferraré a sus pequeños brazos y piernas, literalmente."
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