martes, 22 de julio de 2008

BATISTA: "EL FÚTBOL ESTÁ UN POQUITO ENFERMO: SI GANÁS SOS GARDEL, Y SI PERDÉS TE CLAVAN UN PUÑAL"

Hace un alto y levanta la cabeza. Como si el mundo se detuviera por un instante, se toma una pausa para disfrutar este momento. Se ve vestido con la ropa del seleccionado argentino, otra vez en Ezeiza, y en un predio que ya lo vio con la medalla de campeón del mundo. A los 45 años, Sergio Batista está algo cambiado físicamente, pero mantiene su filosofía futbolística, la misma con la que tocó el cielo con las manos en México 86. Así lo expresa. Así lo vive. Luego de que su generación pidió una chance, le llegó como DT del Sub 20 y, nada menos, con la responsabilidad de defender el oro olímpico conseguido por Marcelo Bielsa con el Sub 23 en Atenas 2004. El Checho prende un cigarrillo bajo el sol de Ezeiza y arranca la charla con LA NACION: "Estoy con una expectativa terrible. Pienso lo que se va a jugar y el momento que puedo vivir, el desafío. Eso quiere decir que no fue en vano todo lo que uno trabajó para estar acá o cómo se portó en el fútbol argentino. Sé que vamos a un desafío importante y difícil, pero lindo al mismo tiempo".
-¿Esperabas este momento?
-Siempre tuve el sueño de dirigir a la selección. Sabía que la generación del 86 tenía una ventaja sobre otros que no tuvieron la posibilidad de ser campeones del mundo. Sentía que en cualquier momento podía llegar, pero sí me sorprendió que fuera tan rápido y también el hecho de que me nombraran a mí, ¿no? Ser coordinador porque uno siempre pensó y hablaba con los muchachos, sí. Ser ayudante de tal... Que Julio (por Grondona) haya pensado y confíe en mí es una satisfacción. Todo se logra por el trabajo, por cómo vos te portás dentro del fútbol. Hay varias cosas que los dirigentes ponen en la balanza para elegirte, pero se dio todo muy rápido, de un día para el otro. Estaba en Godoy Cruz y arreglé en una tarde mi llegada a la AFA. Al mes de estar en el predio vienen y me dicen que tengo que dirigir la selección en los Juegos Olímpicos. Fue todo rápido, pero me agarra bien, con mucha confianza, con muchas ganas y tranquilo de lo que pienso sobre qué es el fútbol hoy para mí.
-¿Y qué es el fútbol para vos?
-El fútbol está un poquito enfermo. Si ganás sos Gardel, y si perdés te clavan un puñal. Antes me mataba cuando llegaba a mi casa y ahora tengo otra tranquilidad. Pienso que hay otras prioridades. No puedo pensar en llegar a mi casa y ahorcarme porque perdí un partido. Mi prioridad es la familia, lo que ellos necesitan. Y ellos me necesitan más. Sabiendo lo que genera el fútbol. Insisto: si todo va bien, sos Gardel, y si todo va mal... no digo que no servís, pero vas a ligar las críticas duras que existen hoy sólo por el hecho de perder. Yo lo hablo con los juveniles, con los chicos. Ganar queremos todos, pero el tema está en no clavarle un puñal al que pierde, como se hace hoy. A algunos se les clavan puñales y se les dice que no sirven para nada. Yo me aguanto las críticas y me las voy a aguantar si esto sale mal, pero de la manera más tranquila.
-Pero éste igual es un momento para disfrutar...
-Sé que la gente está ilusionada por el equipo que tenemos, pero lo tomo con total tranquilidad. Ojo que me gusta ganar como a todos, ¿eh? Me siento a jugar al truco y quiero ganar, ¿eh? Y hago lo imposible para ganar. Pero lo disfruto, veo a estos jugadores, estando con este grupo que se armó; disfruto con los juveniles, con los Sub 20, los Sub 17. Trato de pasarla lo mejor posible. Después, cuando te vayas acercando al debut con Costa de Marfil, la tensión aumentará; los nervios van a ser distintos; es normal. Pero confío en el plantel que se armó.
-De lo que ya te tocó experimentar como DT, ¿qué cosas ganaste y qué perdiste de tu etapa como jugador?
-Como jugador era distinto; terminás el entrenamiento y te vas a tu casa. Tenés que rendir bien porque la presión la tenés igual. Pero como técnico sabés que la planificación no termina nunca. Son otros horarios, más dedicación. Después, como DT sabés muy bien que en este fútbol si perdés tres partidos, te vas.
-Viviste la evolución de tu generación y ahora te toca dirigir a la elite de los jóvenes argentinos. ¿Qué diferencias encontrás?
-Y... cambió muchísimo. En la época nuestra nos tocó trabajar con Carlos (por Bilardo). Vos convivías más con el DT, con el grupo. Era otra cosa: peleábamos por conseguir un mejor contrato y nos aguantábamos cosas. Hoy el jugador es distinto. No cambió el amor que tienen por la camiseta, de venir a jugar para la selección. Los 18 del plantel me demostraron eso a la hora del llamado y hacen cualquier cosa como para venir.
-¿Qué cambió?
-Que como DT tenés que adaptarte y permitirle cosas porque la juventud cambió, ¿no? Hoy hay contratos millonarios que antes no había; contratos por cinco años que antes no existían, pero a la hora de venir te demuestran que no pasa por eso. Muchas veces escuchás: "No, estos jugadores están salvados" . No, estos jugadores vienen acá porque tienen amor por la Argentina. Eso no se modificó y es bueno.
-Sí, se habla de la generación de la PlayStation , que terminan los entrenamientos y se van; que no les interesa el perfeccionamiento y se conforman con lo que tienen.
-Forma parte del cambio. Hoy hay muchas cosas que nosotros no teníamos. Antes pedíamos una pelota y listo. Hoy está la PlayStation, el MP3, la computadora... Y encima lo tienen al alcance de la mano. Esto es general, no sólo tiene que ver con el fútbol. ¿Quién no tiene hoy una computadora en la casa? Tengan plata o no, la tienen igual. Nosotros tenemos que ser inteligentes para adaptarnos a eso. Hoy sabemos que no puede ser como nosotros queremos, que sea como antes. Al jugador de hoy le cuesta un poquito eso de quedarse más tiempo después de una práctica, pero es responsabilidad nuestra inculcárselo un poco.
-¿Y los jugadores que tenés hoy están abiertos a eso, al aprendizaje?
-Sí, sí. Por lo menos con los que yo tuve la chance de charlar, sí. Muchas veces te escuchan y por ahí hay otros que creen que ya están. No me gustan a mí los jugadores que se conforman. Eso sí: el conformista no me gusta. El "yo ya llegué a primera, bueno, listo", y quedó ahí. Lograr que hoy se queden corrigiendo defectos después de la práctica es muy difícil y tenés que adaptarte. Pero el jugador sigue siendo el mismo de siempre: fiel, sano. Eso no cambió. Lo otro... Hoy es muy difícil armar grupos por la computadora, y eso que a mí me gusta que sepan todo, ¿eh?, que aprendan computación, inglés, todo, pero hoy los grupos no se dan como antes porque la computadora es individual. Antes tenías el truco, que por ahí te peleabas con seis, no sé. La diferencia es que te tenés que adaptar y dejarlos, porque es lo de ellos. Sí hay que mantener la disciplina. Antes te decían: "A las once de la noche no podés hablar más con nadie" porque tus padres te cortaban el teléfono. ¿Hoy cómo hacés, si cualquier jugador tiene hasta dos celulares? Está claro que uno no puede trabajar como se hacía antes. Si querés eso, estás perdido; sí darle los consejos, las opiniones de lo que nos costó a nosotros, el sacrificio.
-¿Esa predisposición la ves en un jugador como Messi, como Riquelme? ¿Se les puede marcar algo para corregir o creen que "ya están"?
-Sí, ellos lo entienden y lo aceptan. Seguro. El otro día hablamos con Gago y Banega a la mañana sobre un ejercicio táctico del volante central y ellos lo entendieron porque a la tarde lo hicieron. Están abiertos al diálogo y a aprender, que es lo más importante. Tengan 30 años o 21. ¡Cómo no se le van a poder decir cosas a Messi si tiene que aprender! Todavía tiene muchas cosas para incorporar. Ahora si él se cierra o cualquier jugador se cierra en decir "no, yo ya sé todo" , no. Es una forma de negarse a crecer. Yo digo que yo aprendí de todo. Siempre. En lo que tengo que hacer y en lo que no tengo que hacer. El jugador se da cuenta de eso; de quién lo quiere ayudar y hay que decírselo a todo el mundo. ¿Por qué si yo veo algo malo que está haciendo Román, Agüero o Messi o cualquier jugador no se lo voy a poder decir?
-En la sociedad argentina, el individualismo creció muchísimo en todos los sectores. ¿Temés que eso se traslade al fútbol, básicamente a tu equipo?
-Sí que tengo miedo. ¡Claro que tengo miedo! Pero no sólo por la computadora. Hoy todos los jugadores tienen representante. Y cada representante busca pelear por lo suyo y por ahí les inculca cosas a los chicos, que más que nada los hacen individualistas. Yo escuché muchas veces: "Mirá, no te metás en este lío. Hacé la tuya y nada más" , cuando es al revés. El jugador se tiene que meter, se tiene que comprometer. Eso hace a un grupo. Hoy por esas cosas es más difícil. Ojalá que no pase nunca, ¿no?, pero puede llegar a suceder.
-Justamente por eso, ¿en cuánto tiene que ver el trabajo del DT en la comunicación?
-Es un tema muy importante. Primero, el convencimiento. Si el jugador te ve convencido de lo que intentás transmitir, se convence. A mí me interesa armar un grupo bueno y que tiremos todos para adelante. Para eso tenés que ser flexible en algunas cosas, aplicar la disciplina cuando hay que hacerlo. Yo soy así. Busco tener una comunicación no sólo de fútbol, sino de todo lo que hacen en su vida. Si hay algo en lo que me destaco es eso, el armado del grupo y que todos estén contentos, tanto titulares como suplentes.
-¿Tenés miedo de que Messi y Riquelme no se entiendan futbolísticamente? Se habló de diferencias...
-Yo apunto a que jueguen lo más juntos posible. No voy a pretender que sean amigos, pero confío en la sociedad que puedan armar Messi y Riquelme. En Barcelona, Messi juega más por la derecha, pero yo pretendo que se mueva más por el medio. Además, confío en ellos porque son dos excelentes personas.
-Con la cantidad de jugadores que tenés de la selección mayor, ¿podés ayudar a Basile en el trabajo en equipo para el corto plazo?
-Ojalá. El Coco sabe que nosotros estamos a disposición de él. Ojalá le seamos útiles a Basile para que la Argentina logre en 2010 la Copa del Mundo, que es lo que más queremos todos.
-¿Cuáles fueron tus últimos modelos de equipo en cuanto a la táctica, al juego?
-España en la última Eurocopa jugó muy bien, un lindo modelo. Me gusta el modelo que usa Basile en la selección mayor. Se le pueden dar los resultados o no, pero es un esquema que propone. Me gustan los equipos que atacan. No me gustan los que juegan a esperar el error del rival. Me gustan los que tienen mentalidad ganadora: nuestro Argentinos del 85 era así y yo tengo la misma mentalidad.
-¿Cómo llegarán al debut del 7 de agosto, con Costa de Marfil?
-Bien. Ahora nos vamos a juntar con los futbolistas que faltan en Japón (Messi, Mascherano, Lautaro Acosta y Federico Fazio) y tendremos varios días para trabajar, además del amistoso del 29 en Tokio. No fue un trabajo de preparación ideal, pero estoy muy conforme.
-¿De qué forma te quedarías tranquilo, aunque la Argentina no sea campeón en China?
-Me quedaría tranquilo si hacemos lo imposible para conseguir la medalla dorada. Si nos gana un equipo que fue superior a nosotros, está todo bárbaro. Que nos quedemos tranquilos porque intentamos jugar bien al fútbol.
• Su mirada sobre la falta de éxitos en los mundiales
"¿Por qué hace mucho que no ganamos un Mundial? Son rachas, como le pasó a Brasil en su momento. La selección de Basile en el 94 tenía equipo para hacerlo; también la de Bielsa. En 2006 nos quedamos afuera por un gol y estaba todo dado también. Pero eso cambia. En un momento la Argentina será campeón del mundo porque está dado para que así sea", explicó Batista.
• El Checho ve a Gago como el Batista de hoy
"Veo a Gago como el Batista de hoy. Por la ubicación, la precisión para jugar a uno o dos toques; la claridad que tiene; la intuición para recuperar", opinó el entrenador.

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