lunes, 28 de julio de 2008

EL CASO MESSI MARCA EL FIN DE UNA ERA


Pero lo que sí puede aceptarse, con razonable grado de certeza, es que habrá un antes y un después del tironeo que ha tenido como protagonista al deportista argentino mejor pago de la historia.
Después de esto, seguramente, no existirá más el fútbol olímpico tal como lo conocimos hasta ahora: Pekín 2008 extenderá el certificado de defunción de este engendro de Sub 23 con excepciones que la FIFA se ha visto obligada a defender más por otros intereses que por convicción. Es tan raro verla alineada con el COI como lo son algunas insólitas alianzas que se han producido en medio del conflicto entre el Gobierno y el campo, en la Argentina: Sepp Blatter, esgrimiendo sus argumentos desde el "espíritu olímpico", se asemeja a Raúl Castells alineado con la Sociedad Rural. Si el mandamás (?) del fútbol toma la posición que ha tomado, es porque tiene conciencia de que, perdiendo esta batalla, puede perder una guerra. Porque lo que también cambiará, quizá, acabe como acabe este insoportable Messigate, será la relación entre los clubes dueños de las billeteras más abultadas y las federaciones dueñas de los certificados de nacimiento de los jugadores más talentosos. La ECA (Asociación Europea de Clubes), con el ex futbolista y presidente del Bayern Munich Karl-Heinz Rummenigge a la cabeza, empieza a poner cada vez más condiciones, en cantidades directamente proporcionales a sus billetes, para limitar y regular la competencia de selecciones.
Curiosamente, las selecciones son, todavía, el último gran negocio de la FIFA y son, al mismo tiempo, el último hilo que une a los futbolistas -más que a nadie, a los sudamericanos- con ciertas dosis de espíritu amateur, de identificación nacional. Ese hilo, lamentablemente, está a punto de cortarse. Hace unos días, la selección italiana Sub 19 se clasificó para la final del campeonato europeo (perdió 3-1 con Alemania) con el gol de un argentino que casi ni jugó en la Argentina. Como fue Fernando Forestieri ahora, podría haber sido el propio Leo Messi antes, de no mediar la visión de Pekerman y su equipo. Pero pronto será otro y después otros, y otros El fútbol se ha globalizado; la nacionalidad ya no necesariamente identifica.
A principios de julio, en un profundo informe publicado en el Corriere della Sera , el periodista Alessandro Bocci hacía referencia a la alarma que provocaba una cifra en la asociación de futbolistas italianos: en los últimos tres años ingresaron en Italia 462 jóvenes extracomunitarios, sobre todo africanos y sudamericanos, para sumarse a las divisiones inferiores de los clubes del calcio . Estos jugadores, fichados para el vivaio, el semillero, a través de la patria potestad o por el mínimo pago de derechos formativos, ya no serán extranjeros cuando lleguen a la primera división.
En este contexto, a Messi le sobran derechos para elegir a Barcelona sobre el seleccionado: fue el club que, cuando tenía 13 años y más necesidades que futuro, apostó en todo sentido por él. Pero no por eso le faltan obligaciones: sería bueno que hablara, aunque su silencio pueda ser estratégico. De no hacerlo, deja su futuro en manos de otros y deja que se escriba otro capítulo odioso en la más odiosa de las comparaciones: podría afirmarse que Messi no llegará a ejercer en la selección argentina un liderazgo tan comprometido -simbólica y concretamente- como el que ejerció Maradona. "Afortunadamente”, dirán unos, con desdén, mirando con un solo ojo aquel fatal doping positivo y el gol a los ingleses... con la mano. "Obviamente”, dirán otros, con ironía, mirando con el otro ojo el talento inigualable y el gol a los ingleses con el pie. Una mirada más abarcadora permitiría leer que Diego, que hizo de la camiseta argentina una bandera y de la obligación de jugar por ella una religión, tenía apenas dos años más que Leo -pero todavía menos peso especifico que él, aun cuando ya llevaba la misma N° 10 blaugrana -, cuando le dijo a Bilardo aquello que le dijo, respondiendo a la convocatoria y a la consulta del DT sobre cualquier condicionamiento que pudiera surgir en el futuro: "De eso olvídese, Carlos... Yo, por defender la camiseta argentina, jamás voy a hacer un problema”.
Eran otros tiempos.
• La inevitable comparación con Maradona En otro capítulo odioso en la más odiosa de las comparaciones, podría afirmarse que Messi no llegará a ejercer en la selección argentina un liderazgo tan comprometido -simbólica y concretamente- como el que ejerció Maradona...
Dixit
1) "Le falta carácter". Diego Maradona dijo sobre Lionel Messi: "Le falta un poco más de carácter. Ojalá, le ruego a Dios, que lo gane a través de su fútbol. Ojalá que cambie el temperamento, porque no lo veo a Leo como para ir a luchar por los premios, como para decirle al compañero algo o motivarlo. Ojalá, con el tiempo, se vaya haciendo más jugador de fútbol, más jugador de toda la cancha y más líder. Hay que saber separar los millones que te puede pagar el Barcelona y la gloria que te puede dar jugar con la selección argentina".
2) "Entendible". Gabriel Batistuta defendió al jugador de Barcelona y dio su punto de vista sobre el conflicto: "Messi hace bien en no decir nada porque después de los Juegos va a volver a jugar en el Barcelona y en la selección; su posición es entendible. Barcelona no está tan equivocado con su postura. Es el club que le paga el sueldo y tiene todo el derecho de querer retenerlo. ¿Qué hubiese hecho yo? Yo sé qué hubiese hecho, pero no lo voy a decir porque no me interesa generar una polémica".
3) "Ya cansa". El DT de Barcelona, Jospe Guardiola, también habló sobre el tema: quiere que Messi no vaya a los Juegos y pidió una rápida definición de la FIFA: "Blatter se debería decidir, porque Leo es el perjudicado. Esto ya cansa. Creo que la FIFA debe pronunciarse ya".
4) "Está todo hecho". En los últimos días, Julio Grondona, el presidente de la AFA, mostró cautela y cierto pesimismo por la situación de Messi: "Está todo hecho. De nuestra parte hicimos todo lo posible; si no viene, mala suerte. Estoy viviendo todo esto con bastante incertidumbre".
5) "Obligatorio". El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, fue muy claro con la idea que tiene sobre el tema la entidad que preside: "La liberación de jugadores Sub 23 siempre ha sido obligatoria para todos los clubes. Este mismo principio se aplica para Pekín 2008".
6) "Hay que esperar". Sergio Batista, el DT de la selección argentina que participará en los Juegos, también se pronunció sobre el asunto: "Tenemos que esperar hasta el martes (por mañana), cuando el tema se decida. En mi caso, ya hubiera terminado la cuestión, porque soy de respetar mucho al grupo. Pero a veces son cosas que pasan y uno tiene que dejar de lado lo que piensa. Los jugadores están a la expectativa por ver qué pasa, porque el grupo también lo quiere a Messi".

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