lunes, 11 de agosto de 2008

CON UNA RÁFAGA DE FRESCURA, BOCA SUPERÓ LA DESAZÓN Y FUE PURO DELIRIO


Dos plateístas canosos, acodados en la barra de la confitería de la Bombonera, observaban por TV las repeticiones de un primer tiempo alarmante para Boca y refunfuñaban: "Con este equipo no le ganamos a nadie. ¿Cómo vamos a ganar la Recopa así? ¿Y después...? Vamos a pasar vergüenza con Barcelona”. Casi una hora más tarde, con el éxito 4-0 sellado frente a Gimnasia (Jujuy), en el mismo rincón el diálogo entre los dos hinchas fue distinto: "Este equipo es una máquina. Qué buenos cambios hizo Ischia”. La conversación, imaginaria, se ajustó con lo ocurrido ayer en la Ribera, donde los xeneizes pasaron del tormento al delirio, abruptamente, beneficiados por los ingresos del desfachatado Noir y de Gracián, que se despojó del disfraz de discontinuo para explotar su habilidad y toque corto.
Sin Riquelme -en los Juegos Olímpicos- ni Palacio -se recupera de una pu- balgia-, la versión boquense del primer tiempo fue pobrísima. Sin inspiración colectiva, Boca se limitó a avanzar a los empellones, con imprecisos intentos individuales y algún tiro libre casi siempre mal ejecutado, enviado lejos de la cabeza de Palermo. Battaglia, habitualmente bien ubicado en el medio campo -un remate suyo se estrelló en el travesaño- y Dátolo, aunque con más barullo que claridad conceptual, fueron los aspectos más interesantes de un conjunto al que, en los primeros minutos, le crearon muchas situaciones de peligro con facilidad.
La parte derecha de la defensa de Boca, con Ibarra y Cáceres como guardianes, exhibió una gran vulnerabilidad cuando Carranza, Pieters y Gómez se asociaban por abajo e intentaban llegar al arco de Caranta. Incluso, a los 29 minutos, el guardavalla cordobés, en su reacción más atenta y acertada del partido, envió al córner un tiro alto de Carranza que indefectiblemente era la apertura del marcador.
Pero los merecimientos en el fútbol son tan inestables que, todos los defectos que Boca padeció durante el primer tramo, se esfumaron en el segundo. Tras una semana incómoda, por la ausencia de los refuerzos pretendidos y dos ensayos muy defectuosos de los titulares, el entrenador Ischia no tardó en reemplazar a Castromán (confuso y sin peso ofensivo) y a Pochi Chávez (debía ser el creador, pero estuvo más pendiente de un corte que padeció en la frente que en las acciones del juego) por Noir y Gracián, quienes se habían destacado en las prácticas. El ingreso de estos le cambió la cara al equipo; ambos le aportaron velocidad y decisión a un conjunto que no se animaba a acelerar y que, cuando lo hacía, carecía de certeza dentro del campo jujeño.
Tras una primera etapa aletargada y somnífera, en sólo doce minutos los locales sentenciaron un desafío que resultaba espinoso. A los 2, Dátolo sacó un córner corto para Gracián; éste envió un centro pasado, que bajó Palermo de cabeza, no alcanzó a conectar Cáceres y Noir, por detrás de todos y aprovechando una falla de Calandria, venció al seguro arquero Nereo Fernández. La Bombonera explotó.
Pero diez minutos después, el delirio invadió un marco que no era el más festivo. Gimnasia, todavía golpeado por la caída de su arco, no reaccionó y Gracián, con un derechazo cruzado, tras una lucida jugada colectiva que inició Ibarra y continuó Vargas con un taco , amplió una ventaja ya irrecuperable.
Labruna, conductor jujeño, hizo variantes, pero ninguna surtió efecto positivo. Battaglia, como estandarte en el medio, se encargó de disipar cualquier foco de incendio. Incluso, el batallador volante xeneize tuvo tiempo y oxígeno como para pisar el área rival y anotar el 3-0 luego de tomar un rebote de una jugada que arrancó con un riquelmiano cambio de frente de Palermo para Gracián.
Boca se lucía; casi todo le salía correctamente. El movedizo Noir se empeñaba por emular a su ídolo, Palacio, y obtenía beneficios cada vez que encaraba a la última línea del Lobo. Todos querían que Palermo marcara el gol que le permitiera alcanzar a Pancho Varallo, el máximo artillero de la historia auriazul en el profesionalismo. Pero Nereo Fernández volaba de un palo al otro para tratar de que la diferencia no fuera mayor. Hasta que a los 43, tras una pared con Palermo, Vargas selló un resultado con todos los adornos. Un triunfo que le permitió a Boca comenzar con optimismo un semestre donde estará obligado a no trastabillar.
EL DATO
La presentación, si es ante los jujeños, mucho mejor...
Las últimas dos veces que Boca debutó ante Gimnasia (J) en un torneo, luego fue campeón: Clausura 06 y Apertura 05. ¿Se repetirá?
LO CURIOSO
Con Pompei, a los xeneizes les va muy bien
Con el arbitraje de Juan Pablo Pompei, Boca sumó seis partidos sin derrotas, con cinco triunfos y solamente una igualdad.
EL DATO II
Gimnasia no pudo defender la racha positiva
Hasta ayer, Gimnasia (J) acumulaba seis partidos sin perder, con dos triunfos y cuatro empates. Pero la racha se cortó en la Bombonera.

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