jueves, 14 de agosto de 2008

PALERMO: CON LA NOSTALGIA DE LA HISTORIA Y EL ÍMPETU DE LA VIGENCIA


Una camiseta. Un hombre. Un número. Una obsesión. A la caza de un sueño -sí, otro más- se lanzó Martín Palermo y, aunque suene curioso, esta vez el que tendió las redes fue él. La final de la Recopa Sudamericana ante Arsenal encerró como nunca una historia dentro de sí misma; emotiva y nostálgica a la vez, la noche de Avellaneda atestiguó la gesta del goleador de la perseverancia: en el triunfo por 3-1, Martín Palermo llegó a los 194 goles con la camiseta de Boca y alcanzó al prócer , Francisco Varallo, en la cima de los artilleros xeneizes en el profesionalismo. No se conocen. Apenas si se vieron de lejos en una fiesta. Pero ¡cuántas emociones comparten a la distancia!
El momento se dio en el primer tiempo, como para que el nerviosismo se desvaneciera de entrada. Fue, exactamente, a los 20 minutos. Palermo, de 34 años, quedó cara a cara con el arquero Cuenca en un penal a suerte y verdad. Y, como en toda buena historia, no faltó el misterio. El tiro salió a la derecha y el guardavalla adivinó. Aunque su esfuerzo no alcanzó: el rebote quedó cortó, Palermo reaccionó a tiempo y empujó la pelota a la red con fuerza, con rabia, con desahogo... Con una felicidad enorme, eterna. De alguna manera, se sacó un gran peso de encima.
No fue de penal; después de todo, su naturaleza parece empecinarse contra los tiros desde los doce pasos. Así lo demostró alguna vez, cuando se resbaló y la pelota le pegó en los dos pies antes de meterse en el arco de Platense. Así quedó en claro en otra oportunidad con la camiseta argentina, con la que falló tres penales en un mismo partido, ante Colombia, por la Copa América de Paraguay, en 1999. Pero no valió la pena detenerse en recuerdos borrosos...
El dice desatender las cifras y habrá que creerle: "Disfruté mucho el gol, pero yo no llevo las estadísticas. La prensa me incentiva con eso y con el récord. Para mí es lo mismo. Llegué a los 194 y ahora espero los 195... Estoy feliz por convertir y porque Boca fue un justo ganador".
Anoche dominaron las burbujas, las sonrisas. La celebración lo dejó de cara a su gente, con sus fieles, con los brazos al cielo. El grito ya no se contuvo. La explosión se escuchó desde lejos. Enseguida, los habituales ritos del festejo, incluido un beso en el antebrazo izquierdo, en el que lleva tatuado el nombre Stefano, en homenaje a su pequeño hijo fallecido.
Tuvo otra oportunidad clara, ya en la segunda parte. Esta vez fue con una de sus especialidades: el cabezazo. Palermo se elevó entre todos y eligió un lugar esquinado. Cuando parecía que la pelota entraba... la estirada del debutante Campestrini frustró el segundo alarido del goleador.
Qué lo impulsa... En julio último se lo explicó a LA NACION: "Tener la presión y la exigencia de seguir ganando cosas, de no tener una semana tranquila, de estar día tras día expuesto, de tener que ganar un domingo y el otro también... Todo eso te mantiene vivo". ¡Cómo se equivocaron aquellos que intuyeron que el goleador sació su apetito! Ya lo dijo a viva voz y también entre sus allegados. Ahora, el objetivo son los 200 goles con los colores azul y oro. Y está tan cerca que ya parece rozarlos, tacharlos uno por uno en esa bandera que alguna vez le ofrendaron desde uno de los palcos de la Bombonera.
Todos se pusieron contentos por él. "Estoy feliz por Martín. Es un tipo que se entrena permanentemente en busca de la superación. Nunca baja los brazos ni se da por vencido con anticipación. Es un ejemplo para todos, pero sobre todo para los más chicos. Hay que mirarlo todos los días. Contra Arsenal tuvo un par de oportunidades más y estuvo cerca de aumentar la diferencia, siempre está ahí... Estamos muy alegres por Martín", sostuvo el entrenador Carlos Ischia, minutos después de la victoria contra Arsenal, del triunfo personal de Martín.
Se dijo muchas veces que su vida bien podría haber sido un entretenido guión de Hollywood, entre goles emotivos, lesiones insólitas y alocados peinados. Si hasta su hijo mayor, Ryduan, juega con la N° 9 en la categoría 1996 de Estudiantes, su primer amor. "El retiro lo voy a tener que ir preparando con tiempo", dijo alguna vez en una de las tantas entrevistas que le deparó su carrera. Da la sensación de que para eso falta un largo trecho, muy largo...
194 goles. Son los que marcó Palermo con la camiseta de Boca: 156 por torneos locales y 38 por internacionales
218 El record. Son los gritos de Roberto Cherro, el máximo anotador xeneize, entre la era amateur y profesional
13 a Gimnasia. Son los goles que Palermo le marcó al Lobo platense, al que más le convirtió; le sigue Vélez, con 11
180 Conquistas. Logró Palermo en los torneos locales: 156 en Boca y 24 en Estudiantes; en total, jugó 318 encuentros

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