lunes, 25 de agosto de 2008

CSI SIN GRISSOM


Un tributo. No lo niego, es más, lo creo necesario. A la serie que ha acompañado muchas de mis noches, alimentando esa especie de morbo fascinante que me produce escudriñar la idea de bailar con la muerte; y al hombre que hizo crecer mi atracción por la ciencia forense. CSI y Grissom, para mí una relación que parece indisoluble.

El canal AXN me trajo a la memoria el capítulo de una encarnizada lucha entre jóvenes de distintas pandillas y barrios de Las Vegas. La resolución del caso es tan rebuscada, pero por demás lógica y posible, tanto como cualquiera de las que esgrime Grissom. El ADN encontrado en una oxidada grapa incrustada en la pierna de uno de los implicados lleva a los detectives a archivar el tema. Mi imagen no tardó en transportarse a lo que había visto horas antes en los noticiarios locales: universitarios guayaquileños enfrentados a uniformados. ¿Cómo resolvería Grissom un caso tan múltiple como este?... Pero, enfoquémonos en CSI, la serie de TV que llega a su décima temporada con un problema que, a mi juicio, podría costarle el desinterés de más de un fanático. Grissom abandonará la serie, excepto desde la producción. Me pregunto si las historias tendrán el mismo sentido, ironía, sarcasmo y pasión que les imprimía. Y es que CSI sin Grissom es como poner al miedo sin la gratificación de haberlo vencido.

William Petersen, quien da vida al personaje, dice necesitar un descanso. Veremos qué beneficio le otorgan mis dudas a su sucesor: Laurence Fishburne

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