lunes, 25 de agosto de 2008

LA POSTA DEL FÚTBOL: BASILE TOMA EL TESTIMONIO DE BATISTA

El sábado 6 de septiembre, Coco Basile tomará el testimonio de parte de Checho Batista, relevista en Pekín 2008. ¿El éxito en los Juegos enriquecerá futbolísticamente a la selección mayor? Ayuda retroceder cuatro años. En 2004, Marcelo Bielsa encaró el torneo clasificatorio para Atenas como la etapa fundacional de su segundo ciclo. Una profunda renovación se cristalizó en el plantel para el Preolímpico de Chile. La generación de Batistuta y Simeone, protagonistas de los mundiales 94, 98 y 2002, había dado su última batalla en el partido ante Suecia en Japón.
Por tratarse de un torneo Sub 23, la restricción etaria le cerró el paso al grupo promovido por Passarella, integrado por Verón, Crespo, Piojo López, Almeyda, Zanetti y Ayala, muy afectados por la frustración de 2002. Bielsa convocó a muchos campeones mundiales juveniles de 2001, como Burdisso, Lux y Mauro Rosales. También incluyó a jugadores que, en el año del helicóptero y el título de Racing, habían protagonizado el Mundial Sub-17: Javier Mascherano y Carlos Tevez. La pareja ofensiva Delgado-Figueroa se sumó desde Rosario Central, mientras que Luis y Mariano González se ganaron la citación tras buenas temporadas en River y en Racing, respectivamente.
Como diría Alfonsín, renovación y cambio. El equipo ganó el torneo con autoridad y se clasificó para Atenas. Bielsa tomó la Copa América de Perú para consolidar esta base, sobre todo de mitad de cancha hacia adelante. El bloque ofensivo se reforzó con Saviola y D Alessandro, dos campeones juveniles de 2001, más otro González, Kily. Para la defensa reclutó gente con más experiencia, como Abbondanzieri, Ayala, Zanetti, Sorin y Heinze. Y asomó Coloccini, otro campeón de 2001. El equipo estuvo a diez segundos de consagrarse, pero Adriano tuvo otros planes.
Pero entre el Preolímpico y la Copa América, el plantel para Atenas apareció naturalmente. Todos los Sub 23 habían participado de una o de ambas competiciones. Las tres plazas reservadas a mayores fueron ocupadas por Ayala, Heinze y Kily. El equipo funcionó a pleno y la Argentina ganó la medalla dorada de manera brillante, con seis victorias, 17 goles a favor y ninguno en contra. Una semana más tarde del 1 a 0 ante Paraguay en la final olímpica, el seleccionado mayor debió jugar en Perú por eliminatorias. Bielsa le pasó el testimonio a Bielsa, que presentó una formación titular con ocho campeones olímpicos: Coloccini, Heinze, Mascherano, D Alessandro, Kily, Rosales, Tevez y Delgado. Tras la victoria por 3 a 1 en Lima, Marcelo anunció su crisis energética, renunció al cargo y asumió Pekerman. José no aceptó el "testimonio" tal cual se lo habían dado y eligió otros nombres para el siguiente partido: Riquelme y Cambiasso.
Cuatro años más tarde, rumbo a Pekín, cambió el escenario. Sin torneo Preolímpico, el Sub 20 de Tocalli logró la clasificación a principios de 2007 con ese agónico gol de Lautaro Acosta a los uruguayos en el Sudamericano de Paraguay. El arquero Romero, Banega, Fazio, Acosta y Di María hicieron todo el recorrido hasta China, con la gloriosa escala en Canadá para ganar el Mundial Juvenil el año pasado. Del plantel campeón se agregó Kun Agüero, goleador y figura. Por sus fechas de nacimiento, Batista también pudo recurrir a los campeones de Holanda 2005, como Messi, Ustari, Garay, Gago y Zabaleta. Sólo cuatro de los quince Sub 23 nominados para China no ganaron títulos mundiales juveniles: Sosa, Lavezzi, Monzón y Buonanotte.
Respecto de los tres mayores, Checho reservó plazas para Riquelme, Mascherano y un central. Ni Demichelis ni Coloccini ni Burdisso estuvieron disponibles. Y apostó a Nicolás Pareja. El resultado fue el mismo: campeón olímpico con el bonus de ganarle a Brasil en semis. Siempre una victoria en el clásico es motivo de alegría para los hinchas argentinos, pero vale ubicarla en la perspectiva correcta.
Mientras Basile contaba con medio equipo en Pekín, Dunga debió armar una banda nueva, ya que ningún titular de la mayor (Ronaldinho no lo es) estuvo en China. Comparemos las formaciones del último duelo directo por eliminatorias. Julio César; Maicon, Lucio, Juan, Gilberto; Gilberto Silva, Mineiro, Anderson, Julio Baptista; Adriano, Robinho. Sólo Anderson figuró en Pekín. Abbondanzieri; Burdisso, Coloccini, Heinze; Zanetti, Mascherano, Gago, Jonás Gutiérrez; Riquelme; Messi, Cruz. Checho se llevó el doble pivote Mascherano-Gago, más Messi y Román. Y podríamos incluir a Agüero, quien reemplazó a Cruz a media hora del final. Hay además otra diferencia en términos de futuro. La Argentina ganó cinco de los últimos siete mundiales Sub 20. Brasil sólo uno. Magnificar la victoria en Pekín sería un error tan grande como minimizarla. El fútbol ha defendido su título olímpico con un plantel totalmente diferente del de Atenas, salvo el fenomenal Mascherano. Mientras tanto, las Leonas repitieron el bronce con nueve de las dieciocho integrantes del equipo de Atenas. Y la Generación Dorada llegó al podio de Pekín con seis de los doce miembros del campeón de 2004.
Respecto de Atenas, la cosecha argentina ha sido idéntica, con dos doradas y cuatro de bronce. No es casual y sirve para analizar nuestra realidad. No sólo repitieron el festejo los tres deportes colectivos. Lange y Espínola hicieron exactamente lo mismo que en Atenas. En 2004, Curuchet y Pérez habían sido campeones mundiales. En 2008, son campeones olímpicos, prueba de su notable vigencia. Se dio la coincidencia de que una mujer se "bronceara" el primer día de competencias: la nadadora Georgina Bardach en Atenas y la judoca Paula Pareto en Pekín.
Volvamos al fútbol. ¿Cuál es el "testimonio" que le deja Batista a Basile? La convivencia Messi-Riquelme, dentro y fuera de la cancha, apuntalada por ese factor aglutinante llamado Diego Maradona. Hace exactamente cuatro años, mientras transcurría Atenas 2004, Diego estaba internado en una clínica psiquiátrica y rogaba regresar a Cuba para continuar con su tratamiento. Me alegra mucho verlo así, tan vivo y tan feliz aun con el inevitable exceso de protagonismo (es Maradona, muchachos). En la posta futbolera, incluimos la fulgurante irrupción de Di María por el costado izquierdo como factor de desborde, desequilibrio y gol. Convocado para los próximos duelos de eliminatorias, el zurdo será buena opción para Coco con defensa de cuatro y Heinze de lateral detrás de él. Pareja se ganó un lugar entre las alternativas como zaguero central. Como hace cuatro años, las eliminatorias regresan inmediatamente después de la gloria olímpica. Pensando en el duelo ante Paraguay, la última línea se parecerá a la de Minsk (Zanetti, Burdisso, Coloccini, Heinze) con Carrizo en la pelea por el arco con Abbondanzieri. De mitad de cancha para arriba, el bloque será mayoritariamente pequinés (o beijinés). Pero falta un nueve de área. Ni la mayor ni la olímpica han jugado con una referencia confiable en ese puesto.
Atenas y Pekín serán inolvidables por las medallas doradas de esa extraña criatura llamada "fútbol olímpico". Sirve vincular ambos festejos como partes de un largo proceso de renovación y crecimiento. Sin rupturas drásticas, como si en el seleccionado existiera esa política de Estado que tanto les reclamamos a los gobiernos del país. Así, Batista y Basile podrán hacer el relevo, sin el riesgo de que se les caiga el "testimonio".

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