miércoles, 19 de noviembre de 2008

DEJÉMOSLO DEBUTAR AL MENOS

¿Entrará con buzo y zapatillas o lucirá de saco y corbata…? ¿Saludará a su colega rival, Terry Butcher, quien declaró que nunca le perdonará su gol con la mano…? ¿Mirará el partido serenamente desde el banco o se desgañitará gritándoles a sus dirigidos…? ¿Hará bien los cambios…? ¿Planteará la táctica con inteligencia…?
¿Cómo será el Maradona técnico…? La mera excusa de ver al astro (nunca dejó de serlo) saliendo al campo con pantalones largos es una cita imperdible este miércoles. Será en Glasgow, en el amistoso Escocia-Argentina. Al fin, volvieron a unirse los caminos de Diego y la selección albiceleste. Es un destino.
Los hinchas de todo el planeta se han formulado el mismo interrogante: ¿Qué pasará con Diego como entrenador? Aunque ya tienen opinión formada.
De antemano, creemos, tiene mucho más para ganar que para perder, pues la condena ya le fue decretada. El público argentino desaprobó por mayoría su designación. Lo expresó en miles de correos. La gente no le ve contracción al trabajo, duda de su disciplina, de su orden, de su capacidad de planificación, del gentío que revolotea a su alrededor. El resto del mundo, entre el antiargentinismo rabioso (sobre todo en América Latina) y la especialísima aversión a Maradona, fue unánime: “fracasará”. Sólo lo apoyan los futbolistas, a quienes siempre defendió con ardor. Ahora veremos si sus jugadores lo respaldan con juego.
También lo ayuda el pasado reciente del equipo: Argentina ya no podía hacerlo peor con el técnico anterior, Alfio Basile. Ni deliberadamente. Y un agregado importante: el último título mundial del país del tango data de 1986.
En tal contexto, cualquier mensaje positivo que envíe el equipo desde el campo, sean triunfos, sean buenos desempeños, impactará doblemente a favor.
Terry Butcher, técnico de Escocia, era zaguero de Inglaterra la tarde célebre de “la mano de Dios”. Con toda razón, sigue sintiéndose estafado todavía por aquel gol en México ’86. Y está en su derecho de negarle el saludo a Maradona cuando ingresen al rectángulo. Lo inentendible es la escandalización permanente del Reino Unido por aquella falta. Van veintidós años de llanto y protestas. No es un secreto de Scotland Yard que Inglaterra ganó su Mundial ’66 con un buen equipo y con el beneficio de una serie de cuestionables decisiones arbitrales. Curiosamente, Stanley Rous había sido árbitro internacional inglés, luego secretario de la Asociación Inglesa y en ese momento era presidente de la FIFA. Así como todos dejamos atrás el Mundial ’66, sería razonable que la flema británica dé vuelta también esta página.
Un dato curioso: el país con más simpatizantes de Diego Maradona en todo el orbe es la India, cuyo pueblo soportó 200 años de tiránica colonización inglesa. ¿Lo adoptaron como ídolo en el Mundial ’86…?
Aquel gol con el puño es desde luego condenable (¡Y vaya si ha sido condenado…!) No obstante la figura de Maradona no puede quedar circunscripta a una deslealtad. También elaboró algunos poemas inmortales sobre el césped. Suena injusto retratarlo para siempre como un mal deportista por aquel gol. En toda la historia de este deporte ningún atleta soportó más castigo físico (Pelé, ni remotamente). Diego nunca respondió. Se levantaba, se sacudía el polvo y seguía sin chistar.
¿También será visto eternamente como un adicto, pese a su voluntad por vencer la terrible dependencia?
Platiní en Francia, Beckenbauer en Alemania, Hugo Sánchez en México, Falcao en Brasil… Muchas grandes estrellas tras el retiro se pusieron el buzo de la selección de su país. Algunos lograron destacar en la nueva función, otros desencantaron, mas les asiste el derecho innegable de probar.
Diego pudo haberse quedado confortablemente sentado detrás de una cámara de TV opinando y ganando fortunas, pero nació combativo, adora la trinchera, el protagonismo (en exceso quizás).
¿Qué puede esperarse en el juego? Por ahora, apenas un cambio de actitud en los futbolistas. Su primera convocatoria contiene algunos nombres desilusionantes, tipo Heinze (cuesta aceptar que sea futbolista y que “juegue” en el Real Madrid y en la Selección Argentina), Coloccini (le pega a todo lo que se mueve) y algunos otros operarios futbolísticos. Aún sin Messi (Barcelona no lo prestó) se esperaba una nómina más pulida.
“Los jugadores deben sentir que la camiseta es lo esencial. Dejar la vida, trabar con la cabeza”, dijo este lunes en una entrevista con el diario deportivo Olé, reconociendo que es enteramente feliz con su vida actual y con este desafío. Y se definió: “A un equipo mío no le puede faltar buen trato de pelota”.
Este periodista abriga las mismas dudas sobre el Maradona entrenador que millones de personas, pero no le cortemos las piernas de la ilusión a quien ha dado tanto al fútbol. Dejémoslo debutar al menos. Por los técnicos hablan sus equipos. Primero el rodar del balón, luego el veredicto. No se puede juzgar antes.
Por Jorge Barraza Columna Alguien tenia que decirlo (El Universo 19/11/08)

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