miércoles, 26 de noviembre de 2008

VIATRI Y FIGUEROA, LA APUESTA QUE LE PAGÓ CON CRECES A BOCA

SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- La rigidez táctica no acostumbra ser uno de los trazados teóricos de Carlos Ischia. Habituado a innovaciones y permanentes ensayos, el entrenador de Boca modificó el esquema de ubicación de sus jugadores (mutó del 3-4-1-2 al 4-3-1-2) para la visita a esta ciudad. Aunque lo más llamativo, tal vez, fue disponer de los centrodelanteros Lucas Viatri y Luciano Figueroa como la pareja ofensiva. Tras la victoria de anoche ante San Martín, la apuesta de Ischia pagó con creces, y dejó a los xeneizes como líderes del torneo Apertura.
Detrás de la decisión del técnico existe una historia particular con los dos delanteros. Figueroa, que convirtió por primera vez con la camiseta xeneize, tuvo su debut como titular en el torneo local. "Fue un gol importantísimo, que necesitaba mucho, además de ser vital para que llegáramos a la punta. Ahora hay que ganar los tres partidos que quedan para hacer cartón lleno", dijo Lucho, entusiasmado. Pero de inmediato el ex Rosario Central tuvo un soplo de honestidad: "Me sentí muy bien y estoy feliz. Es importante el gol, fue como un desahogo". Figueroa lo sintió así porque fue bastante autocrítico después de la eliminación en la Copa Sudamericana con Inter, de Porto Alegre. "Fallé en las oportunidades que tuve, no me voy bien", se recriminó. Ayer tuvo su desquite y marcó el tanto del triunfo tras una asistencia fina e impecable de Riquelme, su compañero en viejas batallas en el español Villarreal.
La situación de Viatri, autor del primer gol, también despunta una particularidad: el delantero volvió a marcar tras cuatro fechas, pero lo más importante fue que lo hizo justo después de una semana en la que se conoció que habría sido protagonista de un hecho delictivo. A propósito, el público de San Martín ironizó con la causa judicial por robo que involucra a Viatri, pero él jamás respondió con palabras o algún gesto provocador. Solamente dijo: "Me voy contento y necesitaba volver a marcar. Es importante para mí y para mi familia".
La decisión de Ischia de ubicar a Viatri-Figueroa como pareja ofensiva no respondía a una baja en el desempeño de Pablo Mouche, el extremo que solía acompañar en el ataque. Fue una respuesta ante la preocupación por la falta de gol durante los últimos encuentros.
La tarea de los dos hombres del ataque fue de menor a mayor desde el entendimiento. Se complementaron bien. Hubo ánimos de buscarse constantemente y en la celebración de los goles. Entonces, se unieron en un abrazo, como un símbolo de la felicidad y del desahogo, con la alegría de haber llevado a Boca a lo más alto.
11 veces se midieron Boca y San Martín, con 7 éxitos xeneizes, un empate y 3 caídas

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