viernes, 28 de noviembre de 2008

LA CENSURA YA ES DE TODOS

Cuando el pueblo francés se liberó de la opresión monárquica a partir de aquel memorable 14 de julio de 1789, procuró, a través de sus prominentes juristas y políticos, que nunca más el poder y el destino de los ciudadanos de esa nación estén en las manos de la voluntad de un solo ser humano.

De ahí nacen las principales teorías y principios que regulan hasta hoy la democracia moderna. Una de ellas, muy importante por cierto, es la de la división, separación o independencia de los poderes del Estado.

¿Usted ha notado, amigo lector, si en el Ecuador hay alguna institución que le exija formalmente al Gobierno rendición de cuentas en su gestión? ¿Ha notado si en la actualidad existe alguna institución capaz de cuestionar y sancionar los excesos del actual régimen? La respuesta es No, porque primeramente no hay Congreso Nacional; y quienes usurparon esa atribución no solo pertenecen al mismo partido del Presidente, sino que además expresamente han dicho que la función fiscalizadora no será su prioridad… claro, ¡es que quieren seguir ganando su sueldo!

¿Imaginan ustedes a César Rodríguez interpelando a Ricardo Patiño? ¿O a María Paula Romo cuestionando a Vinicio Alvarado? Primero veo volar un burro… qué digo, ¡veo volar una ballena!

Entonces, en este juego de acumulación de poder e impunidad, anulado el Congreso, solo quedaba la Función Judicial… y, oh sorpresa, ya no tenemos Corte Suprema de Justicia.

¿Puede existir democracia sin dos de las tres funciones del Estado? ¿Cuántos países en el mundo, con gobierno democrático, no tienen Función Legislativa y Judicial? Por eso, cuando algún funcionario del Gobierno, a cargo de la administración de los canales incautados, le dijo a los empleados de TC que traten de no hablar del encarecimiento de la canasta básica (porque perjudica a la imagen del Gobierno) o que los economistas no hablen de violaciones legales, no hay a quién recurrir legalmente para hacer valer los derechos constitucionales violentados por ese amago de censura a la prensa y a la libertad de pensamiento y expresión.

Ahora, los medios de prensa que tanto le molestan al Presidente han informado de la censura oficial del programa 'Buenos muchachos', porque su director no está dispuesto a inclinar la cabeza ante el emisario del imperio y encarcelar sus ideas. ¿Y ante quién nos quejamos? ¿Ante… el ‘Congresillo’ del Presidente? ¿Ante la autodenominada Corte Constitucional afín al Gobierno?

Comienzan a sentirse las consecuencias de la falta de democracia y la concentración del poder; primero fue Mariaca, hoy es ‘Buenos muchachos’, ¿mañana Carlos Vera o EL UNIVERSO?

Creo que ha llegado la hora de denunciar al mundo y a las instituciones internacionales de derechos humanos que las amenazas a la libertad de prensa y expresión libre del pensamiento en el Ecuador ya están dejando de serlo y se están convirtiendo en casos concretos de abuso del poder y censura formal.

Expresamos nuestra solidaridad con Francisco Pinoargote y resaltamos su valentía y dignidad al decidir luchar y no someterse al poder que pretende apoderarse ahora del pensamiento de los ecuatorianos también.

Si “la patria ya es de todos”, la libertad de expresión del pensamiento… ¿ya no es de todos?

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