sábado, 22 de noviembre de 2008

A PROPÓSITO DE LA LESIÓN DE MESSI

PRIMER AVISO. El susto de ayer de Messi no viene a ser si no otro aviso de lo que hay que cuidar al crack argentino. Afortunadamente, parece que el percance no pasará a mayores y que con un descanso mañana ante el Getafe y, posiblemente, el miércoles contra el Sporting de Lisboa, Leo volverá a estar en plenas condiciones. Pero la alarma está ahí. ¿Qué hubiera pasado si Messi hubiese jugado el miércoles con Argentina? No es cuestión de hacer demagogia, pero no creo que sea exagerado pensar que igual nos lo hubieran devuelto roto.

De nuevo hay que incidir en la barbaridad de partidos que juegan al año los futbolistas de élite. Entre Liga, Champions, Copa y selecciones pueden pasar de los sesenta, a lo que hay que añadir más de treinta viajes que dejan a los futbolistas prácticamente sin tiempo de recuperación. De ahí que les sea imposible mantener siempre el más alto nivel de rendimiento. Y eso, en el mejor de los casos, pues el peor es el altísimo riesgo de lesiones.

Messi está en el grupo de máximo riesgo. Por lo que juega, por lo que le pegan los rivales y por su propia constitución física. No hace falta recordar lo que le sucedió en las dos últimas temporadas y ésta es precisamente la lección que hay que aprender. El pacto con Argentina le ha salvado el primer match-ball. Pero habrá más situaciones límite que sólo superará cuidándose él y cuidándole los que le quieren. ¡Que este primer aviso sirva para algo!

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